Konrad Lorenz- Willamette Biology

Konrad Lorenz- Willamette Biology


Konrad Zacharias Lorenz, es un raro caso de conversión dentro de la ciencia.

La guerra, paradójicamente, fue la que le dio los elementos y las reflexiones que lo llevaron a obtener el premio Nobel de Medicina en 1973; durante su estancia en un campo de prisioneros ruso, donde estuvo caputrado de 1942 a 1948, aplicó sus conocimientos sobre conducta animal y observó las formas de adoctrinamiento que tanto los nazis como los soviéticos empleaban.

Es uno de los padres de la etología y su trabajo se centraba en comprender la conducta animal, para entender el comportamiento humano.

Konrad Lorenz nació en Viena, Austria, 7 de noviembre de 1903 y falleció el 27 de febrero de 1989 en Alterberg, Austria. Estudió Medicina en la Universidad de Columbia en Nueva York, obedeciendo a su padre, pero desde la escuela secundaria estaba tan interesado en la evolución que quería estudiar zoología y paleontología.

Por eso a concluir el doctorado en medicina se dedicó a la Zoología, obteniendo el doctorado de esta materia en la Universidad de Viena.

Participó en los seminarios psicológicos de profesor Karl Bühler, en una tentativa de aplicar métodos comparativos al estudio del comportamiento. Llamó la atención el hecho de que sus resultados contradijeron, muy fuertemente, las opiniones llevadas a cabo por la escuela vitalista o «instintivista» de MacDougall y las de la escuela mecanicista oconductista de Watson. Bühler lo hizo leer los libros más importantes de ambas escuelas, que le produjeron desilusión. Se dio cuenta que estos autores no sabían sobre animales, y ninguno de ellos era un experto. Había mucho trabajo por hacer cubriendo esta nueva rama de la ciencia que, sentía él, era su responsabilidad.

En 1939 fundó con Nikolaas Tinbergen (uno de sus copremiados con el Nobel) la escuela etológica del comportamiento animal, que mantuvo fuertes discrepancias con la escuela estadounidense de psicólogos experimentales. Los estadounidenses estudiaban los animales en el laboratorio y los europeos preferían observarlos en su hábitat natural.

Un año antes, en 1938, se afilió al Partido Nazi, inmediatamente después de la invasión de Austria, su patria. Aceptó sin reparo moral alguno una plaza en una universidad bajo un régimen que había expulsado de sus puestos universitarios a los judíos por el hecho de ser judíos. Ese mismo año, 1938, escribió: “Mi completo trabajo científico está dedicado a las ideas del Nacional Socialismo”.

Con esa militancia fue enviado por el ejército nazi al frente oriental, como médico, donde cayó pronto en manos de los rusos, quienes lo tuvieron como prisionero hasta 1948; en esa etapa y trabajando como medico, pero además observando los efectos del nazismo y del marxismo como adoctrinamiento escribió un manuscrito que luego transcribió a máquina con apoyo de los rusos y que se publicó en aquel país después de varios años con el titulo de «Rückseite Spiegels» (El otro lado del espejo), con la promesa de dejarlo llevar una copia antes de repatriarlo a Austria.

En febrero de 1948 regresó a Austria, con su manuscrito ycon su pájaro mascota.

Su reinserción a la academia se debió a que Otto Storch, profesor de zoología, lo ayudó presentándolo a Otto König y su «Biologische Station Wilhelminenberg» lo recibió. La Academia Austríaca de Ciencias financió una pequeña estación de investigación en Altenberg con el dinero donado para ese propósito por el poeta inglés y escritor J. B. Priestley. No tenía dinero para criar los animales, ni tampoco sueldo, pero tenía bastante entusiasmo. Tampoco pasaba hambre, porque su esposa había dejado la medicina por atender su granja cerca de Tulln. Además tenía el apoyo de algunos jóvenes brillantes que estaban dispuestos a participar con energía.

El contacto internacional con etólogos comenzó a restablecerse.

En el otoño de 1948 tuvieron la visita del profesor W. H. Thorpe de Cambridge, que había demostrado la verdadera impronta (imprinting) en avispas parasitarias y estaba interesado en su trabajo. Este le propuso tomar una cátedra en Inglaterra, pero Lorenz prefirió quedarse en Austria. Karl R. von Frisch, que regresaba a Munich dejando su cátedra en la Universidad de Graz, lo propuso como sucesor. Cuando el Ministerio Austriaco de Educación, que de nuevo era estrictamente católico, denegó a la facultad la propuesta de Frisch, Lorenz escribió dos cartas a Nikolaas Tinbergen y a Thorpe, explicando que estaba dispuesto a dejar Austria. Al poco tiempo la Universidad de Bristol le pidió considerar una cátedra en esa casa, con la tarea adicional de hacer investigación etológica. Lorenz aceptó, pero el Max-Planck-Gesellschaft intervino ofreciéndole un lugar adjunto en la estación de investigación de von Erich Holst. Finalmente se inclinó por el Max Planck.

Su trabajo lo llevó a ser nombrado director del Instituto Max Planck de Etología de Seewiesen en la Alta Baviera, Alemanía.

Recibió el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 1973, compartido con Nikolaas Tinbergen y Karl R. von Frisch los tres zoólogos, y todos trabajando en el estudio del comportamiento animal, lo que causó cierta sorpresa en el mundo científico. Los argumentos del tribunal sueco de los premios Nobel, fue que sus trabajos contribuían a comprender mejor algunos aspectos de la psiquiatría…

El reparo del mundo científico también fue por su conocida militancia nazi, Cuando aceptó el Premio Nobel justificó sus publicaciones de estos años alegando que muchos científicos decentes recibieron con ilusión el advenimiento del Nacional Socialismo. De su época nazi es la frase: “El material humano socialmente inferior puede penetrar y destruir el saludable cuerpo social».

En 1961 Lorenz publicó un artículo «Phylogenetische und de Anpassung des Modifikation adaptable Verhaltens», que se extendió en un libro llamado La Evolución y Modificación de la Conducta (Harvard University Press, 1961). Durante gran parte de su vida no estuvo interesado en la conducta humana y menos en la cultura humana. Sin embargo, y probablemente por sus estudios sobre la conducta animal, se involucró con el peligro de la destrucción del medio ambiente por el hombre y del círculo vicioso devastador de competencia comercial y desarrollo barato.

Al final de su carrera intentó aplicar sus ideas a la conducta de los humanos como miembros de especies sociales, una aplicación cargada de controvertidas implicaciones filosóficas y sociológicas.

Con respecto a la cultura como un sistema viviente y considerando sus perturbaciones a la luz de enfermedades, llegó a la opinión de que la amenaza principal contra la existencia de la humanidad puede llamarse neurosis de masa.

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