La erupción de uno o varios volcanes podría estar detrás de los importantes cambios que se han producido en la atmósfera de Venus desde que la Agencia Espacial Europea (ESA) comenzó a explorar el planeta, hace seis años.
Las fuertes variaciones en densidad de dióxido de azufre en la atmósfera venusiana, un millón de veces mayor que la de la Tierra, sugieren que uno o varios de los volcanes del planeta podrían haber entrado en erupción en un «pasado reciente», anunció hoy la ESA en un comunicado.
Los científicos de la misión «Venus Express» basan esta hipótesis en el hecho de que el gas tóxico, que se destruye en apenas un par de días por efecto de la luz solar, se ha incrementado en las capas más altas de la atmósfera, lo cual sólo puede significar que algo lo ha empujado desde abajo.
«Una erupción volcánica actúa como un pistón que eleva el gas», razonó uno de los investigadores y coautor del artículo aparecido en la revista «Nature Geoscience», Jean Loup-Bertaux, quien no obstante advirtió de que las «peculiaridades» en la circulación de este elemento en el planeta podrían haber producido el mismo efecto.
En efecto, Venus tiene un tipo de atmósfera que los científicos denominan «super-rotante», (sólo tarda 96 horas en cambiar completamente), lo cual hace difícil aislar puntos individuales de origen del gas.
Los cambios de densidad que se han producido periódicamente desde la primera misión de observación enviada por la Agencia estadounidense (NASA) en 1978, refuerzan la teoría de la actividad volcánica, si bien ésta aún no ha sido completamente confirmada.

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