Joanne Rowling y Harry Potter

Joanne Rowling y Harry Potter


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

Joanne Rowling, la creadora de la zaga Harry Potter, nació el 31 de julio de 1965 en la pequeña localidad británica de Chipping Sodbury, cerca de Bristol, en el suroeste de la isla.

El primero de los libros “Harry Potter y la piedra filosofal” lo concluyó en 1996 y con su texto en mano recorrió varias editoriales prestigiosas de Inglaterra, entre ellas Penguin y Harper Collins, hasta que en 1997 consiguió por fin que la prestigiosa firma británica Bloomsbury publicara el libro.

A partir de ahí el éxito le llegó con gran rapidez y sus penurias económicas se fueron con la misma velocidad, al grado de que se calcula que se han vendido más de 450 millones de copias de los libros en todo el mundo.

Su fortuna creció de tal forma que poco más de 10 años después de que su primera entrega fuera aceptada para publicarse, la Sunday Times Rich List, de 2008, estimó que poseía 560 millones de libras esterlinas, con lo cual era la duodécima mujer más rica de Gran Bretaña.

La idea de Harry Potter le llegó durante un viaje en tren de Manchester a Londres, en 1990, el cual llevaba una demora de 4 horas: “De repente, la idea de Harry apareció en mi imaginación, simplemente. No puedo decir por qué, o qué la desencadenó, pero vi la idea de Harry y de la escuela de magos muy explícitamente. De pronto, tuve la idea básica de un niño que no sabía quién era, que no sabía que era mago hasta que recibió una invitación para asistir a una escuela de magia. No he estado nunca tan entusiasmada con una idea”, narró, según recopila Sean Smith en “J.K. Rowling. Biografía. El genio que hay detrás de Harry Potter” (2001)

Pero la construcción de la trama y los personajes lo inicio desde mucho antes y de manera subconsciente.

La familia de Joanne, se mudó múltiples veces de domicilio, debido al trabajo de su padre, Peter, ingeniero de la compañía Rolls-Royce casado con Anne, una escocesa con raíces francesas.

Lectora y escritora precoz, entusiasta aficionada a devorar novelas para adultos, a los seis años ideó un conejo que tuvo el honor de ser su primer héroe en un cuento que tituló Rabbit.

 

La construcción de los personajes de Harry Potter

En Winterbourne, uno de los lugares de residencia de la familia Rowling, Joanne y su hermana hicieron amigos entre el vecindario; uno de ellos se llamaba Ian Potter. El apellido se le hizo extraño y lo incluyó en su colección de nombres y apellidos raros, los cuales después fue atribuyendo a sus personajes.

En la campiña del condado de Gwent, llamada Forest of Dean, Joanne encontró lugares que después trasladaría a su novela, como sitios que le recordaban su niñez; pero ahí también conoció a su odiada profesora Mrs. Morgan, a quien trasladó a sus novelas encarnando uno de sus malévolos personajes.

En su adolescencia Rowling tenía el apodo de “Gafotas” y era una joven precoz e inteligente. De hecho, según algunas de sus declaraciones, el personaje de Hermione lo basó en parte en ella misma, “es una caricatura de mí misma cuando tenía once años, aunque no estoy particularmente orgullosa de ello”, dijo.

Joanne Rowling ingresó en la Universidad de Exeter, donde, siguiendo el consejo paterno, estudió francés con el propósito de encontrar después un buen trabajo como secretaria bilingüe. Con los títulos de lengua y literatura francesas todavía relucientes, se trasladó a la sede de Amnistía Internacional, en Londres, para realizar un trabajo de investigación sobre las violaciones a los derechos humanos en el África francófona.

Pero el trabajo de oficina no era para ella, y después de la muerte de su madre por una esclerosis múltiple, a los 26 años decide dejar Inglaterra para enseñar inglés en el extranjero.

Era 1991, la etapa en la que comenzaba a escribir el primero de los libros y por eso fue que incluyó del sentimiento de tristeza y añoranza por la madre en Harry Potter, “porque sabía como se sentía”.

Su primer lugar de residencia fuera de su país fue Oporto, Portugal, donde además de las clases de inglés, tuvo bastante tiempo para escribir, dejando que fluyera su verdadera vocación

Allí conoció a Jorge Arantes, un periodista de la televisión portuguesa, con quien contrajo matrimonio el 16 de octubre de 1992; de la unión nació un año más tarde su hija Jessica Isabel, a quien le dio ese nombre «en honor a una brigadista británica (Jessica Mitford) que había luchado en la guerra civil española», según afirmó en una entrevista. Tiempo después llegó el divorcio.

Joanne decidió regresar a Gran Bretaña y se instaló en la ciudad escocesa de Edimburgo, cerca de su hermana Dianne, donde llegó con la firme intención de acabar y publicar una novela sobre un tal Harry Potter, personaje infantil con poderes mágicos.

Durante 1994 Joanne Rowling inició un proceso para conseguir una orden de alejamiento de su expareja, temporada en la que se sumió en una profunda depresión clínica, al grado de que llegó a plantearse el suicidio. Fue el sentimiento de su enfermedad el que le dio la idea de los Dementores, las criaturas sin alma que aparecen en “Harry Potter y el prisionero de Azkaban”.

Sin empleo, y viviendo de los beneficios que le otorgaba el Estado, Rowling completó su primera novela escribiendo en varios cafés, especialmente el Nicolson, cada vez que lograba que Jessica se durmiese. En torno a este pasaje de su vida se creó el mito de que lo hacía para huir de su departamento sin calefacción, pero en un programa televisivo de la A&E Biography, refirió que su departamento si tenía calefacción, pero que llevar a pasear a su bebe era la mejor forma de hacerla dormir y por lo tanto ella tener tiempo para escribir.

