Valencia, 18 may (EFE).- El paleontólogo Juan Luis Arsuaga, codirector del equipo de investigación del yacimiento de Atapuerca, ha dicho que mientras que hoy en día se puede llegar a ser banquero o político pese a carecer de empatía, en la Prehistoria «esta incompetencia le costaba a uno la vida».
Arsuaga ha sido uno de los ponentes de las Jornadas Talento & Management Tendencias celebradas hoy en Valencia, donde ha explicado a los expertos en Recursos Humanos que su negocio consiste en «cuadrar el círculo» entre la competencia y la cooperación, los dos rasgos sociales más característicos de la naturaleza humana.
La publicidad, «el saber vender», viene de antiguo, de cuando los antepasados del Homo Sapiens se vieron obligados a desarrollar el punto de vista psicológico, ha asegurado el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
El investigador de Atapuerca, yacimiento en el que se ha encontrado la mayor acumulación de huesos humanos de la Historia, ha indicado que sus estudios le han permitido corroborar la máxima de Hobbes en la que afirmaba que «el hombre es un lobo para el hombre».
Hubo un momento en que la dieta del hombre primitivo pasó de ser vegetariana a incorporar productos animales, hasta derivar incluso en prácticas canívales: «Las fuerzas hostiles pasaron de estar en la naturaleza a ser los otros hombres», ha declarado.
Ello obligó al hombre a desarrollar habilidades de «seducción» que modificaron el comportamiento humano, momento en el que se pasó de competir con los animales por los recursos, a hacerlo con los otros seres humanos «por la descendencia».
Sin embargo, Arsuaga ha avisado de que en la naturaleza humana no solo está «la competencia», sino también «la cooperación», como han demostrado estudios sobre personas ancianas o enfermas que fueron cuidadas por sus compañeros en la Prehistoria.
«El arte del experto en Recursos Humanos consiste en cuadrar ese círculo, para eso se requieren muchos recursos mentales y para eso tenemos el cerebro más grande de la historia de la vida», ha precisado.
El paleontólogo ha destacado la importancia de saber relacionarse con los demás y de empatizar, cualidad entendida como la capacidad de «ponerse en el lugar del otro».
«El que no es capaz de ponerse en el lugar del otro no está bien adaptado, aunque en estos tiempos no pasa nada: uno puede llegar a ser presidente de un banco o llegar a ser político. En la Prehistoria esta incompetencia les habría costado la vida», ha aseverado.
Arsuaga también ha apuntado que, fruto del «encuentro» entre neandertales y cromañones, evolucionaron dos tipos de mente que ha calificado como «racional» y «mágica», que tiende a ser considerada «inferior» al vincularse a los fanatismos, las creencias, supersticiones y manipulaciones.
El investigador, sin embargo, ha reivindicado este tipo de mente, que no solo «es parte de nuestra naturaleza», sino que es incluso «más humana», en su opinión.
«La magia es lo más humano, lo más evolucionado», opina el paleontólogo, y para ilustrarlo ha puesto ejemplos de algo que jamás haría un animal: un atentado terrorista y la ayuda de la Cruz Roja, acciones ambas «específicamente humanas».
Éstos han sido algunos de los consejos que el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica ha dado a los estudiantes del Mástes en Gestión y Talento de la Universitat de València, que ha organizado estas jornadas en el Palau de la Música de Valencia.

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