La Batalla de las Termópilas- Wearbeard

La Batalla de las Termópilas- Wearbeard


El 7 de agosto del año 480 a. C. un ejército formado por 7.000 espartanos y atenienses se reunió en el desfiladero de las Termópilas (Grecia) para detener el avance de 250.000 soldados persas en territorio griego.

El famoso combate tuvo lugar durante la Segunda Guerra Médica, en la que las polis de Atenas y la de Esparta se unieron para frenar la invasión del imperio persa de Jerjes I.

El rey Leónidas I de Esparta, líder del ejército griego por tierra, situó estratégicamente a sus tropas en la parte más angosta de la garganta –que se estima de unos 10 a 30 metros de ancho–. Agrupados en aquel pasadizo, los soldados griegos impidieron durante una semana el paso de las tropas invasoras en la legendaria batalla de las Termópilas.

Durante los primeros días de lucha, las bajas persas fueron considerables, la táctica empleada por Leónidas estaba dando sus frutos. Así, los rivales enviaron a sus soldados de élite, los inmortales, y pese su superioridad numérica tampoco consiguieron sobrepasar las líneas espartanas.

Sin embargo, al sexto día, un residente local llamado Efialtes fue sobornado por el rey Jerjes y traicionó a sus compatriotas, mostrando a los persas un camino por el que acceder a la retaguardia de las líneas griegas.

Consciente de que sus líneas iban a ser sobrepasadas, Leónidas despidió a la mayoría de su ejército, y se quedó junto con 300 espartanos, 700 tespios y 400 tebanos para proteger su retirada.

Al séptimo día, el ejército persa acorraló a los soldados griegos en una zona estrecha, donde fueron asesinados por una lluvia de flechas. Según las teorías que ofrecen mayor credibilidad, gracias a la decisión de la retirada parcial, Leónidas y sus guerreros pudieron salvar a 3.000 hombres, que lucharían más adelante.

Años más tarde, el ejército griego puso fin a la invasión persa en la batalla de Platea.

El comportamiento de los espartanos y atenienses en las Termópilas sirvió como ejemplo de las ventajas del entrenamiento, el equipamiento y el uso del terreno como multiplicadores de la fuerza de un ejército. Además, se ha convertido en un símbolo histórico de la valentía frente a la adversidad insuperable.

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