Las colaboraciones ATLAS y CMS del Gran Colisionador de Hadrones (LHC) han presentado hoy en la conferencia Moriond (La Thuile, Italia) los últimos datos sobre la partícula descubierta en el CERN el año pasado.

Una vez analizados dos veces y media más datos que los disponibles durante el anuncio de su descubrimiento en julio de 2012, los resultados indican que la partícula es un bosón de Higgs, la partícula asociada al mecanismo que da masa al resto.

Sigue siendo una pregunta abierta, sin embargo, si este es el higss del modelo estándar de la física de partículas o, posiblemente, el más ligero de los bosones de los varios previstos en otras teorías que van más allá de ese modelo.

Encontrar la respuesta a esta pregunta  llevará tiempo, como explicó a SINC, Rolf Heuer, durante su visita a la Universidad de Oviedo hace un par de semanas.

Si es o no un bosón de Higgs se demuestra por la forma en que interactúa con otras partículas, y sus propiedades cuánticas. Por ejemplo, un bosón de Higgs no tiene espín o momento de rotación intrínseco, y en el modelo estándar su paridad –una medida de cómo se comporta su imagen especular– debe ser positiva.

CMS y ATLAS han analizado diversas opciones para paridad-espín de esta partícula, y, efectivamente, reflejan un valor 0 para el espín y paridad positiva. Esto, junto con las interacciones que se han medido de la nueva partícula con otras, indica “con fuerza” que es un bosón Higgs.

«Los resultados preliminares con el conjunto de datos completo de 2012 son magníficas y para mí está claro que se trata de un bosón de Higgs, aunque todavía nos queda un largo camino por delante para saber de qué tipo es», dice el portavoz de CMS, Joe Incandela.

«Los nuevos y ‘hermosos’ resultados representan un esfuerzo enorme aportado por muchas personas. Apuntan a que la nueva partícula tiene una paridad-espín de un bosón de Higgs como el del modelo estándar. Empezamos bien el programa de medición en el sector de Higgs», señala el portavoz de ATLAS, Dave Charlton.

Para determinar si este es o no el higgs del modelo estándar, las colaboraciones tienen, por ejemplo, que medir con precisión la tasa con la que el bosón se desintegra en otras partículas y comparar los resultados con las predicciones.

La detección del bosón es un evento muy raro, ya que se requiere alrededor de 1 billón (1012) de colisiones protón-protón por cada evento observado. Para caracterizar todas las formas de desintegración se necesitará tiempo y se necesitarán muchos más datos del LHC.

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