Un estudio sin precedentes, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), muestra que las vacunas huérfanas –que no completan el proceso de licencia para uso humano– pueden utilizarse en el medio salvaje y ser positivas para aquellas especies que están en peligro de extinción, como los gorilas y chimpancés. Concretamente, se ha probado con éxito una vacuna contra el virus del Ébola en chimpancés.

Estos animales, así como los gorilas salvajes, están gravemente amenazados por enfermedades. Muchas de ellas podrían prevenirse mediante la vacunación. Sin embargo, antes de que una vacuna pueda ser utilizada en chimpancés salvajes, tiene que probarse para su seguridad en animales cautivos.

“Los defensores de los derechos de los animales están presionando al gobierno de los EE UU –el único país desarrollado que permite ensayos en chimpancés– para que se ponga fin a las pruebas biomédicas en estos animales cautivos. Si lo hacen, no habrá ningún lugar para probar las vacunas y esto impedirá que podamos vacunar en el medio salvaje. El dilema es que proteger a los chimpancés en cautividad provocará que los salvajes mueran inevitablemente”, declara a Sinc  Peter Walsh, autor principal del estudio y jefe de la División de Antropología Biológica de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).

Este equipo científico, que ha contado con investigadores del Centro de Investigación de New Iberia (EE UU), así como con el ejército de los EE UU, la Universidad de Louisiana y la organización de protección de simios Apes Incorporated, cree que las vacunas podrían ser armas fundamentales en la lucha por la supervivencia de los grandes simios salvajes. En su opinión, sería vital mantener a chimpancés en cautividad para los ensayos, no para uso humano, sino para ayudar a salvar las especies clave en peligro de extinción.  

Virus letales transmitidos por los humanos

Las enfermedades infecciosas son una amenaza para las especies de simios africanos, así como las muertes por la caza furtiva y la pérdida de su hábitat natural. Además, la población de grandes simios continúa desapareciendo por enfermedades como la malaria, el ántrax y por la propagación de virus respiratorios, así como por brotes de Ébola masivos que en 2007 mataron a cerca de un tercio de la población mundial de gorilas.

‘»La mitad de las muertes entre los chimpancés y los gorilas que viven en contacto con las personas son debidos a nuestros virus respiratorios. Para nosotros es un dolor de garganta. Para ellos supone la muerte'», subraya Walsh.

Su sistema inmunológico es muy similar al de los humanos, pero estos animales son muy susceptibles a los virus de los turistas y de los investigadores. ”Los chimpancés y los gorilas están mucho más estresados inmunológicamente que nosotros por el mal tiempo, por otras enfermedades y por la escasez de alimentos. Por eso los virus pueden hacen mucha más mella en ellos”, añade el experto.

El Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE UU está considerando regulaciones que acabarían con todas las pruebas biomédicas en chimpancés cautivos en los próximos años. Los autores del estudio creen que los EE UU deberían establecer una población de chimpancés cautivos ‘»humanamente alojados'» dedicados exclusivamente a la investigación de la conservación.

‘»Tenemos que ser pragmáticos y salvar a estos animales ahora, antes de que sean eliminados para siempre. La vacunación podría ser un punto de inflexión. Sin embargo, los administradores de los parques son inflexibles sobre que todas las vacunas se prueben en simios cautivos antes de su aplicación en el medio silvestre'», afirma Walsh.

Una vacuna eficaz y segura

Los investigadores administraron a chimpancés cautivos una nueva vacuna con una partícula similar a un virus (VLP, por sus siglas en inglés) que se está desarrollado por parte de la compañía biotecnológica integrada Biotherapeutics para su uso en seres humanos.

A pesar de que no vacunaron a estos animales directamente con el virus del Ébola, los científicos probaron si los anticuerpos recogidos de los chimpancés podrían proteger a los ratones contra el virus mortal. También supervisaron si tenía efectos secundarios o complicaciones en su salud.

Los resultados mostraron que la vacuna es segura en chimpancés. Los animales vacunados desarrollaron una respuesta inmune robusta, con anticuerpos específicos del virus detectados ya en entre dos a cuatro semanas después de la primera vacunación en algunos animales, y dos semanas después de la segunda vacunación en la totalidad.

‘»Hay un gran número de vacunas experimentales que muestran un excelente perfil de seguridad e inmunidad en los primates, pero nunca tienen licencia para uso humano'», apunta el científico de la Universidad de Cambridge.

Los autores señalan que estas vacunas VLP actualmente requieren múltiples administraciones para llegar a tener ‘»plena potencia'», pero podrían marcar la diferencia entre la supervivencia y la extinción de las especies que están altamente en peligro de extinción o inmunológicamente frágiles.

‘»Aunque el Congreso instruyó específicamente a los Institutos Nacionales de Salud para que consideraran el valor que puede tener para la  conservación la investigación con chimpancés en cautiverio, no se presentaron las conclusiones sobre su posible impacto. Si los laboratorios biomédicos que tienen las instalaciones para llevar a cabo los ensayos de vacunas controladas ‘liquidan’ sus poblaciones de chimpancés, no quedará ningún lugar para hacer ensayos relacionados con la conservación'». 

“El siguiente paso para la investigación sería conseguir financiación y viajar al Congo para vacunar a gorilas en el lugar donde trabaja mi colega española Magdalena Bermejo”, concluye Walsh. Bermejo, de la Universidad de Barcelona, conocida como la Dian Fossey del Congo, es una autoridad mundial en gorilas occidentales de planicie. 

Referencia bibliográfica:

Kelly L. Warfield, Jason E. Goetzmann, Julia E. Biggins, Mary Beth Kasda, Robert C. Unfera, Hong Vu. Javad Amana, Gene Gerrard Olinger, Jr.c, and Peter D. Walsh, ‘»Vaccinating captive chimpanzees to savewild chimpanzees'», PNAS.

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