Albert Schatz

Albert Schatz


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

Albert Schatz, fue el verdadero descubridor de la estreptomicina (un antibiótico bactericida,  el primer fármaco de la era de la quimioterapia usado en el tratamiento de la tuberculosis), pero le escamotearon el crédito por el descubrimiento y hasta el Premio Nobel que se entregó por la misma. No sólo eso, si no que a partir de que reclamó que se reconociese el descubrimiento, lo bloquearon para seguir investigando y trabajando en Estados Unidos, por lo que tuvo que emigrar a Chile, donde se dedicó a la docencia.

Su caso fue reivindicado públicamente hasta que el periodista británico Peter Pringle, publicó su libro Experiment eleven: Dark secrets behind the discovery of a wonder drug, editado por Walter & Company, sobre la situación en abril de 2012, después de haberlo investigado durante varios años.

Albert Schatz fue un científico que nació en Norwich, Connecticut, EE. UU., el 2 de febrero de 1922, hijo de padre judío y madre inglesa, quien se graduó en agricultura en 1939 con grandes esfuerzos, por la alta pobreza de su familia.

Una vez que se recibió, siguió estudios de doctorado en microbiología de suelos, en la Universidad de Rutgers, interesado más que nada en incrementar la producción agrícola, los cuales tuvo que interrumpir, al ser reclutado durante la II Guerra Mundial, y ser enviado a un laboratorio de las Fuerzas Armadas en un hospital en Miami; ahí mira de cerca la muerte causada por infecciones, sobre todo por tuberculosis.

Se le ubicó ahí porque los informes existentes en ese momento de la Segunda Guerra Mundial, la cual ya estaba en su cuarto año, era que tanto Alemania como Japón buscaban utilizar gérmenes mortales como el ántrax, el cólera, el tifus o la tuberculosis, como arma, al ser estos virus resistentes a la penicilina (descubierta por Alexander Fleming en 1928), por lo cual se necesitaban nuevos y más eficaces antibióticos.

Sin embargo, su estancia en el ejército de los EEUU fue de sólo 5 meses, pues le dan la baja por enfermedad.

Ante esto regresa al Cook College, de la Universidad de Rutgers, en Nueva Jersey, EEUU, para continuar con sus estudios de doctorado.

Ahí fue alumno de Selman Waksman (bioquímico y microbiólogo) y adscrito al laboratorio que este dirigía, se le ubicó en un cuarto del sótano del departamento de suelos, donde trabajó solo con bacterias que viven en la tierra, para buscar como inhibir la tuberculosis, llamada la gran plaga blanca, por la palidez que causa en los pacientes, y a la que se le tenía mucho miedo, porque había arrasado incluso poblados enteros de Europa.

Para lograr su trabajo Albert Schatz debía manipular cepas muy virulentas del Mycobacterium tuberculosis, por lo cual Waksman, nunca lo visitó en ese cuarto, temeroso de contagiarse.

Desde un principio se dedicó a estudiar el microorganismo Streptomyces griseus, un tipo de bacteria que encontró en el suelo de la granja de Rutgers, porque estaba seguro de que este contenía la clave para la cura para la tuberculosis.

El 23 de agosto de 1943, en el experimento 11, Schatz encontró dos cepas de Actinomyces griseus productoras de estreptomicina, una de ellas proveniente del suelo y otra de una muestra tomada de la garganta de un pollo, que le fue proporcionada por una compañera de trabajo, ambas con una acción indudable contra la Mycobacterium tuberculosis, la bacteria causante de la tuberculosis.

Ese fue el momento en el que aisló el mecanismo que permitía convertir a este microorganismo en un antibiótico; casi dos meses después el 19 de octubre de 1943 aisló dos cepas de actinobacteria.

En 1944, el laboratorio Merck desarrolló ensayos clínicos a gran escala para determinar que la estreptomicina era muy efectiva contra varios patógenos resistentes a la penicilina, como la tuberculosis, el cólera, la peste bubónica y la fiebre tifoidea.

Después de no querer siquiera acercarse al laboratorio donde se encontraba Schatz, Waksman se encargo de coordinar los siguientes pasos: pruebas en animales y luego en humanos, para demostrar la efectividad del descubrimiento.

A la par, se elaboraron artículos científicos que se enviaron a revistas especializadas, describiendo la estreptomicina, colocándose Waksman como el autor principal, mientras que el joven Schatz aparecía como coautor.

Ante esto, lo cual creció porque además Waksman ya tenía una gran reputación, y por ser el director del laboratorio de Rutgers, rápidamente el descubrimiento se le atribuyó y él nunca hizo algo por aclarar la verdad.

Cuando se difundió el descubrimiento la prensa general comenzó a llegar a Rutgers para conocer el nuevo antibiótico y ahí Waksman eliminó completamente de la autoría del descubrimiento a Schatz, al igual que lo excluyó del reparto de regalías que acordó con la Universidad por la comercialización de la estreptomicina.

El laboratorio construyó un complejo para producir la estreptomicina.

La fama del nuevo antibiótico creció con rapidez y el Dr. Waksman concurrió a varias ciudades a dar conferencias en centros hospitalarios, universidades y medios de comunicación para anunciar el nuevo gran descubrimiento.

El joven Schatz cuando supo de esto, inició un juicio en 1950 contra Waksman, reclamando que se le reconociese como el descubridor de la estreptomicina y reclamando parte de las regalías de sus patentes. El litigio duró más de un año y se solventó con un acuerdo extrajudicial en el que la Universidad de Rutgers lo reconocía como el descubridor y le entregaba parte de las regalías.

Pero ante el mundo Waksman siguió apareciendo como el descubridor y en 1952 es nominado al Premio Nobel; Schatz reclama que se le reconozca el merito, pero el jurado del Nobel ni lo ve ni lo escucha, y el reconocimiento se le entrega a Waksman, por la estreptomicina.

La fundación Nobel nunca reconoció el error en la entrega del premio.

Falleció víctima de un cáncer pancreático en Filadelfia, el 17 de enero de 2005, luego de haber sido reconocido con múltiples premios a lo largo de su carrera.

* Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana

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