Pionero de la física en México, Leopoldo García-Colín Scherer falleció a la edad de 81 años el pasado lunes ocho de octubre. El destacado científico mexicano, miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), dedicó la mayor parte de su vida a la ciencia y a la investigación al más alto nivel, con el gran mérito de promover que los científicos participaran de manera importante en el ámbito de la docencia.
 
“Basta recordar el historial de don Leopoldo, él tuvo que ver con la fundación del Instituto Mexicano del Petróleo, con la fundación de la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) y el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados. Fue además, fundador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y miembro de El Colegio Nacional”, señaló en entrevista Alfredo Macías Álvarez, miembro de la AMC y quien conjuntamente con García-Colín Scherer organizaba regularmente el Encuentro de Física Matemática y Física Experimental en nuestro país.
 
Sobre la muerte de su compañero de trabajo, colega y amigo, Macías Álvarez señaló que significa una gran pérdida: “Estamos muy tristes porque además fue algo muy inesperado. Lo vi hace un par de semanas, se veía bien, estábamos organizando el siguiente congreso internacional que hacemos cada tres años y sería la quinta edición el del próximo año, él estaba muy entusiasta como siempre”, dijo.
 
En el ámbito científico “introdujo la mecánica estadística como tema de investigación en este país, tema que desde entonces se ha desarrollado muchísimo. Él es una figura que contribuyó intensamente en ese avance y, tanto en el ámbito de la ciencia, como por su contribución a la creación  de centros de investigación, deja un legado para la posteridad, un legado imperecedero, que no todos tenemos la suerte ni la energía para poder emprender”, sostuvo.
 
El día que fue nombrado primer Profesor Emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el 6 de noviembre del 2008, García-Colín Scherer puso el acento en la importancia de preservar la figura de profesor-investigador, el cual debe encargarse de impulsar la formación de jóvenes científicos, de transmitir, asimilar y difundir el conocimiento, sin embargo, ese tipo de investigadores se encuentra en extinción a partir de la Segunda Guerra Mundial.
 
Decía –recuerda Macías Álvarez- que el poderío militar se había encargado de distorsionar el cometido de dicha figura, impulsando únicamente la formación de científicos dedicados al servicio y requerimientos de esa industria. García-Colín Scherer se preguntaba: “¿dónde quedó la enseñanza?, ¿quién se ocupa ahora de realizar las tareas para dar cursos de calidad y mejorar la educación, cuando todo mundo se ocupa de hacer ‘puntitos’ para la beca?”
 
Con un espíritu crítico e innovador, García Colín Scherer doctor Honoris Causa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y miembro de El Colegio Nacional, cuestionaba fuertemente al Sistema Nacional de Investigadores y el procedimiento de puntos. Decía que en Brasil, por ejemplo, se otorgan estímulos no en función de trabajos publicados, sino por el número de doctores formados, relata Alfredo Macías.
 
García-Colín ocupó la Cátedra J. D. Van der Waals en la Universidad de Amsterdan, Holanda, dio clases en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), en la UNAM, en la UAM y desarrolló investigación en el Centro Nuclear de Salazar y el Instituto de Investigaciones de Materiales de la UNAM, entre otras instituciones.
 
En el ámbito de la divulgación de la ciencia su labor fue amplia. Es autor de diversos libros de la colección Ciencia para Todos que publica el Fondo de Cultura Económica, donde fue miembro del Comité Editorial; laboró como editor de la revista Journal of Nonequilibrium Thermodynamics y arbitró revistas como Physical Review; editó y compiló libros con la colaboración de varios autores, como los volúmenes del Simposio de Contaminación Atmosférica del cual fue impulsor.
 
El profesor-investigador de la UAM, Unidad Iztapalapa, dijo que García Colín se convirtió en un apasionado de la ciencia en el momento en que decidió entender el aspecto formal de la Termodinámica, particularmente, la fundamentación de la termodinámica de proceso irreversibles.
 
García-Colín Scherer estudió la licenciatura en Química, graduándose en el año de 1953, y se doctoró en Física, en la Universidad de Maryland, en 1959. Su tema de investigación, se centraba en saber “Por qué la película del Universo rueda en una sola dirección; por qué lo que observamos son fenómenos que ocurren siempre en una sola dirección y no en otra… Esa ha sido siempre la piedra roseta de toda mi investigación”, señaló en algún momento.
 
En sus investigaciones se ocupó de fenómenos fuera del equilibrio termodinámico, es decir, fenómenos naturales en los cuales la mayoría de las cantidades que podemos medir está cambiando con el tiempo. Sus principales contribuciones a la ciencia se ubican en el campo de la Teoría Cinética de Gases, particularmente los desarrollos de la Ecuación de Boltzmann Generalizada y la interpretación de la temperatura en gases moderadamente densos.
 
Leopoldo García-Colín Scherer nació en 1930 en la ciudad de México. Entre sus principales pasiones se encontraban la música clásica, el juego de pelota vasca y la lectura. Publicó alrededor de 250 trabajos de investigación, 65 de divulgación y ha escrito más de 17 libros sobre diversos temas. Entre los múltiples reconocimientos que recibió en vida,  se encuentran el Premio Nacional de Ciencias y Artes en 1988 y en 2011 recibió la Presea Lázaro Cárdenas, máximo reconocimiento que otorga el IPN a sus alumnos y egresados más sobresalientes. Alguna vez dijo: “Parafraseando a Copérnico, ni somos el centro del Universo, ni estamos compuestos de la materia predominante en él y menos entendemos la naturaleza de la energía que lo gobierna.”

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