Tras la muerte de José Emilio Pacheco en enero pasado, la estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Violeta Orozco Barrera, se dio a la tarea de buscar su obra poética en Internet. Aunque encontró muy poco material, saltó a su vista la convocatoria del Premio Nacional al Estudiante Universitario “José Emilio Pacheco”, categoría Poesía, de la Universidad Veracruzana (UV). Lo pensó poco, se aventuró mucho y ganó.

         Violeta, estudiante de Filosofía en la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM, presentó Costa Primera bajo el seudónimo de Dalia Coral. Recibió su premio el sábado 17 de mayo, en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) y leyó el trabajo ganador.

         Para ella, la poesía de José Emilio Pacheco y la UV llegaron juntas a su vida, pues más allá de llevarse la sorpresa de haber ganado el concurso de poesía, quedó maravillada por el trabajo de esta casa de estudios para incentivar a los jóvenes creadores.

         Compartió emocionada que en la FILU vio al Premio Cervantes de Literatura 2005, Sergio Pitol, firmando libros, y se sintió honrada sólo de conocerlo.

         “Comentaba con un compañero que en el DF (Distrito Federal) sí hay espacios para leer, pero me sorprende mucho que la UV, específicamente, tenga tantos concursos, tenga tanta tradición y que haya un fomento tan marcado. Se me hacen grandes premios.

”Yo no conocía la UV, se ve que hay mucho trabajo detrás, y cualquiera piensa que todo está en el DF, por eso me sorprendió. Creo que es maravilloso, yo le doy muchas gracias a la UV por el chance de darnos a conocer a los nuevos autores.”

         Para Violeta, Carlos Fuentes, Sergio Pitol y José Emilio Pacheco son autores modélicos en cuestión de escritura, y le pareció acertado que sean los nombres de los premios. El primero en la categoría Ensayo; el segundo, en Relato, y el tercero, en Poesía.

         “Yo desconocía su poesía (la de Pacheco). Conocía su prosa, pero cuando él murió y empezaron a comentar que fue un gran poeta dije: ‘Dios, ¡qué poeta! tan ignorante soy que no conozco la poesía de José Emilio’. Entonces me puse a buscarlo desesperadamente, no encontré mucho en la red, pero apareció esta convocatoria. Después fui a la biblioteca de mi escuela y saqué todo lo que había y lo estudié como loca, me atrapó.”

         Tras leer la obra poética de José Emilio Pacheco, Violeta se sintió atrapada, fascinada; y ahora lo ve como “un genio en los distintos estilos de poesía, como un modelo poético”.

         Un factor más a su favor para participar en la convocatoria de este premio es que tenía versos sueltos que creó en diciembre pasado, en un viaje que hizo al mar, uno de los temas favoritos de Pacheco. Todo fue muy fluido.

         “El poema no estaba trabajado, tenía puros renglones y lo que hice fue darles estructura y unidad, porque estaban dispersos, no había una historia detrás.”

         Para ella la escritura son formas insospechadas de expresar la belleza y el pensamiento, por eso inició así Costa Primera: “Desde el trepidar de un latido sin fin, desde el rumor de una caracola, el mar te sigue llamando a donde quiera que vayas”.

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