La obesidad, más que una enfermedad, es una condición de riesgo, en la cual el individuo con sobrepeso está predispuesto a sufrir otras enfermedades más graves, en un porcentaje mucho mayor que las personas con un peso saludable, asentó el doctor Ruy Pérez Tamayo, coordinador del Simposio sobre Obesidad.

Incluso afirmó que el considerar a la obesidad como una patología, tal vez sea una simplificación de algo que se oculta, de algo más profundo, y que tiene implicaciones psicológicas, sociales, filosóficas, fisiológicas y hasta económicas.

El doctor Pérez Tamayo, miembro de El Colegio Nacional, inició su platica sobre la obesidad precisamente con esta pregunta: ¿Es la obesidad una enfermedad?

“Hablar de la obesidad como enfermedad, es algo relativamente reciente”, dijo el doctor Pérez Tamayo, “pero debemos preguntarnos, qué es enfermedad, término que ha cambiado a lo largo de la historia pero que generalmente se entiende como una condición en la que el cuerpo no funciona en sus óptimas condiciones”.

Refirió que ante el avance de la medicina y la erradicación de enfermedades como la viruela, los centros médicos tuvieron el espacio para enfocarse en otros padecimientos, así es como la obesidad pasó de asociarse solamente con la ociosidad, opulencia e incluso la maldad, en algunas culturas, a considerarse como una patología, pero tal vez esto sea una simplificación de algo que oculta algo más profundo, y que tiene implicaciones psicológicas, sociales, filosóficas, fisiológicas y hasta económicas.

En este sentido, el doctor instó a pensar en que existen grandes compañías médicas que se benefician económicamente de la conceptualización de la obesidad como enfermedad, algunas, como clínicas especializadas en bajar de peso o las agencias gubernamentales que piden presupuesto para atenderla y las empresas que se dedican a manufacturar drogas o métodos para adelgazar. Por lo que se llega a un punto en que la obesidad es atacada más que por salud, por belleza cosmética.

Por sí misma, la obesidad se refiere a una incremento del índice de masa corporal que excede los niveles saludables del tejido adiposo, lo cual no quiere decir que la persona con sobrepeso esté enferma, porque en muchos casos, su estado de salud es bueno, sin embargo, no se debe ignorar que aunque este concepto tiene mucho de cultural y está determinado por diversos criterios, sí provoca trastornos en el individuo a mediano o largo plazo, como la diabetes, hipertensión, disfunción eréctil, fatiga crónica, problemas durante el embarazo, osteoporosis, entre otros.

Por esta razón, es que la obesidad representa hoy en día un problema de salud pública severo, que más que una enfermedad es una condición de riesgo, en la cual el individuo con sobrepeso está predispuesto a sufrir otras enfermedades en un porcentaje mucho mayor que las personas con un peso saludable.

Este problema de salud pública debe atenderse, ya que va en aumento y aunque hay muchos factores que la determinan, como un metabolismo lento y la genética, sin embargo, en su mayoría está muy asociado al ritmo de vida y las malas costumbres alimenticias, lo alarmante es que se ha extendido a los niños, lo cual representa un alto riesgo para su salud, ya que entre más temprano sufran de esta condición más difícil será para ellos perder peso y mayores serán las posibilidades de desarrollar fallos cardiacos, diabetes o hipertensión.

Finalmente, el doctor refirió que la obesidad debe prevenirse, es necesaria una cultura diferente que valores este factor de riesgo desde una perspectiva de calidad de vida.

 

Tema de seguridad nacional

 

Durante la inauguración del Simposio que tuvo como sede a la Universidad Veracruzana (UV), por su parte Perla López Loyo, presidenta del “Grupo de trabajo de seguimiento a la problemática de obesidad y desnutrición” de la LIX Legislatura del Congreso de la Unión, dijo que esta condición se ha vuelto “un tema de seguridad nacional”, pero que además rebasa las posibilidades de ser atendido en el corto plazo.

A nombre del rector de esta casa de estudios, Raúl Arias Lovillo, el director general del Área Académica de Ciencias de la Salud, Alejandro Cuervo Vera, destacó que los problemas de sobrepeso y obesidad son considerados marcadores de riesgo de algunas enfermedades crónicas no transmisibles, pues todas éstas “ocupan los primeros lugares dentro de las principales causas de morbilidad y mortalidad en nuestro país y en nuestro estado”.

Por otro lado, señaló que la obesidad y enfermedades asociadas, además de deteriorar paulatinamente la calidad de vida de las personas que las padecen, requieren para su atención recursos que muchas veces están fuera del alcance de las familias. Es más, “representan una carga onerosa para las instituciones del sector salud y de continuar su tendencia representan un gasto difícil de sostener por las economías de los países”.

Cuervo Vera explicó que son muchos los factores que dan origen a la obesidad, todos agrupados en exógenos –como el régimen alimentario y la actividad física reducida– y endógenos –los metabólicos y genéticos.

A pesar de los esfuerzos nacionales e internacionales, dijo, se trata de patologías que cada día se presentan en edades más tempranas y su tendencia va en aumento, lo que pone de manifiesto la necesidad de evaluar estrategias, medir los impactos y encontrar nuevas áreas.

En el evento, también estuvieron presentes José Luis Castillo, director de la Facultad de Nutrición; Gustavo Fernández, subdirector de Asistencia Alimentaria del DIF estatal; María del Rocío Salado, subdirectora de enseñanza, investigación y capacitación de Servicios de Salud del Estado de Veracruz, y Rubén Alanís Beltrán, asesor de la Subdirección de Desarrollo Social de la Secretaría de Desarrollo Social de Veracruz.

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