La Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas, en Veracruz, México, puede sufrir graves impactos ambientales de autorizarse a la Administración Portuaria Integral de Veracruz el proyecto que presentaron para extraer rocas de la zona, obteniéndolas mediante el uso de explosivos, alertaron organizaciones de la sociedad civil a nivel local y nacional mediante el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, por lo cual solicitan a la Secretaría de medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) negar la autorización de impacto ambiental correspondiente y solicitada.

El pasado 13 de febrero, la empresa Administración Portuaria Integral de Veracruz S.A de C.V (APIver), presentó ante la Semarnat el proyecto ‘»Aprovechamiento y explotación de roca basáltica del banco ubicado en el ejido Balzapote, mpio. de San Andrés Tuxtla, Veracruz'», para Evaluación de Impacto Ambiental, mediante el cual se pretende extraer rocas dentro del área natural protegida para ser utilizadas en la construcción de la ampliación del puerto, “lo cual contraviene el marco jurídico aplicable y puede afectar a especies declaradas como amenazadas o en peligro de extinción”, apuntó el conjunto de organizaciones civiles, entre las cuales se encuentran Greenpeace y Pro Natura.

La importancia ecológica de la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas radica en ser el ecosistema de bosque tropical ubicado más al norte del continente americano. Por lo mismo que es una selva tropical posee uno de los ecosistemas de mayor riqueza global en el planeta, adicionalmente a que los bosques mesoamericanos del que esta región forma parte albergan una de las concentraciones de biodiversidad más importantes a nivel mundial[1].

Entre los graves riesgos ambientales que el proyecto presentado por la APIver implica están:

  1. El fragmento de selva donde se pretende ejecutar el proyecto de referencia es esencial para la sobrevivencia de flora, fauna y micobiota de este ecosistema. En la actualidad se llevan a cabo incluso proyectos de reintroducción de especies amenazadas o en peligro de extinción en la Reserva, como es el caso del mono sarag
  2. La extracción de materiales se propone a sólo tres kilómetros del área núcleo I y de la Estación de Biología Los Tuxtlas de la UNAM, lugares que mantienen 640 hectáreas del ecosistema de bosque tropical perennifolio. En esta superficie se han registrado 800 especies de plantas vasculares, de las cuales 600 tienen un uso económico potencial y 160 son ya aprovechadas regionalmente.
  3. uato o aullador y de la guacamaya roja, los cuales son de gran inspiración para la restauración ecológica y la agroforestería. El ‘»reacomodo'» de estas especies amenazadas no es posible sin emplear técnicas invasivas que puedan perjudicarlas. Si bien esos animales pueden refugiarse en áreas aledañas, la mayoría necesita cierta extensión de áreas con vegetación para el desarrollo de sus actividades. La reducción de las zonas de bosque afectaría la dinámica de una diversidad de fauna.
  4. La Manifestación de Impacto Ambiental no presenta información sobre la alteración del hábitat de especies que anidan en la región como el hocofaisán, el gavilán caracolero, las especies de halcones aplomado y murcielaguero, así como los loros frente blanca y cachete.
  5. La vegetación aledaña a la franja costera de la Reserva ha sido fuertemente devastada. Es una zona de importancia para la recuperación y reforestación del área natural protegida y no debería ser considerada para ningún tipo de actividad que implique el desmonte arbóreo. Aunque el área del proyecto esté dentro del área de aprovechamiento, las franjas de vegetación son clave para el desplazamiento de los animales entre un parche de vegetación a otro y para la conexión de sus poblaciones.
  6. Considerando lo extendido de la época de lluvias, huracanes y nortes en la región, el proyecto implicará el arrastre de gran cantidad de arena y piedra, así como el aumento del proceso de erosión por el paso de camiones pesados.
  7. El Plan de Manejo de la Reserva señala como meta y resultado reducir a 0% el cambio de uso del suelo en la zona de amortiguamiento. Sin embargo, el promotor del proyecto reconoce la necesidad de realizar actividades de cambio de usos de suelo para una superficie de 160 mil 865 m2, para lo cual admite requerir una autorización de cambio de uso de suelo en terrenos forestales.
  8. El uso de explosivos en el área natural protegida está prohibido sin importar que se trate de los llamados de nueva generación. En este sentido, el promotor reconoce expresamente que el uso de dicha tecnología no es compatible con las actividades permitidas.

“Es relevante recordar que el establecimiento y mantenimiento de las áreas naturales protegidas permite al Estado mexicano garantizar el derecho humano al medio ambiente sano”, puntualizan los ambientales aglutinados también los grupos LaVida y Sendas, y remarcan que “es preocupante que para la ejecución de proyectos como la ampliación del puerto de Veracruz se eche mano de dos importantes áreas naturales protegidas: el Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y la Reserva de Los Tuxtlas”.

Por lo importancia de Los Tuxtlas, el Estado mexicano creó la Reserva en 1998 y desde entonces las poblaciones de los alrededores han aprendido a convivir con las limitaciones que impone esta área natural protegida, logrando incluso detener la deforestación, con lo cual se posibilita la regeneración de la selva tropical. Actualmente existen en la región más de 12 proyectos ecoturísticos, de reforestación -Vivero Tebanca- y de regeneración del mangle.

A lo largo de la costa de Los Tuxtlas se extiende un fondo rocoso que conforma un arrecife. Dada la diversidad de flora y fauna marina que existe en él, este sitio se ha posicionado como de gran importancia para la zona. En un ejercicio participativo (Planeación para la conservación de la Costa de Veracruz -2005), más de 73 personas de 41 instituciones identificaron y reconocieron al Fondo Rocoso de Los Tuxtlas -que tiene una extensión aproximada de 57 mil 600 Ha.-, como de alta productividad marina, la cual sustenta la actividad económica de las pesquerías, así como la diversidad de aves y la existencia de zonas de reproducción de éstas. Derivado de este proceso de planeación costera se hizo la recomendación de que el Fondo Rocoso de Los Tuxtlas fuera incorporado a la poligonal del área natural protegida.

Por todo lo descrito anteriormente, las organizaciones –incluidas Litiga, CEMDA y AIDA- denunciaron que ‘»el proyecto de extracción de rocas que pretende realizarse en el corazón de un área natural protegida tan importante para el país como es la Reserva Los Tuxtlas contraviene los esfuerzos de conservación y restauración que han venido realizando en las últimas décadas tanto el Estado mexicano como la sociedad civil.'»

Es pertinente mencionar que, de acuerdo con el último reporte titulado Cuentas Económicas y Ecológicas de México, publicado por el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en 2012 el costo para el país de los daños ambientales fue de 985 mil 064 millones de pesos, monto equivalente al 6.3% del Producto Interno Bruto (PIB). A esto hay que añadir que, frente a los cada vez más severos impactos del cambio climático, se vuelve imprescindible proteger los bosques y selvas que ayudan a mitigar las emisiones de Gases Efecto Invernadero.

‘»Con base en lo anterior y tomando en cuenta las obligaciones que impone el derecho humano al medio ambiente sano, los principios de prevención y precautorio, y de conformidad con el artículo 35 de la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA), la Semarnatdebe negar la autorización de impacto ambiental a este proyecto y ser congruente con los esfuerzos de protección de uno de los lugares con mayor valor ambiental del planeta'».


[1] http://tropicalbiology.org/los-tuxtlas-tropical-biology-station/

Los comentarios están cerrados.