Ciencia y poesía 1 

Introducción


Es insólito que la ciencia y la poesía; dos dimensiones aparentemente tan diferentes de la producción humana tengan puntos de encuentro que nos permitan por un lado; argumentar racionalmente en torno al universo visual y por otro; expresar la profundidad poética de la mirada femenina. Quizás, por ello los ojos son los órganos humanos más compactos y extraordinarios y, simultáneamente al mirarlos nos ayudan a construir el más sublime poema.

En relación a los ojos se han escrito toneladas de hojas describiendo su fisiognomía, su funcionamiento perceptivo, sus terribles enfermedades oftálmicas, su aliciente a la literatura universal, su relación con la psique, las artes y la música e incluso recientemente hasta se les ha vinculado con aspectos comunicativos y con la recuperación terapéutica de eventos emocionales traumáticos a través de los movimientos oculares. 

 Ciencia y poesía 2

Desde la mirada científica, el presente artículo divulgativo se centra en la descripción de algunos aspectos básicos de la percepción visual, la explicación que plantea a los ojos y sus movimientos como indicadores micro-expresivos y los vincula con un mapeo comunicativo planteado por la cuestionable programación neurolingüística (PNL) y adicionalmente se presenta un análisis de los aportes de una técnica psicoterapéutica denominada EMDR –acrónimo en inglés de movimientos oculares de desensibilización y reprocesamiento- como abordaje para el manejo del trauma emocional y memorias que afectan la salud mental de las personas.

Desde la mirada poética, debo confesarte que el artículo es solamente un pretexto para expresarle mi amor a mi fetiche preferido; los ojos de una mujer y desde mi espíritu contemplativo regalarle a aquellas misteriosas pupilas un poema que confirma ese encantamiento que me incita a escribir y navegar como boya perdida en el océano de su mirada hasta llegar al puerto seguro de sus cuerpos para reposar sereno. Y es que adormilados o inquietos, claros u obscuros, fugaces o directos, altivos o humildes, abiertos o cerrados, no me interesa entenderlos, sólo pretendo escribirles y besarlos cuando una mujer los cierra. ¿Cuán poderosa puede resultar la mirada de una mujer que me han convertido en un poeta “explicador»? Lo que aquí y ahora tengo claro, es que los ojos de ciertas mujeres son indefinibles, son enormes como el cielo y el mar, vastos y profundos como el camino del inca, amplios y llenos de paisajes como las montañas de los andes; y melosos, misteriosos y brillantes como la huella marcada en mi corazón tras innumerables bloqueos a las decisiones racionales.

 

La compleja percepción visual


¿Cómo reconocemos las cosas que se encuentran en nuestro entorno? ¿Cómo conocemos? ¿Cómo construimos la realidad? ¿Cómo sabemos que existimos?

Ciencia y poesía 3
Una probable respuesta a semejantes interrogantes es que conocemos, reconocemos y adquirimos consciencia de nosotros mismos de diversas fuentes, sin embargo aparecen más preguntas ¿Cómo obtenemos la información de estas fuentes? En este sentido, es indudable que a través de los sentidos. Sin los sentidos auditivo, táctil gustativo y olfativo, pero en particular de la vista, el cerebro sería un prisionero eterno de la deprivación sensorial; un mero adorno en el interior del cráneo. Viviría en el silencio y oscuridad totales, sin las nociones de tamaño, fondo, color, profundidad y movimiento.

El ojo humano y particularmente la visión es el resultado de un complejísimo proceso evolutivo de al menos 600 millones de años. La analogía habitual para explicar el funcionamiento ocular es aludir al ejemplo de una “cámara fotográfica”, no obstante autores como Mascalzoni y Regolínhan (2011) han considerado que tal metáfora es incorrecta y simplista pues en realidad los ojos son una prolongación externa del sistema nervioso central que se encarga de capturar los estímulos visuales en forma de imágenes mediante un sistema óptico formado por lentes; membranas especializadas que actúan como medios refractivos que proyectan la imagen sobre una capa de células fotosensibles y especializadas localizadas en la retina que convierten la intensidad y color de la imagen en señales electroquímicas (impulsos nerviosos) que son enviadas a través del nervio óptico al cerebro para generar el proceso perceptivo.

La corriente psicológica de la Gestalt originada en Alemania a principios del siglo XX, ha sido quizás uno de los enfoques más prominentes a la hora de explicar nuestra percepción del mundo como un fenómeno eminentemente visual y sugerir implícitamente que el resto de los sentidos matizan la experiencia sensorial atrapada mediante nuestros ojos. “El todo es más que la suma de sus partes” afirmarían contundentemente en su intento por explicar la forma en como construimos la experiencia, sus significados y la interpretación del mundo y la realidad.

