Calceolaria Darwinii o Zapatitos de Darwin

Calceolaria Darwinii o Zapatitos de Darwin


Manuel Martínez Morales

Como lo imposible

por fin hecho

Como si alguien de veras

me quisiera

Como si al fin

un buen poema me saliera

una oración…

una oración…

 

Como si la arena

cantara en el desierto

los cantos de sirenas

en el Mar Muerto.

Como un dolor de muelas aliviado, de Joaquín Sabina.

 

En una visita realizada a la apertura de una de las casas de la ciencia, equipadas por el Consejo Veracruzano de Ciencia y Tecnología, que la Universidad Veracruzana opera en varias regiones del Estado, pudimos verificar que cuentan con equipo de primera: microscopios, computadoras, legos, juegos de ajedrez y otros instrumentos, algunos acompañados con manuales en inglés para instruirse en su operación. La casa ubicada en alguna remota comunidad de la Sierra de Zongolica. El único problema es que los instructores no sabían cómo operar el equipo y carecían de una estrategia para despertar en los niños y jóvenes de la localidad el interés por la ciencia. En cuanto alguno de los visitantes comenzó a enseñar a los presentes el uso del microscopio, se despertó el interés general y los mismos niños y jóvenes maravillados comenzaron a observar pequeños insectos, plantas y gotas de agua a través del instrumento haciendo numerosas preguntas.

Casi al finalizar la visita se realizó una encuesta informal entre los miembros de la comunidad y, en particular, se les hizo la pregunta: “¿Qué esperan ustedes de la casa de la ciencia y sus actividades?”

De inmediato se escuchó una clara respuesta: “Queremos aprender cómo funciona el Universo”.

¡Sorpresa!,  pues lo que los presentes esperaban es que se respondiera algo así como que querían saber cómo mejorar sus cultivos o cómo obtener agua potable, etcétera.

Más tarde, discutiendo lo acontecido, llegamos a la conclusión de que para acercar la ciencia a diferentes públicos es necesario saber qué es lo que éstos creen y esperan de la ciencia. Y la estrategia parece fácil: comenzar preguntando.

Y eso es lo que hicieron las comunidades zapatistas en Chiapas al convocar, recientemente, al encuentro entre indígenas de esas regiones y científicos: comenzaron preguntando a los integrantes de las comunidades -jóvenes y viejos, hombres y mujeres- qué preguntas querían hacer a la ciencia, y como distinguir ésta de la pseudociencia o de las creencias mágicas y religiosas.

Y el ejemplo representativo de la clase de preguntas que se hicieron a los científicos convocados es la anécdota narrada por el Subcomandante Insurgente Moisés quien contó, en palabras de Galeano, “que una compañera jóvena lo topó al SubMoy y le dijo algo como “Oí compañero subcomandante, yo tengo una duda a ver si lo puedes resolver” …

El SubMoy le respondió algo como “bueno compañera, dime y si sí sé, te respondo; y si no, pues vamos a ver cómo le hacemos”.

Se veía que la jóvena tenía días y noches con la pregunta rondándole la cabeza, así que la soltó sin titubear:

¿Por qué esa flor es de ese color, por qué tiene esa forma, por qué tiene ese olor?

Ella no se detuvo ahí. Sentía que había librado el obstáculo principal (expresar la pregunta), así que se siguió de largo:

Y no quiero que me respondan que la madre tierra con su sabiduría así la hizo a la flor, o que el Dios, o lo que sea. Quiero saber cuál es la respuesta científica”.

El SubMoy pudo haber respondido lo que cualquier militar, de izquierda o de derecha, hubiera respondido: que se dejara la compañera de tonterías y se fuera a la posta, o al trabajo que le tocaba, o que se pusiera a estudiar los 7 principios, o que se aprendiera bien la explicación de la Hidra; o tal vez la hubiera remitido a la JBG o al MAREZ o a la comisión de educación o de salud.

