Estatua de Hans Christian Andersen con el patito feo

Estatua de Hans Christian Andersen con el patito feo


Sandra Isabel Jiménez Mateos *

Hans Christian Andersen Nació el 2 de abril de 1805 en Odense, Dinamarca, hijo de una familia tan pobre que en ocasiones tuvo que dormir bajo un puente y mendingar.

Hans recibió de pequeño muy poca educación. Su padre, era un zapatero instruido, pero tenía en contra el ser muy enfermizo, pero con sus conocimientos cultivó su imaginación contándole historias fantásticas y enseñándole a crear su propio teatro de títeres.

Su madre fue una lavandera, a quien Hans Christian le dedicó sus cuentos “La pequeña cerillera”, por su extrema pobreza, y “No sirve para nada”, por su alcoholismo.

Su padre falleció en 1816, con lo cual perdió la formación que éste le daba, pero también dejó de asistir a la escuela, aunque narraba que siguió leyendo todas las obras que tenía a su alcance, entre ellas las de Ludwig Holberg y William Shakespeare; así, en 1819, con tan sólo 14 años, viaja a Copenhague para tratar de convertirse en actor o cantante de opera, aunque finalmente fue admitido como alumno de danza en el Teatro Real de Copenhage, estando entonces bajo la tutela del poeta Frederik Hoegh Guldberg, la cual perdió por su poco interés en esos estudios.

En cambio, entabló amistad con Jonas Collin, director del Teatro Real, quien le financió sus estudios y sería su amigo de por vida.

Desde 1822 publicó poesía y obras de teatro, las cuales llamaron la atención del rey Feerico VI, quien se interesó en el extraño muchacho y lo envió durante algunos años a la escuela de Slagelse y en la escuela de Elsinor a pesar de su aversión por los estudios, hasta 1827, cuando Collin consideró finalmente acabados sus estudios; años después dijo que esta etapa fue la más oscura y amarga de su vida.

Andersen consiguió su primer éxito de librería con “Un paseo desde el canal de Holmen a la punta Este de la isla de Amager en los años 1828 y 1829”, un cuento fantástico que imita el estilo del escritor alemán E. T. A. Hoffman.

Su primera novela, El improvisador, o Vida en Italia (1835), fue alabada por la crítica y la inspiración le llegó precisamente cuando estaba en la Península Itálica. Exitosa fue también su primera obra de teatro, «El amor en la torre de San Nicolás», publicada el año de 1839.

Ya con la fama y los recursos generados por sus obras realizó viajes por Europa, Asia y África (era un viajero empedernido  que decía «viajar es vivir») y escribió muchas obras de teatro, novelas y libros de viaje, pero es gracias a sus más de 150 cuentos infantiles que consiguió un lugar como uno de los grandes de la literatura mundial de todos los tiempos.

Durante su estancia en el Reino Unido, Andersen entabló amistad con Charles Dickens, cuyo poderoso realismo, al parecer, fue uno de los factores que le ayudaron a encontrar el equilibrio entre realidad y fantasía, en un estilo que tuvo su más lograda expresión en una larga serie de cuentos. Inspirándose en tradiciones populares y narraciones mitológicas extraídas de fuentes alemanas y griegas, así como de experiencias particulares, entre 1835 y 1872 escribió 168 cuentos protagonizados por personajes de la vida diaria, héroes míticos, animales y objetos animados.

Entre sus principales innovaciones cabe destacar el uso de un lenguaje cotidiano y dar salida a las expresiones de los sentimientos e ideas que previamente se pensaba que estaban lejos de la comprensión de un niño. Entre sus cuentos más populares se encuentran El patito feo, El traje nuevo del emperador, La reina de las nieves, Las zapatillas rojas, El soldadito de plomo, El ruiseñor, El sastrecillo valiente y La sirenita.

Su obra ha sido traducida a más de 80 idiomas y adaptada a obras de teatro, ballets, películas y obras de escultura y pintura.

Hans Christian Andersen falleció el 4 de agosto de 1875.

Tuvo muchas amistades femeninas en su vida y se enamoró de varias de ellas, pero murió virgen, según la biografía, H.C.Andersen og veninderne (H.C. Andersen y sus amigas), de la escritora Bente Kjoelbye.

* Investigadora académica del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES), de la Universidad Veracruzana

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