Guillermo Quartucci, del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México, opinó que la literatura japonesa ha permeado a la mexicana principalmente a través de la poesía, concretamente del haiku, en su participación en las actividades de “La misión Hasekura, de Sendai a Veracruz” que organiza la Universidad Veracruzana (UV).

El haiku llegó a México desde principios del siglo XX, “y llegó para quedarse”, a través de dos grandes poetas mexicanos: Efrén Rebolledo y José Juan Tablada. “Son más de 100 años y el haikuescrito en México creo que es el más importante en el mundo de habla hispana”, dijo el argentino.

“Es muy interesante cómo el haiku se transformó muy pronto en una forma de poesía del gusto de los poetas hispanohablantes. Hay varias escuelas, desde que Tablada publicó en 1919 un libro que se llama Un día, que son poemas breves, la producción de haiku ha sido incesante.”

Quartucci explicó que el haiku es un poema japonés breve de 17 sílabas en tres versos (de cinco, siete y cinco sílabas cada uno).

Quartucci, uno de los críticos literarios y académicos especializados en literatura japonesa más reconocidos en Latinoamérica, junto con el traductor Ryukichi Terao desarrollaron la mesa “Palabra de autor. Conversaciones. Diálogo entre literaturas: Japón y México”, el miércoles 20 de agosto en El Ágora de la Ciudad.

Ryukichi Terao, traductor de obras como Carlos Fuentes, Juan Gelman, Gabriel García Márquez, Mario Vargas Llosa, Juan Carlos Onetti, Julio Cortázar, Ernesto Sábato, Sergio Ramírez, Guillermo Cabrera Infante, entre otros, compartió parte de su quehacer ante los presentes.

“Una vez tuve una discusión fuerte con un escritor español muy conocido que dice que no se puede traducir lo esencial, sino lo superficial. Yo no estoy de acuerdo, en realidad lo que se traduce es lo esencial, por eso es que he logrado traducir una obra tan regional y complicada como La región más transparente de Carlos Fuentes y Tres tristes tigres de Guillermo Cabrera Infante”, dijo.

Para Terao, autor de doble vía (del español al japonés y viceversa), la buena literatura es universal y sí se puede traducir.

Ambos especialistas hablaron de la calidad de las traducciones, de cómo en muchas ocasiones se trata de retraducciones (del japonés al inglés y de ahí al español), y lo importante que es traducir las obras de forma directa del idioma de origen al que quiere ser volcado.

Uno de los ejemplos que ambos analizaron fue la traducción de las obras de Haruki Murakami (1949), considerado una figura importante en la literatura posmoderna y “entre los mayores novelistas de la actualidad”, según el periódico The Guardian.

“Murakami sí está de acuerdo en que lo traduzcan del inglés; lo que pasa es que es un hombre que adora la cultura estadounidense. Él más que todo quería ser un escritor reconocido en Estados Unidos”, comentó Terao.

Incluso, añadió, Crónica del pájaro que da cuerda al mundo en japonés fue editado en tres tomos, y cuando quisieron hacer la versión inglesa la agencia le sugirió que quitara alrededor de 100 páginas para ser editado en un sólo tomo y “Murakami se sometió al criterio”.

Esta actividad fue coordinada por el profesor-investigador de la Facultad de Letras de la UV, Víctor Hugo Vázquez Rentería, quien también es director de El Ágora de la Ciudad.

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