Para Mirna Valdés

 

Bienvenido al club, me dices.

No tenemos humanidad pero tenemos mercados.

No tenemos humanidad pero tenemos biocombustibles.

No tenemos humanidad pero tenemos dinero…

Después, sólo las ratas

correrían infatigables sobre sus ruedas de ejercicios.

Antonio Orihuela, en It’s too late to stop now, really?

 

¡Cambia el paso, Mané, cambia el paso! exclamaste mientras observabas cómo –angustiado- corría infatigable sobre mi rueda de ejercicios físico matemáticos, esperando llegar a alguna parte, más allá de los mercados carentes de humanidad pero repletos de chatarra. ¿Qué te hacía falta, Mané, si ya te encontrabas a las puertas del selecto club y habías cubierto con creces tu cuota de pedaleo? Si las ratas del laboratorio eran recompensadas de cuando en cuando con algún trozo de comida, era justo que ya recibieras algo a cambio, aunque fuera la vana esperanza de no morir ahogado si dejabas de pedalear…

(El poeta rompió a llorar. Se echó por tierra. Convulso tomó en sus manos el estiércol, y se hundió en él.)

Cambia  el paso, Mané

cambia el paso.

Ven aquí, donde palomas blancas

son señuelos para atrapar tu sonrisa.

¿por qué no cantas ahora

con aquella locura armoniosa de antaño?

Ven a  avivar la lumbre ya encendida

porque en amor locura es lo sensato.

Por favor, nada de sirenas ni unicornios en el club de la realidad real, la de mercados y mercancías. Mejor afianzarse a los inventos del ingenio -¿o la ingenuidad?- que todavía nos animan a creer que un mundo mejor es posible. Y entonces recordaste a tu amigo, el científico y poeta José-Leonel Torres, con quien recientemente conversaste y quien generosamente puso en tus manos uno de sus libros: “Física en contexto: una visión unificada de sus conceptos y resultados”. Libro que concibió para ser empleado en los cursos de física que imparte a estudiantes de varias carreras, como parte de un tronco común de materias que todo estudiante de esa universidad debe cursar. La obra está dirigida a estudiantes –no exclusivamente de ciencias- quienes tienen la necesidad de adquirir una visión panorámica de la física contemporánea, en un lenguaje que les permita considerarla a un tiempo en varios contextos: el puramente físico, el científico y el humanístico. Así mismo el libro se dirige a profesores de física de nivel medio superior interesados en conocer un panorama moderno de esta ciencia y de los aspectos más relevantes de su evolución histórica.

(¡Qué pena que los árboles ignoren que en los sótanos que no saben del sol hay mujeres con trajes de baño y espejos que saben del mar!)

Cambia  el paso, Mané

cambia el paso.

Y ríe,

ríe ahora que tenemos vida

que no nos han acabado el amor

ahora que tu risa hace un imperio

en el silencio.

Arroja  tu sonrisa  al viento

deja que se eleve por los aires  

tu risa transparente y suave

olorosa a selva, monte, mar

que  me da felicidad

por los cuatro costados

del corazón.

Entonces, sin dejar de pedalear, recordaste que hace años algún otro soñador publicó un libro titulado “Física para poetas”; lo que a su vez te hizo pensar en que la ciencia también es fuente de inspiración poética, y a quien lo dude sólo basta con recomendarle la lectura del fabuloso poema “Eureka”, de Edgar Allan Poe, o los textos de Paul Valery que giran en torno a la física moderna. O qué tal los versos –enmarcados en la poesía de la conciencia- de Orihuela: No queremos ir a la luna./ No tenemos nada que ver ni con el Estado/ ni con los patrones./ No queremos participar en el suicidio de la humanidad.

José Leonel Torres

            Y, precisamente, en la conversación con José-Leonel surgió el tema de una próxima crisis que pondrá en riesgo la existencia de la misma especie humana pues, según me demostró José-Leonel, el hombre está acabando con recursos esenciales para vida humana, como lo son el fósforo y el calcio. La cosa es seria, según se reporta en un artículo de la revista Nature: “A broken biogeochemical cycle”, de James Elser y Elena Benett, publicado en octubre de 2011. Ahí afirman los autores que, por una parte, el exceso de fósforo está contaminando el ambiente, en tanto que por otro lado las reservas minerables de este elemento, esencial para la nutrición, se están agotando.

            Para satisfacer nuestra demanda de energía –afirman Elser y Benett- la humanidad ha movido grandes masas de carbón de las profundidades de la Tierra hacia la atmósfera provocando cambios inesperados en el clima. Para satisfacer nuestra necesidad de alimentos, hemos movido grandes cantidades de nitrógeno de la atmósfera a los campos, ríos y bosques, devastando múltiples ecosistemas. Para producir nuestros cultivos hemos interferido con las reservas terrestres de un tercer elemento –el fósforo- tema que recibe menor atención y que nos presenta el problema contradictorio de que, a la vez, hay mucho y poco disponible.