 

Las miradas como micro-expresiones comunicativas


Los ojos y la mirada subyacente constituyen formas expresivas y de contacto con el mundo. El sistema visual tiene una función fisiológica y comunicativa no verbal, pero quizás dichas expresiones oculares y tipos de mirada mantienen una estrecha relación con micro-expresiones emocionales, el cuerpo, los procesos salud-enfermedad, las experiencias cotidianas de crecimiento y de fracaso, y las emociones y afectos vividos, aspectos que han sido descritos e investigados por una multitud de saberes tales como la biología evolutiva, la etología, la antropología, la neurofisiología, la sociología, la kinestésica, la proxémica, la psiquiatría y en el caso de la psicología ha recibido mayor atención por parte de los psicolingüistas, los neuropsicólogos, el psicoanálisis, la bioenergética y la psicosomáticaCiencia y poesía 4

William Shakespeare jamás imagino que su frase «el amor de los jóvenes no está en el corazón, sino en los ojos» en el devenir de la ciencia de la comunicación no verbal se convertiría en un axioma. Charles Darwin, tampoco alcanzó a suponer el impacto de sus investigaciones evolutivas, las cuales postulaban que ciertas expresiones faciales y corporales que proyectan emociones mantienen patrones relativamente constantes.

Precisamente a partir de las hipótesis de Darwin, el psicólogo Ekman y sus colaboradores (1969), aportaron elementos que nos han facilitado diseñar categorías del comportamiento no verbal enfatizando a los ojos como una de las principales fuentes de información expresiva. Ekman (En Kendon, 1969) y Ekman y Keltner (En Molnar, 1997) describieron cinco categorías distinguiéndolas según su uso, origen y codificación: emblemas, ilustradores, reguladores, adaptadores y expresiones o manifestaciones de afecto o emoción configurando todo un sistema de señales y manifestaciones emocionales fugaces espontáneas y ocultas mediante las cuales comprobamos que es imposible no comunicarse. La mirada y las expresiones faciales son sólo algunos de las señales micro-expresivas que denotan nuestro talante emocional, pues también se acompaña de cambios en el tono muscular, la voz y la actividad del sistema nervioso autónomo y si no tan sólo recuerda aquella última vez en la que la ira te hizo su presa fácil.

Las investigaciones sobre las miradas como micro-expresiones comunicativas han llegado a diseñar e implementar un “eye tracking”, es decir un sistema tecnológico que permite seguir los movimientos oculares de una persona para inferir qué mira, cuánto tiempo permanece captando el estímulo visual y que zonas “ciegas” del barrido visual no son exploradas (Guan, Lee, Cuddihy y Ramey, 2006 y Spool, 2006).  Esto se consigue actualmente mediante un eyetracker, un monitor especial que proyecta rayos infrarrojos a los ojos de quien lo usa. Bajo un principio similar al ultrasonógrafo, estos rayos rebotan en las pupilas de sus ojos y retornan al dispositivo, permitiendo así calcular con precisión dónde está mirando. Cabe señalar que buena parte de las investigaciones más importantes y representativas en el campo de las micro-expresiones visuales han sido publicadas en el Journal of Nonverbal Behavior. Ciencia y poesía 5

En plena época post-contemporánea donde habitan nativos digitales, la mirada femenina “educada” que se mantiene concentrada en su interlocutor es un indicador activo de escucha, interacción, cortesía e interés, y esto lo afirmo porque la capacidad comunicativa micro-expresiva tiene indudablemente un componente de aprendizaje socio-cultural. ¿Cuántas veces en plena conversación con una persona está prestando mayor atención al dispositivo en turno, llámese celular, blackberry, Iphone o cosa parecida? Tales conductas me recuerdan la imposibilidad comunicativa de los síndromes autistas y psicóticos que apenas usan la mirada y la “catatonía” centrada en el aparatito, debido quizás a una larga lista de experiencias de rechazo, desapego por la interacción humana real o de plano un bloqueo emocional.

