El cómo impulsar la ciencia, es un debate no atendido por las esferas de poder.

Los científicos ya tomaron una posición y la plasmaron en el libro “El debate de la ciencia en México”, editado por el Consejo Consultivo de Ciencias.

México es un país que se ancla a su atraso, en el que no hay inversión en la ciencia, no hay inversión en la educación.

Los candidatos presidenciales que están en disputa en este 2012 deben hacer su planteamiento concreto en torno a la ciencia en México.

Quienes vislumbran la construcción de país desde una posición de bienestar para todos, con la ciencia en la mano, se han pronunciado de forma repetida por que se integre la Secretaría de Ciencia, propuesta para la cual se carece de contraposición.

La conjunción de posiciones, la contraposición incluso de visiones, se plasmó en ese libro en cuya integración participaron miembros de las instituciones que conforma el Foro Consultivo Científico y Tecnológico (FCCyT), en cuya mesa directiva se aglutinan representantes de 20 instituciones de la academia y el sector empresarial, 17 de los cuales están inscritos en el Sistema Nacional de Investigadores.

Ahí se plante que la ciencia en México es como un avión que corre en la pista, al que todavía no se le ha inyectado el combustible adecuado para despegar y así expresar su potencial de velocidad, maniobrabilidad y desempeño.

Entonces, en lugar de avión, es únicamente un vehículo terrestre que irá de ida y vuelta por la pista.

“La experiencia universal indica que se requiere alcanzar una inversión de al menos 1% del Producto Interno Bruto (PIB) en este rubro, para que sus beneficios se derramen en la sociedad. De hecho, los países más desarrollados invierten entre dos y cuatro veces más que la recomendación mínima, con una relación entre la participación pública y privada que varía de caso en caso, pero que siempre corresponde a porciones considerables para el Estado y para la industria”, se apunta en el texto.

Ahí también se menciona que en nuestro país, durante casi 20 años, la inversión pública en ciencia se ha mantenido casi constante en 0.3-0.4 del PIB con una participación privada también reducida.

Ante esto se tiene el énfasis en que “quienes conducen al país no han tomado conciencia, y por así decirlo, no se han apropiado del potencial de la ciencia como el motor principal para el desarrollo de México”.

Y como dice el mismo “El debate de la ciencia en México”: “Sirva esta metáfora para justificar la insistencia de muchas voces, principalmente provenientes del mundo académico, sobre la necesidad de incrementar la inversión en educación, ciencia, tecnología e innovación (CTI), para lograr que nuestro país salga del mediano desempeño económico en que se encuentra”.

 

Quien quiera revisar el libro completo puede hacerlo en

http://www.foroconsultivo.org.mx/libros_editados/el_debate_de_la_ciencia.pdf

 

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