Un tigre blanco en el Santuario de Vida Silvestre Nandankan, en Bhubaneswar, India- ONU John Isaac

Un tigre blanco en el Santuario de Vida Silvestre Nandankan, en Bhubaneswar, India- ONU John Isaac


El 3 de marzo de 2015 se conmemora por segunda ocasión el Día Mundial de la Vida Silvestre, ahora con el lema «es hora de tomar en serio los delitos contra la vida silvestre» el cual se asume porque “el comercio ilegal de fauna y flora silvestres se ha convertido en una sofisticada forma de delincuencia transnacional, comparable a otros perniciosos ejemplos como la trata de seres humanos y el tráfico de drogas, artículos falsificados y petróleo” asienta Ban Ki-moon, Secretario general de la Organización de Naciones Unidas.

El tamaño del tráfico de especies está impulsado por el aumento de la demanda “y con frecuencia se ve facilitado por la corrupción y una gobernanza deficiente. Tenemos pruebas sólidas de que en él hay una participación creciente de redes de delincuencia organizada y grupos armados no estatales”.

El también denominado Día de la Naturaleza lo impulsa

la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) y se realiza en por lo menos 180 países integrados a la misma.

Ban Ki-moon añade que “el comercio ilegal de fauna y flora silvestres socava el estado de derecho y representa una amenaza para la seguridad nacional; degrada los ecosistemas y constituye un obstáculo importante para los esfuerzos de las comunidades rurales y los pueblos indígenas que luchan por gestionar de manera sostenible sus recursos naturales”.

Por lo mismo llamó a combatir estos delitos como algo esencial para la conservación y el desarrollo sostenible, pero también para contribuir a lograr la paz y la seguridad en regiones aquejadas de problemas donde estas actividades ilegales alimentan los conflictos.

“Tomar en serio los delitos contra la vida silvestre significa obtener el apoyo de todos los sectores de la sociedad que intervienen en la elaboración y el consumo de productos derivados de la fauna y flora silvestres, muy utilizados como medicinas, alimentos, material de construcción, mobiliario, cosméticos, prendas de vestir y accesorios”, enfatizó.

Pero igualmente refirió que las actividades de aplicación de la ley deben ir acompañadas del apoyo de la comunidad en sentido amplio, por lo cual las empresas y la población de todos los países pueden desempeñar una función importante, por ejemplo, negándose a comprar o a subastar marfil o cuernos de rinoceronte ilegales, e insistiendo en que los productos de los océanos y selvas tropicales del mundo tengan un origen legal y se hayan obtenido de forma sostenible.

El CITES por su parte añadió que “además de su valor intrínseco, la fauna y la flora salvajes contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del desarrollo sostenible y del bienestar de los seres humanos”.

El 20 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU, proclamó el 3 de marzo como el “Día Mundial de la Naturaleza” (World Wildlife Day) con el objetivo de concienciar acerca del valor de la fauna y la flora salvajes, como una forma “de celebrar la belleza y la variedad de la flora y la fauna salvajes, así como de crear conciencia acerca de la multitud de beneficios que la conservación de estas formas de vida tiene para la humanidad”.

La fecha elegida marca el aniversario de la aprobación en 1973 de la CITES, la cual juega un destacado papel en la protección de la especies frente al comercio internacional.

Previamente, el 3 de marzo fue designado como Día Mundial de la Naturaleza en una resolución de la Conferencia de las Partes en la CITES, en su 16 reunión celebrada en Bangkok del 3 al 14 de marzo de 2013, como resultado de una resolución, copatrocinada por el Reino Unido y Tailandia.

 

Nota de referencia: 3 de marzo, Día Mundial de la Naturaleza: ¡Desvivámonos por la vida silvestre!

 

 

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