Derek Parfit, en la Universidad de Harvard, 2015- Imagen de Anna Riedl

Derek Parfit, en la Universidad de Harvard, 2015- Imagen de Anna Riedl


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

Derek Parfit fue ue un filósofo británico especializado en problemas de identidad personal, racionalidad, ética, y la relación entre ellos.

Nacido en China, el 11 de diciembre de 1942, porque sus padres (Norman y Jessie Parfit) estaban en ese país enseñando medicina preventiva en hospitales de misioneros. La familia regresó al Reino Unido cuando Parfit tenía un año, y se estableció en Oxford.

Derek fue fue enviado al Colegio Eton. Desde una edad temprana Parfit intentó volverse un poeta, pero dejó la poesía hacia el final de la adolescencia.

Después, estudió historia moderna en la Universidad de Oxford, donde se graduó en 1964.

En 1965 recibió la Beca Harkness y estudió en la Universidad de Columbia y la Universidad de Harvard. Durante esa época fue que cambió de la historia a la filosofía.

Cuando regresó a Oxford se volvó un research fellow del All Souls College. De hecho toda su vida académica la llevó ahí, aunque también fue Visiting Professor of Philosophy en la Universidad de Nueva York, Universidad de Harvard y la Universidad Rutgers.

En 2014 recibió el Premio Rolf Shock de Lógica y Filosofía “por sus contribuciones innovadoras sobre la identidad personal, el respeto a las generaciones futuras y el análisis de la estructura de las teorías morales”.

Su libro de 1984 Razones y Personas es una obra muy influyente que ha impactado sobre varias generaciones. Su libro más reciente, On What Matters (2011), fue discutido durante muchos años antes de su publicación.

Parfit es conocido por su investigación rigurosa y casi matemática sobre las ideas de identidad personal. En muchos casos, Parfit usa ejemplos inspirados por Star Trek y la ciencia ficción, como los teletransportadores para explorar nuestras intuiciones sobre identidad. Es un reduccionista, y piensa que ya que no hay un criterio adecuado de identidad personal, las personas como tales no existen, sino que son sus componentes. Parfit argumenta que la realidad puede ser descrita completamente de forma impersonal: no necesitamos una respuesta determinada a la pregunta «¿Seguiré existiendo?» Podríamos conocer todos los hechos sobre la continuada existencia de una persona y sin embargo no poder dictaminar si la persona ha sobrevivido en un caso concreto. Concluye diciendo que es un error asumir que la identidad personal es lo que importa en la supervivencia, lo que importa es la Relación R: conectividad psicológica (específicamente, de la memoria y el carácter) y continuidad (cadenas superpuestas de conectividad fuerte).

Para Parfit, los individuos no son más que cerebros y cuerpos, pero la identidad no se puede reducir a uno en la exclusión del otro. Concede que sus teorías raramente entran en conflicto con otras teorías reduccionistas en la vida diaria, y que solo llegan a desacuerdos al hablar de ejemplos extraordinarios. Sin embargo, defiende el uso de tales ejemplos, argumentando que incitan muchas intuiciones sobre la identidad. Tal identidad no es tan fuertemente determinada como muchas veces suponemos, sino que tal determinación tiende a aparecer debido a cómo hablamos en nuestra vida corriente. Las personas existen de la misma forma que naciones o clubes existen.

Una clave para la cuestión de Parfit es: dado a escoger entre sobrevivir sin preservar la Relación R: conectividad psicológica y continuidad o morir pero preservar R a través del futuro de la existencia de otra persona, ¿cuál deberíamos escoger? Parfit argumenta que deberíamos preferir el segundo.

Parfit describe la pérdida de la creencia de la existencia de un «yo» separado como «liberadora».

Falleció el 1 de enero de 2017 en Londres, Reino Unido.

* Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana

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