En busca del voto

En busca del voto


Manuel Martínez Morales

Llama la atención que en las propuestas de los candidatos a gobernador del Estado de Veracruz no se encuentren lineamientos explícitos y fundamentados de algún programa para el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación en la entidad. Lo cual resulta preocupante considerando, sobre todo,  el decisivo impacto que éstas tienen no solamente en el desarrollo económico y la productividad, sino en todas las otras esferas de la vida social. Por ejemplo en la educación, la salud pública, el cuidado y conservación del medio, la administración pública y la planificación económica, entre tantas otras.

La investigación científica en Veracruz ya tiene una trayectoria larga, con énfasis en tratar de entender al propio territorio y a las sociedades que lo han habitado, y más recientemente en áreas que trascienden sus límites geográficos. No obstante, se puede decir que al menos durante el sexenio que está por concluir ha predominado el soslayo de parte del gobierno estatal, cuya máxima expresión es la deuda financiera que tiene con la institución de educación superior y de investigación más grande del estado, la Universidad Veracruzana.

En el número 61 de El Jarocho Cuántico, suplemento científico de la Jornada Veracruz publicado en el mes de abril (http://www.jornadaveracruz.com.mx/extras/20164/160402_875.pdf), se presenta un diagnóstico de la investigación científica estatal retomando una propuesta ya hecha pública anteriormente, sobre los criterios básicos para impulsar distintas áreas del saber a falta de recursos para fomentar muchas a la vez,  recuperando la esencia del Programa Veracruzano de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico, elaborado hace más de una década, y planteando la necesidad de que el nuevo gobierno se replanteé un instrumento de esta naturaleza con una vigencia que cubra al menos hasta el año 2024, cuando concluya el gobierno que le suceda.

En la coyuntura política presente –la elección de gobernador- quien resulte electo tendrá apenas dos años para ordenar la administración pública y retomar estímulos y apoyos al desarrollo económico, cultural y social que en la última década han sido contaminados por la demagogia o de plano sepultados, junto con los mínimos de seguridad y paz en la convivencia a que tiene derecho toda sociedad.

Y es que la investigación científica en el estado es necesaria, en primer término, para comprender las coordenadas espaciales y temporales que nos corresponden  y atisbar las venideras, pero si se le acompaña con una estrategia de mayor visión podría ser detonante de mejores niveles de vida de los veracruzanos. No es casualidad que las naciones –y los estados del país- que menos invierten en ciencia, tecnología e innovación sean los menos desarrollados.

A partir del análisis de datos sobre el contexto socioeconómico,  puede observarse que siendo el Estado de Veracruz uno con gran potencial económico –medido por el PIB-, la riqueza se distribuye muy desigualmente (en cuanto al PIB, Veracruz ocupa el lugar 6, en tanto que respecto al  PIB per cápita estamos en el lugar 24). Tenemos un índice de analfabetismo de 13.6 %,  una baja escolaridad promedio y altos índices de pobreza y marginación.

Puede decirse que Veracruz es un estado rico y con una notable diversidad productiva, pero con una aparente ineficiencia en el uso de recursos y un gran rezago social en cuanto a distribución del ingreso, educación, niveles de marginación y pobreza y capacidad de innovación.

Así que en las condiciones actuales no es posible hacer ciencia sin un cierto grado de planificación y organización, promovido y financiado en primer término por el gobierno estatal, pues la ciencia y el desarrollo tecnológico requieren de grandes inversiones que solamente puede canalizar el estado, lo cual además establecen las leyes correspondientes como obligación de éste. También, es necesario organizar el quehacer científico y tecnológico en un sistema mediante la articulación de los distintos agentes que realizan tareas de investigación científica y desarrollo tecnológico.

Ahora bien, el Plan Veracruzano de Desarrollo (PVD) 2005-2010, aún vigente, es el instrumento de planeación más importante en la administración estatal; este documento contiene los ejes de política sobre los cuales el gobierno del estado define sus líneas de acción. En lo que respecta a ciencia, tecnología e innovación, el Plan no cuenta con un apartado específico, sin embargo, el tema es considerado de manera transversal en al menos cinco ejes de política: crecimiento y empleo, sector primario, industria, medio ambiente, educación y salud. La educación es el eje donde mayormente se aborda el tema de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI), es incluso uno de los criterios básicos que dan sustento a los objetivos, estrategias y acciones específicas del PVD. A pesar de que el tema  de  CTI  se  encuentra  presente  en  el  Plan, sería conveniente jerarquizarlo a nivel de eje; el fundamento de esta propuesta es la Ley de Fomento a la Investigación Científica y Tecnológica del Estado de Veracruz de Ignacio de la Llave (LFICyTV) donde en el Artículo 2 se menciona que “la investigación científica y tecnológica, el desarrollo tecnológico y la transferencia y aplicación del conocimiento son actividades prioritarias del Gobierno del Estado y los Gobiernos Municipales (…)”.

