Para Judith Aguirre Moreno, investigadora adscrita al Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV), las Declaraciones de Derechos Humanos (DDH) y todos sus instrumentos internacionales están desfasados de la realidad.  

Aseguró, además, que no es lo mismo el contexto en el que se da la Declaración Universal de DH de 1948 a lo que sucede en 2014, sobre todo con la inclusión de las nuevas tecnologías y los avances en la medicina y biología, así como en la genética.

         Tras analizar este panorama, la Doctora en Derecho Económico por la Universidad de Salamanca, España, e investigadora Nivel 1 del Sistema Nacional de Investigadores, decidió desarrollar la línea de trabajo “Las nuevas tecnologías en la construcción de los Derechos Emergentes”, que sustenta en la innegable y estrecha relación existente entre la cada vez más moderna tecnología y los DH.

         Aguirre Moreno explicó que las relaciones entre los individuos, el Estado y sus semejantes en un nuevo contexto, principalmente a partir de la globalización, han obligado en diferentes momentos a cuestionar la tarea de los estados acerca del reconocimiento y la defensa real y efectiva de los derechos del hombre ante los nuevos retos que se presentan.

         Como parte de esta búsqueda de respuestas, recuerda que en 2004 se celebró por primera ocasión en Barcelona, España, el Fórum Universal de las Culturas teniendo como temas medulares la diversidad cultural, el desarrollo sostenible, la paz y el conocimiento como preocupaciones centrales para el siglo XXI.

         Dijo que a este evento acudieron artistas, intelectuales, activistas, organizaciones internacionales, asociaciones de diversa índole, así como ciudadanos deseosos de formar una sociedad civil responsable.

         Es en este contexto que surge una carta de los Derechos Humanos Emergentes durante un evento organizado por el Instituto de Derechos Humanos de Cataluña, y ésta se consolidó en Monterrey, Nuevo León, en 2007 con la firma de la Declaración Universal de los Derechos Humanos Emergentes (DUDHE) durante el Segundo Fórum Internacional de las Culturas.

         La DUDHE está estructurada en dos partes, la primera se conoce como “Marco general” que se ocupa de los principios y valores que impregnan todo el contexto de la Declaración; la segunda, constituye un catálogo de derechos, que si bien muchos de ellos ya están reconocidos en otros instrumentos internacionales, se les da un nuevo sentido y contenido acorde a las necesidades actuales.

         Con una investigación ya concluida que tituló “Control de convencionalidad. La postura de la corte”, y tras observar los problemas que existen en materia de DH, le llamó la atención esta nueva protesta en materia de los DHE, que en su opinión nacen de la propia sociedad civil “debido a que los gobiernos no tienen voluntad política para realmente tutelar y proteger los derechos para hacerlos valer, y entonces se tienen que buscar otros mecanismos”.

         La también académica universitaria no dejó de reconocer que la propuesta de los DHE contiene los mismos derechos que ya se encuentran plasmados en documentos internacionales, pero ahora están actualizados y se le incorporan otros derechos como el de la información, que aunque ya existe  se le incluye el derecho a la comunicación.

         Se pregunta ¿qué es esto?, para enseguida darse respuesta indicando que es el derecho de los individuos a expresarse, a comunicarse en todos los medios que desee, haciendo particular énfasis en el Internet, que es algo que no estaba reconocido, por razones obvias, en los documentos de 1948.

         También se están contemplando las posibles violaciones de DH que se desprenden de las nuevas tecnologías. Por ejemplo, los teléfonos inteligentes que para su manufactura se requiere de ciertos minerales que solamente se encuentran en lugares como El Congo, en donde para su extracción “se realizan jornadas de trabajo inhumanas con condiciones terribles, hay desplazados y muertos. Luego esos teléfonos son desechados y enviados a países pobres para ser desensamblados y sus piezas almacenadas, provocando una gran contaminación, y nadie hace nada al respecto.

         ”Por todo lo anterior, considero que se requiere de modificar muchas leyes, actualizarlas, y sobre todo el derecho debe ir más cerca de la realidad, pero desgraciadamente suele ir varios pasos atrás y entonces la realidad nos supera por mucho”, finalizó.

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