Habitantes de la Ciudad de México

Habitantes de la Ciudad de México


Los cambios de temperatura en la Ciudad de México y la Zona Metropolitana se deben particularmente a la pérdida de las masas de agua que en los últimos 500 años se ha registrado, señalan investigaciones del doctor Ángel Ruiz Angulo, adscrito al Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las cuales realizó con un modelo de simulación numérica para pronosticar el tiempo meteorológico: el Weather Research and Forecasting (WRF) Model.

banner angel ruiz angulo01

Este experimento numérico tiene como objetivo replicar el conjunto de lagos que conformaban el sistema lacustre hace 500 años y, mediante el uso del modelo de simulación para el pronóstico del tiempo meteorológico (WRF), se representaron las condiciones del uso del suelo actuales, así como el sistema lacustre sintético. Los resultados muestran un impacto térmico significativo en el tiempo meteorológico generado por la presencia del cuerpo de agua, aseveró el investigador.

Mural de Diego Rivera que muestra la ciudad precolombina de Tenochtitlan. Imagen: Wolfgang Sauber.

Mural de Diego Rivera que muestra la ciudad precolombina de Tenochtitlan. Imagen: Wolfgang Sauber.

El área de estudio fue la cuenca del Valle de México localizada en la planicie central donde el sistema de lagos estaba conformado por los lagos de Texcoco, Xochimilco, Chalco, Xaltocan y Zumpango.

“Las continuas modificaciones antropogénicas realizadas sobre el sistema lacustre por los asentamientos humanos desde los aztecas, la Colonia y etapas posteriores, han resultado en que actualmente se conserve únicamente 1.33 por ciento de la superficie original”, declaró Ruiz Angulo en entrevista con la Agencia Informativa Conacyt.

Según afirmó, la curiosidad por investigar este peculiar hecho surgió cuando compartía un cubículo con su colega Erika Danaé López Espinoza, y mediante el trabajo de ella sobre cambio, uso de suelo e impacto de la temperatura, pensó en comparar el microclima que se generaba en el Valle de México con solo una variante: que exista un lago contra la existencia de la ciudad. Cuando comenzó a investigar en la literatura, descubrió que actualmente las temperaturas máximas y las mínimas son mayores.

“Es decir, durante la temporada de calor sentimos más calor durante el día y en las noches se siente un frío más intenso, y esto es parte de cómo hemos cambiado nuestro ambiente, es un microclima que no ha sido estudiado a fondo”, comentó.

Weather Research and Forecasting Model

Para realizar las simulaciones de este estudio se empleó la versión 3.6 del modelo WRF, que es un sistema de simulación atmosférica y predicción numérica del tiempo creado en los noventa, capaz de simular escalas meteorológicas desde decenas de metros hasta cientos de kilómetros.

La herramienta que se utilizó para llevar a cabo dicho trabajo, el WRF, son modelos matemáticos de pronósticos, mismos que se utilizan para indicar si lloverá mañana o qué temperatura habrá. En este caso se hizo la suposición y el cambio de usos de suelo; en vez de zona urbana se utilizó la existencia de las masas de agua que se ubicaban en la zona.

“La respuesta de estos tipos de modelos es casi inmediata ante lo que uno predetermina en el tipo de suelo. Utilizando este modelo matemático hicimos un experimento numérico que, en otras palabras, sería como suponer que si yo inundara la Ciudad de México, como lo era hace 500 años, y corro mi modelo numérico, la temperatura cambiaría”, aseveró el investigador.

En relación con los cambios debidos a la variabilidad natural, e incluso al cambio climático debido a causas antropogénicas, el impacto que conlleva la pérdida de casi la totalidad de mil 500 kilómetros cuadrados de cuerpos de agua es considerable; la desaparición ha generado un microclima con un calentamiento regional de hasta 5.78 centígrados.

Según Ángel Ruiz Angulo, el resultado del experimento mostró evidencias cuantitativas en relación a que el impacto de la pérdida de los cuerpos de agua tiene un impacto térmico. «La Ciudad de México no se construyó de manera sustentable, cada vez los niveles de ozono son mayores, el agua que utilizamos es deficiente, solo se potabiliza 8.7 por ciento de esta, y se generan más de 22 mil toneladas de basura al día. Las mejores actitudes para cambiar el panorama actual de la ciudad empiezan por el ciudadano; cuidar el agua y reciclarla es primordial», concluyó.

Daniel Valles

Ciudad de México (Agencia Informativa Conacyt)

Los comentarios están cerrados.