Según la Organización Mundial de la Sauld (OMS), la gripe aviar es una enfermedad infecciosa vírica que no suele provocar signos manifiestos en las aves. Sin embargo, como pasó en 2009 con la gripe A (subtipo H1N1), la combinación de ciertas mutaciones o cambios en el material genético de estos virus puede llegar a causar un brote patológico transferible a las personas. 

La revista CellHost & Microbe publica hoy un trabajo, realizado por investigadores de la  Universidad de Wisconsin–Madison (EE UU), que cuestiona las consecuencias de que en un futuro cercano aparezca un virus similar al que ocasionó la pandemia de gripe en 1918.

La mal llamada gripe española –cuyo nombre comenzó a utilizarse por el primer origen conocido del brote– causó la epidemia más devastadora de la historia, que provocó una cifra estimada de 50 millones de muertes por todo el mundo.

En concreto, los científicos han descubierto que existen virus de la gripe o influenza en aves que solo difieren en unos pocos aminoácidos –piezas básicas de las proteínas– de aquel responsable de la catastrófica pandemia.

“Es importante conocer los mecanismos subyacentes a estos cambios en el material genético para que podamos prepararnos mejor ante nuevos brotes”, recomienda Yoshihiro Kawaoka, principal autor del estudio de la institución estadounidense. “Hallazgos como estos –sigue– contribuyen, además, a la vigilancia rutinaria de estos virus”.

Con el objetivo de evaluar el riesgo de aparición de nuevos brotes, el equipo de investigadores sintetizó un virus con unas proteínas parecidas a las de la gripe de 1918. Para ello, unió ocho segmentos de genes de distintos virus actuales.

De esta composición apareció un virus muy similar al de comienzos del siglo XX, aunque no idéntico (un 3% diferente), que causó síntomas gripales en hurones –según los autores el mejor modelo animal para estudiar este tipo de infecciones–. Kawaoka aclara que esta nueva partícula infecciosa era más patógena en hurones que un virus común de gripe aviar, pero no tan patógena como la original española.

Siete cambios más

Durante el trabajo, siete mutaciones cambiaron la estructura de varias proteínas clave del virus creado en el laboratorio y esto ocasionó la propagación de la enfermedad de animal a animal, lo que, según los autores, confirma el potencial de esta partícula infecciosa para causar una pandemia.

“El virus con los siete cambios se transmitió de forma más eficiente entre los hurones, a través de gotitas respiratorias, y originó los signos de la enfermedad, como la pérdida de peso. Pero estos mamíferos alargados se acabaron recuperando”, añade el virólogo.

‘»Las personas con buenos anticuerpos contra el H1N1 de 2009 deberían ser inmunes al nuevo virus que imita al de 1918′», según Kawaoka

El experto cree que el peor de los casos sería la aparición de un nuevo virus de influenza aviar de alta patogenicidad que alcanzara a humanos –al igual que lo hizo el subtipo H5N1– y se transmitiera con eficiencia, como los de gripe estacional.

Otra de las conclusiones de este trabajo, tal y como señala a Sinc este experto, es “el descubrimiento de que las personas con buenos anticuerpos contra el H1N1 de 2009 deberían ser inmunes al nuevo virus que imita al de 1918”.

El autor concluye que los resultados obtenidos “demuestran la importancia de la continua vigilancia de los virus de gripe aviar y la necesidad de desarrollar mejores vacunas antigripales y antivirales frente un escenario como este'».

Referencia bibliográfica:

Tokiko Watanabe et al. “Circulating Avian Influenza Viruse Closely Related to the 1918 Viru Have Pandemic Potential”. Cell Host & Microbe. Junio de 2014. http://dx.doi.org/10.1016/j.chom.2014.05.006

Los comentarios están cerrados.