Ciencia y poesía 6Una recomendación a aquellas miradas femeninas presas de sus dispositivos, bien podrían leer y reflexionar el texto de Julio Cortázar: «Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj». Quizás, después de leerlo podrían entender que la nueva prisión está en el dispositivo y que la esclavitud reside en su nuevo amo; el objeto. Una parte tuya que no eres tú, que no te pertenece ni tampoco eres capaz de reconocerlo como propio, y que por desgracia se te impone y anuda como el reloj se amarra a tu muñeca. En fin; quien se cree dueño no se sabe presa.

 

¿Mapeo ocular? …La hipótesis de la PNL


La sentencia: “Una mirada dice más que mil palabras” parece que es tomada muy en serio por los representantes de la programación neurolingüística (PNL) una propuesta teórico-metodológica desarrollada por Richard Bandler y John Grinder que con franqueza y justicia no me atrevo a llamarle científica por la terrible ausencia de evidencias obtenidas mediante procedimientos experimentales, las limitadísimas investigaciones psicológicas, no anecdóticas, empíricas o fundamentadas en la simpatía del “programador” y por su asociación a prácticas híbridas donde todo se mezcla fomentando la promoción del instrusismo profesional. De tal modo, la PNL ha recibido duras críticas por parte de neurobiólogos, psicolingüistas y especialistas en semiótica que han advertido ser cautelosos por su tendencia pragmatista e inferencial al establecer patrones comunicativos como un recetario o un compendio de normas, esquemas y estructuras para que cualquier “terapeuta” establezca cambios conductuales.

Con el ánimo de ser esquemático y reducido, sólo comentaré que la PNL supone que el cerebro es un “hardware” y que las intervenciones neurolingüísticas constituyen el “software” –una analogía cognitivista bastante desgastada y prostituida por otros paradigmas- y que las personas cuentan con sistemas de representación, estos son el auditivo, el visual y kinestésico y que a través de ellos diseñan sus mapas mentales acorde, no solo a los filtros sensoriales, sino también al uso de tales sentidos.

La PNL supone que la mirada nos proporciona «pistas de acceso ocular» y que existe una conexión insoslayable entre el movimiento ocular y los sistemas representativos, por lo que hacia la dirección que nuestros ojos se dirijan (arriba-abajo-izquierda o derecha) ingresamos en estados internos de construcción ideativa, sensación, recuerdo y dialogo  interno. El siguiente “mapeo” puede darnos alguna idea de sus propuestas.

Ciencia y poesía 7


EMDR y el abordaje del trauma emocional

 

En 1987, la Dra. Francine Shapiro, una mujer de mirada clara y expresiva, caminaba despreocupadamente en un parque cuando repentinamente fue presa de una serie de pensamientos negativos y se dio cuenta en determinado momento que estos pensamientos desaparecían “espontáneamente”. Dado su carácter intuitivo e insistencia observadora hipotetizó que de alguna forma el sistema nervioso central y los movimientos oculares que generaba tenían relación con el procesamiento de las sensaciones, pensamientos y hechos experimentados y con la presencia de ciertos disparadores internos y externos de la vida de la persona.

A partir de tal evento, la Dra. Shapiro inició pruebas clínicas en su consulta privada transitando a muestras mayores e investigaciones más rigurosas hasta conformar lo que hoy se denomina EMDR (movimientos oculares de desensibilización y reprocesamiento) constituyéndose como una alternativa efectiva para el abordaje del trauma y tratamiento específico del trastorno por estrés postraumático (TEPT) y sus síndromes y/o síntomas comórbidos.

Si afirmamos que la técnica EMDR permite la intervención efectiva sobre los traumas emocionales o incidentes críticos, resulta indispensable considerarlos como eventos que tienen el potencial de provocar sufrimiento humano significativo y sobrepasar los mecanismos naturales de los seres humanos. En este sentido, el evento traumático no depende del hecho mismo, sino de la forma en como la persona lo percibe, procesa e interpreta, así pues el trauma puede ir desde cuestiones básicas como problemas de apego, relacionales y laborales hasta incidentes “duros” como accidentes, violencia, robos, asaltos, violaciones, secuestros, homicidios, duelos, desastres naturales o provocados por el ser humano.

En México, la Asociación Mexicana para Ayuda Mental en Crisis, A.C. y los aportes clínicos y académicos llevados a cabo por el Dr. Ignacio Jarero constituyen desde mi opinión uno de los esfuerzos más importantes a nivel mundial no sólo para la formación en EMDR, sino fundamentalmente para la prevención y alivio del sufrimiento humano producido por el trauma psicológico.

