Una proteína del sistema nervioso, Nedd8, es fundamental para que madure el espacio entre neuronas o sinapsis, reveló un equipo de científicos en la revista Nature Neuroscience. Y su inhibición provocaría enormes déficits de memoria y de aprendizaje.

La mejor comprensión del rol de Nedd8 “podría ser importante, en el futuro, para desarrollar estrategias que nos ayuden a paliar los síntomas cognitivos de afecciones como el Parkinson y el Alzheimer”, dijo a la Agencia CyTA-Leloir el autor principal del estudio, el doctor Damián Refojo, jefe del Laboratorio de Neurobiología Molecular en el Instituto de Investigación en Biomedicina de Buenos Aires (IBioBA) e investigador del Instituto Max Planck de Psiquiatría de Munich, en Alemania.

Refojo y sus colegas, incluyendo científicos de la Universidad de Bonn, en Alemania, y del Instituto de Neurociencias de Bordeaux, en Francia, utilizaron distintas técnicas farmacológicas y genéticas para bloquear la acción de Nedd8 en neuronas en cultivo y en ratones transgénicos. “Observamos con enorme sorpresa que al inhibir esta proteína, las sinapsis de circuitos neuronales relacionados con memoria y conductas emocionales desaparecían paulatinamente y los animales (ratones) mostraban enormes déficit de memoria y aprendizaje”, dijo Refojo.

Es la primera vez que se describe el rol de esta proteína en el sistema nervioso, lo cual abre auspiciosas líneas de investigación. Sin embargo, Refojo advirtió que todavía falta “mucho tiempo y trabajo” para transferir este avance a la clínica, o, en otras palabras, llevar este avance de la mesada del laboratorio a la cama del paciente.

El conocimiento y el desarrollo científico “se construye de a muchos, de a poco, y con mucha constancia. Por eso, la ciencia, como la educación, necesita de un crecimiento sostenido para rendir frutos”, reflexionó el médico graduado en la UBA e investigador del CONICET.

El IBioBA, dependiente del CONICET e instituto “partner” de la Sociedad Max Planck de Alemania, es uno de los nuevos centros de investigación que funciona en el Polo Científico de Palermo (en las ex bodegas Giol).

(Bruno Geller/AGENCIA CYTA-INSTITUTO LELOIR/DICYT)

 

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