Hay que añadir que dentro  del  Presupuesto  de  Egresos  de  Veracruz para el ejercicio fiscal 2009, queda de manifiesto que el programa de Fondos Mixtos (FOMIX) del CONACYT es una de las principales herramientas del gobierno del estado para impulsar proyectos de CTI; sin embargo, su participación inició en 2005 a pesar de que los FOMIX comenzaron a operar en 2002 y su participación no ha sido constante. Al cierre de 2009, se habían logrado comprometer recursos por un monto de 193 millones de pesos y se habían aprobado 126 proyectos por un monto de 136.84 millones de pesos.

En cuanto a recursos humanos, de acuerdo con datos  del  CONACYT,  Veracruz se ubica en la posición número 10 en la gestión de los mismos. Al inicio del periodo considerado  en  el  estado se  contaba  con 211  investigadores  pertenecientes al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), lo cual representaba 2.76% del total de investigadores pertenecientes a este sistema en el país. Durante el periodo de estudio, estos investigadores presentan una tasa de crecimiento promedio anual de 13.71% de 2004 a 2009; no obstante, de inicios del periodo a la fecha el número de investigadores se ha duplicado, pasando de 211 a 456 investigadores.

Así mismo, se observa cómo en 2008 se da un importante impulso al número de investigadores, ya que es en este año cuando se presenta una tasa de crecimiento de un año a otro de 37%, la más grande del periodo, pasando de 257 investigadores a 352. Igualmente, el número de investigadores por millón de  habitantes (mhab)  indica  que en el estado a inicios del periodo se contaba con 29 investigadores por cada mhab mientras que para fines del periodo son 63, lo cual representa una tasa de crecimiento de 13.4% en promedio cada año del periodo.

A pesar de este notorio avance, todavía hay mucho por hacer en cuanto a este rubro. Pues en Veracruz, de acuerdo a estos datos, el número de investigadores por cada mhab es de 63 en tanto en el nivel nacional este indicador es de 211; es decir estamos muy por abajo de la media. Para alcanzar la media nacional deberíamos tener 1470 investigadores registrados en el SNI.

En cuanto a recursos asignados, consideremos la participación del Estado de Veracruz en los fondos federales dedicados a la ciencia. Veracruz aporta un poco más del 4% al PIB,  ocupando el sexto lugar, entre las otras entidades federativas, en cuanto a este indicador, y solamente recibe el 2.2 % de recursos CONACYT, ubicando a Veracruz en la posición número 10 en la gestión de recursos de este programa.

Es decir, también se nota rezago en cuanto a los recursos federales invertidos en ciencia y tecnología.

Veracruz tiene un bajo desempeño en muchos de los indicadores que componen los Indicadores Nacionales en CTI, sobre todo si se toma en cuenta que es la sexta economía más importante del país. Muchas de las  variables donde tiene bajo desempeño se ven influidas por el rezago socioeconómico que impera en la entidad; los bloques de variables donde peor desempeño tiene son: formadores de recursos humanos, productividad científica, infraestructura empresarial, acceso a tecnologías de la información y el entorno socioeconómico.

Aún así, se cuentan aspectos positivos para la CTI que pueden resumirse en el hecho de que Veracruz cuenta, al menos formalmente, con un marco institucional completo que incluye una Ley de Ciencia y Tecnología, un Consejo y un Programa y, por otra parte, parece ser que la base educativa (en el nivel superior) que puede sostener un Sistema Estatal de Ciencia y Tecnología es adecuada, si bien –en opinión de de quien esto escribe- insuficiente y precaria.  Aquí cabría comentar que, aún cuando ese marco está correctamente definido, falta darle mayor operatividad.

Las debilidades del sistema CTI se concentran sobre todo en una falta de definición clara sobre la estrategia a seguir, lo cual no se logrará si no convoca a un mayor número de individuos e instituciones para establecer un programa, sólido y factible, para el desarrollo científico y tecnológico del Estado de Veracruz.

Y no hay que dejar de lado que la mayor debilidad, en este contexto, es la baja tasa de crecimiento económico de la entidad, condición que de persistir será una gran limitante para que ciencia y técnica alcancen el nivel que contribuiría, precisamente, a alcanzar un mayor crecimiento económico.

Para que la ciencia, la tecnología y la innovación sean una realidad en el Estado de Veracruz hace falta reducir a su mínima expresión la burocracia y la demagogia, y dejar que sean los propios agentes vinculados directamente a la investigación (investigadores, tecnólogos y estudiantes) quienes, desde sus respectivos campos de trabajo, lleven la iniciativa y sean merecedores de un bono de confiabilidad,  de un voto de confianza, por parte de quienes toman decisiones y reparten los recursos. Solamente así tendremos en Veracruz un verdadero jardín de la ciencia y la tecnología donde broten mil flores de pensamiento y acción.

 

Nota: Un grupo de investigadores, a título personal, ha hecho llegar a todos los candidatos el diagnóstico sobre CTI contenido en el suplemento científico mencionado en este texto, con la expectativa de que la ciencia, la tecnología y la innovación tengan la atención prioritaria que merecen por parte de la próxima administración gubernamental, del color que sea.

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