Los mosquitos que trasmiten la malaria están adaptándose constantemente desarrollando cierta resistencia a los insecticidas y cambiando su conducta. Los mosquitos del género anopheles, trasmisores de la enfermedad, siempre encuentran una manera de evitar los esfuerzos humanos de protegerse contra ellos.

Investigadores del Institut de recherche pour le développement (IRD) revelaron la gran capacidad de adaptación del mosquito, el cual tiene la habilidad de evitar las estrategias para combatirlo. En un estudio clínico conducido en treinta pobladores de Benin, África, se observó que a pesar de haber utilizado por 18 meses diferentes clases de pabellones impregnados con deltametrina y otros poderosos insecticidas de uso doméstico, el índice de la enfermedad no disminuyó. Ni el número de casos ni la prevalencia de la infección entre niños se redujo en comparación con el uso de pabellones sin los insecticidas.

En algunas localidades, el uso de los pabellones condujo a que los insectos del género anopheles cambiaran sus hábitos alimenticios, los cuales usualmente pican por las noches, así que para evitar las redes con insecticida optaron por esperar fuera de las casas al amanecer.

Dadas estas evidencias, las medidas para prevenir y combatir la enfermedad se ponen en entredicho, así que los científicos tienen que innovar si quieren de una vez por todas eliminar la enfermedad.

Durante los años 2008 y 2010 la IDR entregó 290 millones de pabellones impregnados con insecticida a lo largo del sur de África, con la idea de proteger a 580 millones de personas contra la malaria, al mismo tiempo, 80 millones de personas o 10 por ciento de la población amenazada por esta enfermedad, sólo contaban con las paredes de su casa atomizadas con insecticida para protegerse, a pesar de esta medidas, 200 millones de personas son afectadas cada año por la malaria y 700,000 mueren mundialmente, de esta cantidad 80 por ciento pertenece a las poblaciones africanas.

La malaria sigue siendo uno de las mayores amenazas de salud pública en el continente africano. El principal obstáculo para reducir la incidencia de la malaria es la enorme habilidad del anopheles de adaptarse al piretroide, el insecticida oficial recomendado para combatir al mosquito, y cambiar sus hábitos. 

Estos estudios son una llamada de atención ante la necesidad de idear nuevos instrumentos y medidas para prevenir las trasmisión de la enfermedad fuera de las casa. Por el momento, algunas medidas promisorias que se están desarrollando son las trampas de olor, que atraen a su interior al mosquito o las técnicas de confusión hormonal.

 

Referencias:

Vincent Corbel, Martin Akogbeto, Georgia B Damien, Armel Djenontin, Fabrice Chandre, Christophe Rogier, Nicolas Moiroux, Joseph Chabi, Bio Banganna, Gil G Padonou, Marie-Claire Henry. “Combination of malaria vector control interventions in pyrethroid resistance area in Benin: a cluster randomised controlled trial”. The Lancet Infectious Diseases.

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