 

A publicar el primer libro de Harry Potter

Cinco años tardó Joanne Rowling para terminar la que consideraba la obra de su vida, lo cual hizo en 1995: Harry Potter y la piedra filosofal.

Bryony Evans, en definitiva, fue una fuerte impulsora para que Joanne encontrase una editorial; Bryony fue una lectora encomendada a revisar los primeros tres capítulos del libro, y quien propició que la agencia Christopher Little Literary Agents aceptase representar a Rowling en su búsqueda de un editor. El libro fue enviado a doce editoriales, las cuales rechazaron el manuscrito. Un año más tarde, en 1996, finalmente recibió la aprobación (y un adelanto de 1,500 libras) del editor Barry Cunningham para Bloomsbury, una pequeña editorial británica de Londres, Inglaterra.

Las versiones refieren que la decisión de publicar el libro de Rowling aparentemente se le debe a Alice Newton, la hija de ocho años de edad del presidente de Bloomsbury, quien recibió el primer capítulo para su revisión e inmediatamente pidió el segundo.

En 1997 Bloomsbury imprimió 1,000 ejemplares de “Harry Potter y la Piedra Filosofal”, quinientos de los cuales fueron distribuidos en bibliotecas. Luego del éxito mundial de los libros, aquellas copias pasaron a valer entre 16,000 y 25,000 de libras

Para publicar su primer libro los editores le sugirieron que lo firmase con dos iniciales antes de su apellido, ante el temor de que los jóvenes no quisiesen comprar algo escrito por una mujer. Así a su inicial J, de Joanne, le añadió la K, por el nombre de su abuela paterna para quedar como J.K. Rowling.

En ese mismo 1997 Rowling recibió una beca de 8,000 libras del Scottish Arts Council, con la cual pudo seguir escribiendo la segunda entrega.

 

La magia que llegó a la vida de Joanne

La publicación de su primer libro –paradójicamente- supuso un giro mágico en su vida. El extraordinario éxito superó ampliamente todas las expectativas de las editoriales británica y estadounidense que lo habían publicado.

En la primavera de 1998, ya con el éxito confirmado en Gran Bretaña, en Estados Unidos se realizó una subasta por los derechos para publicar la novela, la cual fue ganada por Scholastic Inc., que pagó 105,000 dólares.

La fama le llegó en el Reino Unido y durante los primeros meses se vio ampliamente superada por la situación, al grado de no poder escribir ni una línea.

A punto de acabar el segundo libro de la serie, entró en una fase crítica y llegó a pensar que estaba escribiendo «basura», según confesaría tiempo después en una entrevista. Nada acostumbrada a manejar semejantes sumas de dinero ni a la presión de los medios de comunicación, Joanne se bloqueó y tardó en adaptarse a la nueva situación, hasta el punto de verse obligada a modificar su sencillo estilo de vida. Tuvo que dejar de escribir en el mismo café debido al acoso de admiradores y curiosos, que convirtieron el local en lugar de peregrinación, y adoptó una postura defensiva frente a las intromisiones en su vida privada. Después decidió dejar las clases definitivamente para dedicarse por entero a lo que siempre había anhelado: escribir.

Con el éxito a cuestas, la secuela “Harry Potter y la cámara secreta” fue publicada en julio de 1998.

En diciembre de 1999 se publicó la tercera entrega “Harry Potter y El prisionero de Azkabán”, la cual ganó el el Premio al Mejor Libro Infantil, con lo cual Rowling se convirtió en la primera persona que obtenía el premio tres veces.

La «pottermanía» ya estaba en plano.

La siguiente entrega, “Harry Potter y el cáliz de fuego” batió records de ventas, incluso superando a los libros anteriores, al grado de que 372,775 copias fueron vendidas en su primer día en la Gran Bretaña.

Para la quinta novela, “Harry Potter y la Orden del Fénix”, hubo un espacio de tres años y el sexto titulo se publicó el 16 de julio de 2005, “Harry Potter y el misterio del príncipe” con un lanzamiento de 9 millones de copias en sus primeras 24 horas.

El último libro, «Harry Potter y las Reliquias de la Muerte” fue lanzado el 21 de julio de 2007, vendiendo 11 millones de copias en su primer día, tan sólo en el Reino Unido y Estados Unidos

Este fenómeno la llevó a que en 2007 la revista Forbes la ubicará en el puesto 40 de las celebridades más poderosas de 2007, y Time la nominó como el “Personaje del año”.

Condecorada con el título de Oficial del Imperio Británico y convertida en la persona que ocupa el tercer lugar por volumen de ganancias en su país, según un listado de la prestigiosa revista Forbes, Joanne trató de mantener contra viento y marea su discreto estilo de vida. Todas las mañanas siguió llevando a su hija al colegio siempre que las giras promocionales de sus novelas se lo permitían, y procuró escribir los restantes libros de Harry Potter en otros cafés de Edimburgo, lejos del acoso de los periodistas.

Joanne Kathleen Rowling, se convirtió también en productora de las películas de Harry Potter y en una notable filántropa que apoya diversas instituciones de caridad.

Harry Potter se convirtió en una marca registrada global valorada en aproximadamente 7,000 millones de libras, y los últimos cuatro libros de Harry Potter han marcado récords como los libros más rápidamente vendidos de la historia. La serie, con un total de 4,195 páginas, ha sido traducida, totalmente o en parte, a 74 idiomas.

* Investigadora académica del IIESES de la Universidad Veracruzana

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