El sábado pasado, el joven primo de mi compadre Chon Tepochas llegó a la cantina  cabizbajo y preocupado. Después de ingerir de un solo golpe un “submarino”, compartió su triste historia. Resulta que la chica que lo trae cacheteando el pavimento se resiste a entregarle aquello por lo que el joven suspira.

            Para su buena fortuna, Cándido había llegado al lugar preciso: la ilustre  cantina “Las Glorias de Pancho el Sabio”, frecuentada por elocuentes ebrios (de saber) siempre  en condiciones de aportar soluciones a cualquier problema, por difícil que éste parezca.

            Después de escuchar a Cándido, el profesor Moralitros extrajo de su inseparable y raído maletín el ejemplar de una revista científica –literatura infaltable en cualquier cantina que se respete- para dar respuesta a las inquietudes del joven enamorado.

            Moralitros, agitando la revista The Scientist con su mano izquierda, dijo: “Mira muchacho, pierdes tu tiempo si piensas que sólo confiado en tu supuesta galanura lograrás tener sexo con tu novia. Presta atención: la infalible ciencia demuestra que no es con tu carita, o con tu limitado verbo como obtendrás sexo con Camelia, así lo demuestra este artículo: Gifts during sex matter after. Female spiders prefer sperm from males with gifts.”

            Traducido al cristiano –continuó Moralitros- lo que aquí dice es que en un estudio reciente, publicado en los Proceedings of the Royal Society, se reporta que las arañas hembras de la especie P. mirabilis prefieren el esperma de machos que les ofrecen regalos (una mosquita en su jugo, por ejemplo). En un experimento realizado en la prestigiada Aarhus University, en Dinamarca, financiado por la Caritativa Sociedad en Pro del Sexo Pagado, los investigadores compararon el número de apareamientos de arañas hembra con machos que les ofrecían regalos, con otro grupo de machos que no lo hacían y, ¡sorpresa!,  encontraron que los machos que entregaban regalitos tenían mayor éxito copulatorio que aquellos que lo querían de gorrita gris.

            Los cuidadosos investigadores  también observaron la estrategia seguida por los machos que daban regalitos a las hembras: entregaban un insecto envuelto en seda de telaraña, y mientras la hembra se entretenía desenvolviendo y disfrutando del espléndido regalo, en ese descuido el macho le llegaba y, ¡pácatelas!, dejaba su esperma dentro de la engatusada arañita. Aunque en muchas ocasiones, la hembra tomaba el regalo y emprendía la huída, dejando al macho gastado  y alborotado.

            El experimento dejó en claro que la fertilización era más exitosa  cuando la cópula se daba con los machos regalones, ya que –según estos sesudos científicos- las hembras emplean un mecanismo denominado “elección críptica femenina” (cryptic female choice) que se cree las hembras de varias especies utilizan para “sesgar” la fertilidad a favor del esperma donado por ciertos machos -en este caso, los machos regalones. Otros científicos ponen en duda este mecanismo pues dicen que resulta muy difícil demostrarlo, afirmando que la explicación alterna es asumir que los machos regalones producen más esperma que aquellos que no hacen regalos a las hembras y no tiene nada que ver con una supuesta elección de  éstas. De todas formas es un interesante punto que aún se debate intensamente en numerosos journals internacionales (y con arbitraje, ¡eh!)

            Así que estos brillantes científicos, muy responsablemente, recomiendan que los machos araña deben convencer a las hembras de tener sexo con ellos -el dilema de Cándido en el mundo arácnido-, tentándolas con un regalo al que no pueda resistirse (¡Abusado aquí, mi Cándido!, dice Moralitros alzando la voz). Para hembras de la especie P. mirabilis, este puede consistir en un delicioso almuerzo, tal como un jugoso insecto, a manera de regalo nupcial.

            También la apariencia importa, por lo que el regalo debe ir bien presentado, en una envoltura llamativa y agradable, como la seda de telaraña. Es esta combinación, de un buen regalo envuelto atractivamente, lo que hace caer a la hembra. Pues al ser deslumbrada por tan espléndido obsequio se lanza sobre el muerto y cuando está más entretenida disfrutando el almuerzo, el macho aprovecha y deja su esperma en ella.

            Después de que Moralitros ilustrara a Cándido y a la beoda concurrencia acerca de tan inteligente estrategia para tener sexo con el sexo opuesto (¿arañas y araños?), todos se adelantaron a proponer extrapolaciones adaptadas al mundo humano. Así, no faltó quien saliera con la siguiente ocurrencia: “Iras, Cándido, te invitas a la chava a echarse unos tacos de suadero, pero de los parados, a la vuelta del cine, y le dices al taquero que se los sirva bien presentados, de perdis en un plato de fibracel, el chiste es que se vean bonitos, bien presentados, atractivos, para que así la Camelia se lance sobre los tacos y cuando esté entretenida –como las arañitas- hincando el diente, te le acercas por atrás le levantas la falda, y ¡órales!”

                       Entonces, mi compadre Chon –con sabiduría pulquera- dijo sin enfado: “Pa’ mi que esos investigadores son puro araña, mejor que nos pasen a nosotros la lana que les dan a ellos y verán si no hacemos una mega teoría sobre el apareamiento de las moscas que pululan en este sagrado antro, pero para  ocservarlas eisperimentalmente, necesitamos tener siempre a la mano el refill, y a lo mejor hasta en el Sniff Bar nos admiten. ¿O no mi Manitas?”

            Si piensa usted que se trata de una broma, consulte: http://www.the-scientist.com//?articles.view/articleNo/38045/title/Gifts-During-Sex-Matter-After/

                  Lo que no puede negarse es la trascendencia de tan importante investigación… para el mundo de la arañas.

            Reflexionar para comprender lo que se ve y lo que no se ve.

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