¿Quién pensaría hace 40 años que los movimientos de los ojos bajo condiciones clínicas y un riguroso manejo llevado a cabo por especialistas de la salud mental permitiría resolver material emocional perturbador, potenciar estados emocionales positivos y facilitar el crecimiento natural bajo la premisa de una codificación incorrecta y/o procesamiento incompleto de experiencias de vida adversas perturbadoras o traumáticas?

Diversas investigaciones como las de Levin, Lazrove y Van der Kolkhan (1999) han demostrado el procesamiento de información en el cerebro, el funcionamiento de los procesos perceptivos y ahora los efectos del EMDR al incrementar la actividad bilateral de la circunvolución cingular anterior, área cerebral que modera la experiencia de amenazas reales contra percibidas y cambios en el metabolismo del lóbulo frontal, lo que puede indicar una mejoría en la habilidad de dar sentido a la estimulación sensorial recibida. De hecho en 1988 Van Etten y Taylor, realizaron un meta-análisis de todos los tratamientos psicológicos y de farmacoterapia para tratar el TEPT y encontraron una mayor eficacia del EMDR en comparación con otros tratamientos psicoterapéuticos.

 

Para finalizar…un regalo


Ciencia y poesía 8

Tus ojos…ventanas de la casa de dios

Lenguas enroscadas al amparo del tiempo

Amantes dignos de atar nadando en el mar de sudores extremos

Destellos que ciegan amparados tras la lujuria

 

Tus ojos…impulsos de la carne que destilan sueños

Cuerpos lúcidos que ahorcan mis razones

Atuendos de gala en la fiesta de la vida

Telarañas de párpados lascivos

 

Tus ojos…musas que arrebatan mis poemas

Galaxias jadeantes de polvo estelar

Voces que gimen y suspiran ser discurso

Analogía superada de Diógenes

 

Tus ojos…dicha innombrable sin tamaño ni fondo

Placentero tormento de los abismos de tus pupilas

Goce prohibido enmascarado de colores claros

Amores que desafían a la vida por no tener destino

 

Tus ojos… su abstinencia es tan cruda como el amanecer posterior a un duelo

Sentir es mi filosofía, un orgasmo sinfónico…mi práctica

Haz tu plegaria…confiésate, yo amo las miradas, amo ciertos ojos

Porque mi amor por ellos es religión…y sus besos mis rezos

 

Referencias

  • Ekman, P., Friesen, W. (1969). The repertoire of non-verbal behaviour: categories, origins, usage and coding. En Kendon, A. (ed.), Non-verbal communication, interaction, and gesture. Selections from Semiotica. The Hague, Mounton Publishers, 1981.
  • Ekman, P., Keltner, D. (1997). Universal facial expressions of emotion: an old controversy and new findings. En Segestrale, Molnar, P. (ed.), Non-verbal communication. Where nature meets culture. New Jersey, Lawrence Erlbaum.
  • Guan, Z., Lee, S., Cuddihy, E., Ramey, J. (2006). The validity of the stimulated retrospective think-aloud method as measured by eye tracking, Proceedings of the SIGCHI Conference on Human Factors in Computing Systems (Abril, 2006).
  • Krumhuber, E., Manstead, A. (2009). ¿Can duchenne smiles be feigned? New evidence on felt and false smiles. Emotion, 9, 807-820. http://dx.doi.org/10.1037/a0017844
  • Levin, P., Lazrove, S., Van der Kolk, B. (1999). What psychological testing and neuroimaging tell us about the treatment of posttraumatic stress disorder by eye movement desensitization and reprocessing. Journal of Anxiety Disorders, (13), 1-2, 159-172.
  • Mascalzoni, E., Regolín, L. (2010). Animal visión perception. Wiley Interdisciplinary Reviews: Cognitive Science. (2), 1.
  • Spool, J. (2006). Eyetracking: ¿Worth The Expense? UIE Brain Sparks Jared.
  • Van Etten, M., Taylor, S. (1998). Comparative efficacy of treatments for posttraumatic stress disorder: A meta-analysis. Clinical Psychology & Psychotherapy, 5, 126-144.

 

Héctor Cerezo Huerta. Doctor en Psicología Educativa y del Desarrollo por la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México. Instructor de Educación Continua de la Facultad de Estudios Superiores de Iztacala, UNAM. Profesor de Cátedra de la División de Profesional y Posgrado del Departamento de Estudios Humanísticos y Formación Ética del Tecnológico de Monterrey, Campus Puebla.

Correo: [email protected]

Twitter: @HectorCerezoH

Blog: http://docenciaydocentes.blogspot.com

Los comentarios están cerrados.