Las modificaciones al reglamento del Instituto Politécnico Nacional (IPN), de México, provocaron una marcha de miles en protesta contra las mismas, por considerar que estas desalientan la investigación científica y –sobre todo- reduce el nivel de la formación de los estudiantes a un nivel de técnico, lo que elimina el grado profesional de los estudios de esa institución.

El IPN, dentro del QS World University Rankings, que evalúa a las instituciones de educación superior dentro de un rango global, perdió el segundo lugar como la mejor institución educativa de México, pero además durante los últimos años –correspondientes a la administración de Yoloxóchitl Bustamante Diez, su directora- se ha mantenido entre los lugares 551-600 de esa medición (Las universidades mexicanas descienden en el QS World University Rankings).

El movimiento estudiantil, que fue creciendo durante el día y que obtuvo el apoyo de estudiantes de otras instituciones de formación de ingenieros, tanto publicas como privadas, convocó a un paro de labores para este 26 de septiembre en todas las instalaciones del IPN.

La marcha de este 25 de septiembre, que congregó a varios miles, mereció el silencio de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública, de la cual depende el IPN, pero también de la directora del Instituto, quien guardó silencio durante varias horas, hasta la transmisión nocturna del noticiero del Canal 11 del Politécnico, donde afirmó –entre otras cosas- que muchos de los que marcharon no eran estudiantes de esa institución.

En un comunicado los estudiantes inconformes afirmaron que el rediseño del Reglamento Interno “no sólo significa la modificación de algunos artículos, sino que representa toda una política de reestructuración global del IPN que atenta contra el proyecto fundacional del Instituto con implicaciones graves para toda la comunidad politécnica”.

También reclamaron que se omiten funciones sustantivas como la investigación científica, así como el intercambio y difusión del conocimiento y la mención de los Centros de Estudios Científicos y Tecnológicos. El proyecto elimina “la formación integral en el carácter científico y tecnológico, así como su propósito, esto es, la búsqueda de solución de problemas vinculados con el desarrollo de la nación”.

La propuesta oficial igualmente desaparece la noción de Plan de Estudios. “Esto impacta en su definición, características, el contenido, su estructura, integración, el carácter científico de los mismos y su modificación en criterios de evaluación”.

El nuevo reglamento es igualmente opaco en los criterios para la asignación de becas y estímulos a docentes y en la evaluación en general de los profesores.

Además, cuestionan la introducción del concepto “cultura empresarial” en los proyectos del Instituto con lo que “se privilegia al sector privado por encima del sector público”.

Enfatizan la eliminación del artículo 50, referente al apoyo y estímulo a la investigación, y el 61 que plantea que los programas deben estar orientados a “mejorar la calidad de los sectores productivos del país”.

La modificación al reglamento ya no estipula los servicios a los que tienen derecho los alumnos, como los servicios de salud. “Estos ya no se garantizan, quedan sujetos a políticas y lineamientos”, subrayan en el análisis.

En un comunicado la directora de la institución dijo que el reglamento cuestionado, y que fue aprobado por el Consejo General Consultivo el pasado miércoles 24 de septiembre de 2014, entrará en vigor hasta su publicación en la Gaceta Politécnica, pero igualmente se afirma que este ya había sido revisado.

En la entrevista concedida en el canal oficial dijo estar en disposición de revisar el reglamento, aunque afirmó que las protestas son porque se busca volver a los estudiantes “cada vez más técnicos”.

En su defensa –en una entrevista radiofónica- incluso aventuró que “hay un movimiento externo que está financiando y organizando marchas de estudiantes y activistas”, sin especificar del origen de esto.

Las reacciones en contra de Yoloxóchitl Bustamente también se reflejaron en una pagina “fake”, o falsa, de Facebook, la cual previamente había colocado post favorables a la directora del Politécnico, donde pusieron la inserción:

“haber… aquí no es mercado para que me vengan a reclamar como a su madre. Los reglamentos se establecen con fundamentos y bases en las buenas practicas escolares”.

La publicación de inmediato provocó reacciones en contra, comenzando por el “haber” en lugar del coloquial “a ver”, así como la falta de uso de mayúsculas; igualmente le cuestionaron las “buenas practicas escolares”.

La inserción, y ante la tardanza oficial para responder, tomo visos de verdad y fue retomada en este sentido por varios medios informativos.

 

La marcha contra Yoloxóchitl

 

La marcha se congregó en la Unidad Zacatengo para dirigirse hacia la dirección general del IPN, y entre las quejas estuvo el que el acceso al nuevo reglamento ha sido restringido, aun cuando se hicieron reuniones de consulta.

La marcha, entre sus consignas, también incluía la petición de renuncia de la directora del Politécnico, tanto por el nuevo reglamento, como por lo ineficaz de su gestión para mejorar las condiciones académicas del Politécnico.

La movilización de los jóvenes incluyo una amplia presencia en las redes sociales. En Twitter se creó la etiqueta #TodosSomosPolitecnico que se mantuvo por varias horas en el primer lugar del ranking de México.

El movimiento se inició en la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA-UZ), donde un paro indefinido de labores arrancó desde el 17 de septiembre; en su pliego petitorio incluían la derogación del Plan de Estudios 2014 y la inmediata aplicación del Plan de Estudios 2004 a todos los estudiantes de nuevo ingreso, así como un rediseño del plan de estudios para entregar en 2016.

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