Pudo haber hecho eso, pero no lo hizo. El SubMoy me explicó lo que le respondió, cierto. Pero yo me quedé pensando en la multitud de opciones que, en diferentes calendarios y geografías, hubieran inspirado otras respuestas.

Era de esperar que no quedara satisfecha con la respuesta de “la madre tierra, con su infinita sabiduría, ha hecho esa flor así como es, porque todo está en armonía con la fuerza universal que emana de la naturaleza” (aquí pueden todos cerrar los ojos, tomarse de las manos y repetir conmigo “ommm, ommmm”).

Bueno, el asunto es que, cuando unos días después, el SubMoy me dijo que teníamos que pensar en cómo contactar a los científicos, yo puse la misma cara de extrañeza que pusieron ustedes cuando vieron el título de esta participación. Por supuesto que el SubMoy no se dio por aludido, así que me obligó a preguntarle: “¿y eso por qué, o a qué viene?

El SupMoy encendió un cigarrillo y me respondió lacónico: “La culpa es de la flor”.”

¿Y la flor?”, preguntó el Doctor Watson. “Ah”, respondió Sherlock, “eso, mi querido Watson, es aportación de la niña y no se me ocurrió a mí. Fue algo que, es claro, no tenía qué ver con la ciencia, ni con el arte. Si me permite Doctor Watson, fue como si ella hubiera logrado sintetizar ambas cosas. Muy interesante, mi querido Watson, muy interesante.

Lo mejor es ver algunas de las preguntas formuladas por las comunidades zapatistas a los científicos:

-¿Los transgénicos dañan a la madre naturaleza y a los seres humanos o no los dañan?

-¿Existe alguna explicación científica de por qué, en algunas regiones, en zanjas donde en tiempo de sequía no hay agua, al inicio de las primeras lluvias (en los meses de mayo y junio), brota la producción de peces?, ¿de dónde vienen estos peces si no había agua? Esto es lo que llamamos “revienta pescado”.

-¿Cómo está estudiado científicamente que los alimentos enlatados, embotellados durante su tiempo de caducidad marcada no sufre algún cambio que daña la salud de las personas?

-¿Han hecho estudios científicos de cómo nuestros antepasados estudiaban el movimiento de los astros?

-¿Cuál es la explicación científica del por qué se dan los terremotos?

-¿Cuál es la explicación científica de la formación de los volcanes y de que sustancias están formados?

-¿Científicamente cuál es la explicación del por qué surge el viento, como se forman los tornados y los huracanes, los ciclones y qué son?

-¿Cuál es la explicación científica que cuando hay enfermedades (peste) de los animales de corral se mueren las gallinas y a los patos no les pasa nada, por qué sucede esto? O cuando las gallinas están junto con los borregos y conejos, no le pasa nada a las gallinas -¿Cuál es la explicación científica? Y si la peste viene muy fuerte, aunque estén en orden las vacunas o la medicina (al igual en ganados), aun así, se enferman y mueren todas las gallinas ¿cuál es la explicación científica?

-¿Cuál es la explicación científica de que hay algunos animales que ven muy bien en la oscuridad y otros no, y por qué las personas sólo podemos ver de día o con la luz?

-Cuando nace un bebe y solo su corazón palpita, está vivo pero el cuerpo esta verdusco, muerto, está inmóvil, entonces en un recipiente con agua hirviendo, se coloca la placenta del bebé y sin cortar el cordón umbilical, el bebé se empieza a recuperar mientras la placenta se desintegra en el agua hirviendo. También si se quema la placenta, hasta quedarse completo asada, el bebé se recupera, ¿cuál es la explicación científica?

Concluyo que, probablemente, escuchando a quien quiere aprender daría la base a una nueva pedagogía. Otra vez, la sabia lección la dan los pueblos indígenas: sólo pregunta por la flor o por el “revienta pescados”.

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