Los latinos que se preocupan por no tener suficiente para comer – la así llamada inseguridad alimentaria – informan que tienen una dieta más pobre y muestran un peor control glucémico que quienes no tienen la preocupación de tener suficientes alimentos para sobrevivir, según un estudio presentado en las 75as. Sesiones Científicas de la Asociación Americana de la Diabetes (American Diabetes Association). Los resultados sugieren que la inseguridad alimentaria podría ser un factor por considerar en el manejo global de la diabetes.

Aproximadamente un 24 por ciento de los hogares latinos en los Estados Unidos tenían inseguridad alimentaria en 2013, frente a un 14 por ciento para los estadounidenses en general, según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos. Un estudio de 2012 publicado en Diabetes Spectrum encontró que el riesgo de diabetes era de alrededor del 2.5 por ciento más elevado en los hogares que informan inseguridad alimentaria.

Investigadores de la Escuela de Medicina Emory/Hospital Grady de Atlanta, Georgia, decidieron explorar el impacto de la inseguridad alimentaria sobre el manejo de la diabetes tras escuchar a los pacientes manifestar que no podían permitirse comprar alimentos sanos, como por ejemplo verduras frescas. Para medir la inseguridad alimentaria, preguntaron si los pacientes habían tenido la preocupación de no tener suficiente para comer en los últimos 30 días. También desarrollaron una herramienta basada en el método del plato, para evaluar la cantidad de verduras que los pacientes ingerían a diario en su comida principal (plato lleno, medio plato, un tercio de plato, un cuarto de plato, o nada de verduras). Finalmente, el equipo de investigación de Emory también midió y analizó las diferencias en A1C (una medición trimestral del control glucémico) de los pacientes con y sin inseguridad alimentaria.

«Encontramos que los pacientes con inseguridad alimentaria tenían niveles de A1C más elevados, y comían menos verduras», dijo la licenciada Britt Rotberg, MS, RDN, LD, CDE, BC-ADM, Directora Asistente de la Academia de Capacitación en Educación para la Diabetes Emory , Programa de Educación sobre Diabetes en Latinos de la Escuela de Medicina Emory. «Estos resultados subrayan la importancia de un manejo individualizado de la diabetes, y la necesidad de tomar en cuenta no solo el estatus socioeconómico del paciente sino la disponibilidad de alimentos, al analizar el automanejo de la diabetes. Tenemos que encontrar nuevos modos de ayudar a nuestros pacientes con inseguridad alimentaria a obtener alimentos adecuados desde el punto de vista nutricional».

El estudio encontró que las personas con inseguridad alimentaria tenían niveles promedio de A1C del 9.9 por ciento, frente a 7.6 por ciento para aquellos con seguridad en el acceso a alimentos. También mostró que los que padecían inseguridad alimentaria ingerían menos verduras que quienes no la sufrían. Al observar a pacientes que consumían más de un tercio de plato de verduras sin almidón en su comida principal, el 62 por ciento no sufrían inseguridad alimentaria, frente a un 38 por ciento que sí tenían inseguridad.

Rotberg comentó que no había una diferencia significativa en el índice de masa corporal (IMC) entre los dos grupos, lo que sugiere que «puede que ambos grupos consuman calorías comparables conforme a los requisitos individuales, pero con una diferencia en densidad de nutrientes que podría determinar la diferencia en control glucémico».

(American Diabetes Association/PRNewswire)

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