Dos dientes de 41.000 años de edad revelan la llegada de los humanos modernos a Europa

Modelos digitales en tres dimensiones del incisivo inferior de Riparo Bombrini (izquierda) y del incisivo superior de la Cueva de Fumane / Daniele Panetta, Instituto de Fisiología Clínica, Pisa (Italia).


La cultura protoauriñaciense apareció en la región sudoeste y centro de Europa hace aproximadamente 42.000 años, y coincidió con la desaparición de los neandertales en la zona.

Los investigadores se habían preguntado si dicha cultura, conocida por sus piedras cortadas en forma de cuchillas y ornamentos simples, fue una industria neandertal o si, por el contrario, perteneció a los humanos modernos y dio lugar a la cultura Auriñaciense del sur de Francia.

Un equipo de científicos, liderado por Stefano Benazzi de la Universidad de Bolonia (Italia), ha estudiado dos dientes incisivos de 41.000 años de edad provenientes de yacimientos asociados a la cultura protoauriñacienses en Italia –de Riparo Bombrini y Grotta di Fumane–, así como el esmalte dental que conservaban.

“La llegada de los humanos modernos provocó la extinción de los neandertales, y los creadores de la cultura protoauriñaciense son parte de esta historia. Además, las investigaciones de la última década indican que las diferencias entre el protoauriñaciense y el auriñaciense no son tan pronunciadas como se indicaba anteriormente”, explica a Sinc Michael Bolus, de la Universidad Tübingen (Alemania) autor de otro estudio que analiza en detalle el artículo publicado por Benazzi y su grupo.

Uno de los dientes contenía ADN mitocondrial, lo que les permitió compararlo con el de los seres humanos actuales, los neandertales, los denisovanos, un homínido de Atapuerca (España) y un chimpancé.

Dos culturas, “caras de la misma moneda”

Los investigadores confirmaron que los incisivos protoauriñacienses pertenecían a seres humanos modernos, por lo que se consideran los restos humanos más antiguos asociados con la arqueología auriñaciense.

“Los primeros ensamblajes auriñaciense (Geissenklösterle en Alemania y Willendorf II en Austria) y los primeros protoauriñaciense son casi contemporánes. Es por eso que, sin negar las diferencias entre ambos, cuestionamos el concepto de que la cultura protoauriñaciense sea una especie de raíz para la industria auriñaciense posterior. Más bien, parecen ser las dos caras de una misma moneda”, apunta Bolus.

Por último, y dado que los neandertales habían desaparecido del oeste de Europa hace aproximadamente 39.260 años, Benazzi y sus colegas sugieren que la cultura protoauriñaciense pudo haber provocado el descenso de los mismos.

“Esto no significa que, como tal, hubieran desencadenado la caída de los neandertales. Lo que es obvio es que aunque estos eran seres humanos competentes e inteligentes, diferían anatómicamente de los humanos modernos. Creemos que la creatividad y tecnologías sofisticadas les daban anatómicamente ventajas demográficas a estos últimos, y que con su llegada a Europa, los neandertales se extinguieron finalmente”, concluye.

Referencias bibliográficas:

S. Benazzi et al. «The makers of the Protoaurignacian and implications for Neandertal extinction», Science 23 abril de 2015.

Nicholas J. Conard y Michael Bolus. “Chronicling modern human’s arrival in Europe”, Science 23 abril de 2015.

(SINC)

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