El modelo exportador de México debe ser replanteado desde el ámbito político y económico porque limita el crecimiento del mercado interno, beneficiando sólo al  sector financiero y a las grandes trasnacionales, expuso el doctor Carlos Rozo Bernal, Profesor distinguido de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

La teoría de producir para exportar y generar crecimiento es correcta si se parte del principio de que el producto que se comercializa en el exterior es totalmente producido en el país, porque demanda recursos, mano de obra e insumos locales  que incentivan el desarrollo; pero en nuestro caso, “lo que se exporta está fabricado con insumos importados”.

Ante ese panorama es conveniente incrementar el valor agregado de los artículos   con insumos nacionales y establecer una política económica que promueva el mercado interno por medio de mejorar el salario.

En la presentación del libro Estrategias para un desarrollo sustentable frente a las tres crisis. Finanzas, Economía y Medio Ambiente, publicado por la Red Nacional Globalización Financiera y Desarrollo, coordinado por los profesores Arturo Guillén, Eugenia Correa, Alicia Girón y Antonina Ivanova, dijo que el modelo económico es un fracaso, ya que del 100 por ciento de las exportaciones, casi 60 por ciento corresponde al sector maquila, el cual sólo demanda mano de obra y no insumos; por lo tanto, este sector no contribuye al crecimiento de la economía.

El crédito es otro elemento que debe reactivarse pues se ha mantenido estancado desde hace varios años, presentar un nivel de 22 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), cuando las economías que crecen alcanzan índices entre 70 y 80 por ciento.

El doctor en Ciencias Económicas consideró que las reformas estructurales no van a resolver el problema económico, porque mientras que el modelo exportador dependa de las expectativas de crecimiento de los Estados Unidos, éste se mantendrá con tasas bajas, por lo menos la próxima década.

El modelo a seguir debería ser el brasileño, que se sustenta en mejorar la distribución del ingreso y la calidad de vida de la población con su mercado interno, aseveró el docente del Departamento de Producción Económica de la Unidad Xochimilco.

La doctora Margarita Camarena Luhrs, del Instituto de Investigaciones Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, planteó la necesidad de dar espacio a la política para que los gobiernos ejerzan gastos en los campos donde el sector privado se ha retirado, a fin de propiciar la recuperación del crecimiento de la economía mundial ante la crisis actual que depende de dos tendencias.

La primera que limita el poder y responsabilidad de los estados nacionales, replanteando su función y desmantelando la historia de sus necesidades sociales; y la otra que concentra las riquezas, fomentando una injusta distribución en  beneficio de un reducido grupo.

Los intereses financieros limitan las capacidades de regulación económica de los estados para estimular sus economías porque los limita a imponer estrictos controles de precios; controlar la emisión de moneda y el otorgamiento de créditos, aunado a manejar los movimientos del dinero y los niveles de los intereses bancarios, con lo que se deprimen las débiles respuestas a las demandas de crédito y de empleo que pudieran recuperar el ritmo económico.

La investigadora manifestó que la concentración extrema de la riqueza acentúa la desigualdad que  rebasa hoy niveles históricos entre ricos y pobres, haciendo que las crisis financieras, sociales y ambientales aseguren la rentabilidad extraordinaria de los grupos financieros que representan sólo a 0.9 por ciento de la población mundial.

“Las cifras de reactivación momentánea de las principales economías del mundo hacen evidente que toda posibilidad de construcción de una economía sustentable depende, cada días más, del espacio que se decida dar a la política, a la exigencia y a la justicia, para dejar atrás la recesión, la destrucción provocada en el mundo del trabajo y otras consecuencias de los ajustes en los países centrales y periféricos”.

El Libro Estrategias para un desarrollo sustentable frente a las tres crisis. Finanzas, Economía y Medio Ambiente, caracteriza la crisis global y sus posibles salidas; enfatiza las capacidades de regulación de los mercados financieros, las estrategias alternativas frente a la crisis global, así como a la crisis energética, alimentaria y social, y explicita qué se puede hacer desde la política económica y el empleo para replantear las decisiones que llevan a depender de variables externas en países como el nuestro.

También explica las relaciones entre las crisis y la regulación de los mercados financieros, destaca las estrategias de los países centrales y en desarrollo de América Latina y países emergentes, comprende las tres crisis de naturaleza: energética, alimentaria y social, y replantea para México la necesidad de una  política económica no gradualista y relacionada con el pleno empleo. 

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