            Para complementar la plática sobre el tema, José-Leonel llevaba la presentación en “power point” de una conferencia que impartió al respecto, misma que me mostró en su computadora sobre la mesa del café en que nos encontrábamos. Con datos tomados de varias fuentes y con su propio análisis, me convenció de la gravedad del problema y me explicó que, en un horizonte de medio siglo, se presentará una grave crisis que pondrá en riesgo a la especie humana. ¿Participaremos, voluntaria o involuntariamente, en el suicidio de la humanidad?

José Leonel Torres (San Andrés Tuxtla) es doctor en física por la Universidad de California, Berkeley; investigador en Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y ganador del Premio de Ensayo 1987 de la revista Plural. Ha publicado numerosos ensayos científicos y ecológicos en la prensa nacional y estatal y los libros Holograma (Tierra Adentro, 1993), Cono de sombra (Siglo XXI, 1997), En el nombre de Darwin (FCE, 1995 y 2004), Física en contexto (Editorial Trillas, 2003), Pulso ecológico (SEC-Veracruz, 2007) y Calentamiento global (Ed. Praxis, 2008).

 (Los árboles lentos no pudieron contenerse y una orden secreta se regó entre ellos. Amanecieron cubiertos de sudor y la ciudad con verdes riberas en sus negros canales de asfalto. Llamas ciertas purificaron en los cuadros a las ánimas. Alegría nueva en los teclados de las máquinas, en las bocinas de los automóviles, en las campanas pulidas de los bomberos.)

Pero cambia  el paso, Mané,

cambia el paso,

y rasga del otoño

la arbórea  llamarada de felicidad.

Cambia  el paso, Mané,

cambia el paso,

que la felicidad es un relámpago

donde pañuelos blancos

don de señales

atraparán tu risa de sol.

            Puede ser entonces que para contribuir a comprender la magnitud de la amenaza que nos acecha sea necesario que todos nuestros estudiantes aprendan ciencia básica –como la física- y también que nuestros estudiantes de ciencias “duras” estudien sociología  y filosofía para entender mejor la naturaleza y el contexto histórico en que aquéllas se practican, y de esa manera desde las filas académicas se forme un frente de resistencia ante una forma de organización social que, a escala planetaria, nos lleva hacia la autodestrucción, al suicidio de la humanidad como expresa Orihuela.

            Aunque contribuciones como el libro de José-Leonel Torres parecen esfuerzos modestos, en verdad aportan elementos fundamentales para construir las herramientas que nos permitan comprender y transformar esta apabullante realidad en la que vivimos.

            Dice el autor en el prólogo del libro citado: “El propósito de este libro es  bosquejar nuestra visión científica contemporánea del universo, incluyendo sus componentes e interacciones principales. La visión del mundo es una construcción intelectual organizada en teorías que involucran conceptos y relaciones entre ellos (las leyes de la teoría). Cada teoría incluye además instrucciones para comparar sus predicciones, generalmente cuantitativas, con los resultados de experimentos específicos. Tales instrucciones constituyen las reglas epistemológicas de la teoría y serán de gran interés para nosotros, pues la experiencia ha mostrado que son tan relevantes como los conceptos y las leyes.” (José-Leonel Torres: Física en contexto: una visión unificada de sus conceptos y resultados. Ed. Trillas, 2003)

            Revolucionar la educación haciéndola girar alrededor de un humanismo ilustrado, asentado en la realidad contemporánea: física para poetas y filósofos, y filosofía y sociología para físicos, matemáticos e ingenieros. Conjugar ciencia y humanidades, concluyo mientras sigo en mi incesante pedalear… ¡Cambia el paso Mané!, me gritas a lo lejos, mientras llegan en  difuso eco las palabras cifradas de Luis Cardoza:

            …los pasos de Dante eran guiados por el temblor de una voz y los heliotropos del mar. Y no obstante que no iba a parte alguna, se sintió perdido.

            Caminando sobre el plano de la ciudad, habría naufragado en los mares de los mapas, en su cielo. Una orquídea descansó furtivamente sobre un árbol dormido…El tiempo de los relojes tiene tanta relación con el otro, con el único tiempo que existe, como los peces abisales con las águilas, reunidos de improviso en las trombas… El sueño le llenaba a medida que avanzaba la noche, hasta que se quedó dormido a toda velocidad. Llegó al atrio del templo y reposó sobre las gradas, al pie de una columna de sombra.

            ¡Cambia el paso, Mané! Ya falta poco…

 

Nota: Los textos poéticos intercalados en el texto fueron tomados de Pequeña sinfonía del  nuevo mundo, de Luis Cardoza y Aragón (encerrados en paréntesis), y del poema Poesía Remix, de Mirna Valdés.

Manuel Martínez Morales

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