La tajante división instaurada en el pensamiento occidental, y por ende en la ciencia,

entre lo que es naturaleza y lo que es cultura, sociedad, es quizá

 uno de los mayores obstáculos para el conocimiento… de lo que es real

y no, de lo que se considera posible, lo verdadero.

César Carrillo Trueba

En un día blancamente nublado, mientras escucha a Etta James interpretar “Stormy weather”, Mané entristece casi de miedo en tanto medita en los problemas que finge. Pues si el hombre fuera –según dice Alberto Caeiro- como debe ser, no un animal enfermo sino el más perfecto de los animales, debiera ser otra su forma de encontrar sentido a las cosas. Otro y verdadero, debía haber adquirido un sentido de “conjunto”. Un sentido -como ver y oír- del “total” de las cosas y no, como tenemos, solo una idea del total de las cosas.  

            Life is bad, gloom and misery everywhere…

            Hace unos días, en el transcurso de una conferencia, Mané escuchó a un distinguido investigador afirmar que por definición lo complejo es inexplicable. Y, si bien en un primer momento no comprendió el sentido de tal aseveración, no tardó mucho en comprenderla: en efecto lo más complejo es aquello que no puede reducirse a una explicación deductiva;  son complejos aquellos procesos o fenómenos que no pueden explicarse a partir del funcionamiento de sus componentes. Por eso la tristeza del poeta y de Mané: el no disponer de un sentido del complejo “total” de las cosas. Y es por ello que no  alcanza a explicarse situaciones como el gran desastre que prevalece en México.

            Pero, se dice Mané, tal vez no sea tan difícil encontrar la punta de la madeja. A pesar de que sus amigos lo acusan de ser un antipriista  sistemático, la verdad es que no es así, pues es tan antipriista como antipanista, o antiperredista. Incluso hay priistas a quienes Mané les concede la posesión de cierta sabiduría, pragmática si se quiere, que debía ser aprovechada. Como don Jesús Reyes Heroles, genio de la política, de quien todavía hay mucho que aprender. “En política la forma es fondo”, solía afirmar don Jesús, según radio Pri-bemba.

            Aplicando este principio, en un día blancamente nublado, la miedosa tristeza de Mané comienza a disiparse. Veamos.

            La primera plana del diario La Jornada, del 20 del presente, muestra una fotografía del presidente mexicano Enrique Peña Nieto saludando obsecuentemente al magnate Germán Larrea, presidente del consorcio minero Grupo México, una de cuyas empresas ubicada en Cananea, Sonora, es responsable del mayor desastre  en la historia minera del país.

            Bajo la emblemática fotografía, el encabezado de la nota principal del día: “Contaminó Grupo México el Sonora de modo deliberado. Protección civil denuncia criminal vertido tóxico en el río.”

Dont know why there’s no sun up in the sky, stormy weather…”

            La nota consigna que la Unidad Estatal de Protección Civil (UEPC) confirmó que la empresa Buenavista del Cobre, filial de Grupo México, continuó con derrames intencionales de tóxicos al río Sonora después del 6 de agosto, cuando se detectó que había vertido a ese cauce 40 millones de litros de sulfato acidulado, lo que afectó la actividad económica de siete municipios… “Seguimos haciendo inspecciones visuales aéreas, y resulta que un domingo, yo creo que pensaban que jamás revisaríamos en domingo, nos dimos cuenta que la mina puso una motobomba en el represo (habilitado para contener la contaminación generada el 6 de agosto), con la descarga al arroyo. La empresa ha dicho que no lo estaba haciendo, pero es una medida criminal intencional”, indicó Carlos Jesús Arias, encargado de despacho de la UEPC.

“I am weary all of the time… so weary all of the time.”

Contemplando la elocuente fotografía y leyendo la nota, Mané desea acercarse al sentido del “todo” de esta compleja situación, en la que se enlazan las formas económicas (el modo en que interactuamos materialmente con la naturaleza –relaciones sociales mediante- para hacernos de lo necesario para nuestra subsistencia y reproducción), las formas políticas (qué clase ejerce el poder y cómo lo hace), la ideología (las ideas dominantes sobre la naturaleza, el hombre y la relación entre ambos), y la ciencia (en cuanto a conocimiento objetivo de la realidad).

I can’t go on, everything I had is gone… it keeps raining all of the time.”

Entonces si la forma es fondo, el obsecuente saludo de Peña Nieto a Larrea explica el fondo de las cosas: el todo en el cuál se ubica el desastre nacional, emblematizado por el desastre causado por la minera.

Qué esperar de un gobierno que es cómplice de quienes son los causantes del desastre; de un estado nacional inviable ya, pues no cumple con su obligación de velar por el bienestar y seguridad de los ciudadanos sino que, por el contario, al igual que los operadores de la mina intencionalmente continuaron bombeando agua contaminada al río, el gobierno, con clara intención y loco afán, se empeña en mantener a la mayoría de los mexicanos en la pobreza, la ignorancia y la insalubridad, condenándonos a vivir en un ambiente devastado y contaminado. Un gobierno empeñado en  hundir a la nación en el desastre, a cambio de unos cuantos gramos de oro y el saludo del todopoderoso, el verdadero.

 “All I do is pray, God will let me walk in the sun once more.”

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