Tras cuatro décadas del golpe militar al gobierno de Salvador Allende, en Chile, es vigente su estudio y análisis pues la experiencia de este país creó las condiciones para la imposición de un modelo que está presente en términos de configuraciones económicas e institucionales en varios países de América Latina (AL) y El Caribe, opinó el profesor e investigador de la Universidad Iberoamericana, Darío Salinas.

         El especialista en temas políticos dictó la conferencia “El golpe militar y sus efectos duraderos en la cultura y en la política chilenas”, que inauguró el Seminario Internacional “A 40 años del golpe militar en Chile. Memoria y balance de una época autoritaria”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), el viernes 13 de septiembre.

         Durante su exposición Salinas cuestionó: “¿Ha desaparecido la amenaza de los golpes y desestabilizaciones en AL? Cada vez que existen propuestas de transformación han enfrentado importantes amenazas que terminan entroncándose con este proceso golpista desestabilizador. Está la experiencia de 2008 contra el gobierno de Evo Morales en Bolivia, la de 2010 contra Rafael Correa en Ecuador y la de 2002 en Venezuela”, dijo.

Por lo anterior, el politólogo, reconoció el interés del IIH-S por abrir espacios para analizar el golpe militar en Chile, suceso que actualmente se gesta en muchas latitudes del mundo “y habla de la manera en que está corriendo la manecilla del reloj de este Instituto, en función del sentir de este tiempo político”.

Para Darío Salinas, después de la Revolución de Cuba, el ascenso de Salvador Allende a la presidencia de Chile es el acontecimiento de mayor gravitación en AL y El Caribe.

La primera decisión de Allende en materia internacional fue establecer relaciones con la isla caribeña, señal de contracorriente continental en la búsqueda interna de establecer las premisas para una política fundada en la soberanía, autodeterminación y dirimir las diferencias sociales, dijo.

Por ello nacionalizó el principal recurso del país: el cobre, toda vez que alrededor de 65 por ciento de los ingresos por concepto de exportación del mineral estaban en manos de empresas transnacionales, sin que pagaran el permiso por explotar las minas.

Actualmente, citó, 73 por ciento de la producción cuprífera está en manos de ese tipo de empresas, aun cuando en términos formales se dice que ese recurso pertenece al Estado, y sobre cuya soberanía no se discute.

Otro aspecto que mencionó Darío Salinas fueron las primeras 40 medidas impulsadas por el gobierno de Allende, en términos económicos, sociales y políticos.

Un elemento que calificó como especial, fue la incursión política de Estados Unidos en Chile, que desembocó en el golpe de Estado al gobierno de Allende.

         “Hay un elemento que sigue en el eco del tiempo como una llamada de alerta: Richard Nixon, entonces presidente de Estados Unidos, llegó incluso a provocar que ‘aullara de dolor’ la economía chilena, para evitar que Allende continuara con su proyecto.”

         Así, se provocó desabasto y se indujo la inflación, apuntalados a que la población no tuviera los elementos básicos que necesitaba y que con esas carencias se estimulara la exacerbación social frente a un gobierno.

“Así se fue montando el contubernio y realizando el proyecto contrarrevolucionario, al que la unidad popular no fue capaz de contrarrestar ni de anticiparse para que esto no sucediera.”

         Según Salinas, el pinochetismo es un fenómeno absolutamente vigente, plasmado en la Constitución aprobada en 1980. Así, bajo cuestionables condiciones se otorgó la legalidad requerida por un gobierno de facto, encabezado por Augusto Pinochet.

         Además señaló que el diario Mercurio, que tiene el apoyo del grupo español PRISA, ha forjado en Chile la imagen de que no hay culpables de los sucesos de 1973. Es más, la llamó “institución trituradora de conciencias”.

         Para el especialista, no es el cuarto poder sino la columna vertebral cuando se trata de procesar imágenes. “El Mercurio sigue mintiendo, y lo sabe hacer”, lo que dificulta recuperar la genuina historia.

En la mesa lo acompañaron el director del IIH-S, Juan Ortiz Escamilla, quien hizo la inauguración oficial del Seminario Internacional, y el investigador José Alfredo Zavaleta, también de esta entidad académica, en calidad de moderador.

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