Roatán (Honduras) (EFE).- Organizaciones ambientalistas de Honduras han dado la alarma por la necesidad de proteger las «joyas» naturales que este país tiene en sus costas, amenazadas por la contaminación, la pesca indiscriminada y el cambio climático.
«La situación de los mares es difícil por la contaminación, la pesca industrial, los daños en los arrecifes de coral y el cambio climático, entre otras causas», explicó a Efe el representante de Arrecifes Saludables, Ian Drysdale.
El ambientalista, pese a que reconoció que Honduras «está dando pasos muy importantes en la protección de los océanos», pidió «trabajar más» para preservar las «joyas que hay que proteger» en los 700 kilómetros de costas que tiene el país en el Caribe y el Pacífico.
Entre otras áreas que según Drysdale necesitan mayor atención figuran las Islas del Cisne, que constituyen el archipiélago de arrecifes «más retirado de cualquier población humana» del Caribe hondureño.
Esa región está siendo explotada por la pesca industrial de compañías nacionales y extranjeras, provocando un desequilibrio.
«Un manejo adecuado de la pesca durante unos cinco años beneficiaría a los mismos pescadores y tendría un efecto positivo sobre las coberturas de coral», dijo el experto, quien desde hace dos semanas coordina con otras organizaciones actividades con ocasión del Día Mundial de los Océanos, que se conmemora hoy.
Agrupaciones como Alianza para la Protección de los Arrecifes (Coral), Conservación de la Naturaleza, Fundación Cayos Cochinos, Roatan Marine Park y la Asociación para la Conservación de las Islas de la Bahía, entre otras, también organizan entre hoy y mañana varias actividades por el Día Mundial.
En los Cayos Cochinos, situados al oeste de Roatán, la mayor de las Islas de la Bahía, se celebra hoy una competencia de cayucos entre los pobladores locales, donde además funciona una estación científica, dijo a Efe uno de los coordinadores del programa, Marcio Aronne.
Los Cayos Cochinos, una reserva natural en el Caribe de Honduras desde 1983, fueron declarados Monumento Natural en 2003 para contribuir más a su protección.
Drysdale señaló que Honduras ha dado pasos importantes en la defensa de los océanos al declarar reservas protegidas al Parque Nacional de las Islas de la Bahía (Utila, Roatán y Guanaja), que están enclavadas en el sistema mesoamericano de arrecifes, considerado el segundo más grande del mundo.
Dos joyas de arrecifes recién descubiertas en el Caribe de Honduras son los bancos de Capiro, frente a las costas de Tela, en el departamento de Atlántida, y Cordelia, al extremo sur de la paradisíaca isla de Roatán.
El arrecife Cordelia fue declarado zona protegida por el Gobierno de Honduras la semana pasada en una ceremonia celebrada en Roatán.
Honduras también declaró en 2011 como santuario de tiburones las aguas del Caribe y el Pacífico, aunque la pesca de selacios se sigue registrando en el sector Brus Laguna, en el departamento de Gracias a Dios, indicó a Efe el representante del Programa Global de Conservación de Tiburones, Maximiliano Bello.
Los pescadores locales también denuncian la captura de tiburones en la isla de Santa Elena, cercana a Roatán, y en el Pacífico.
Bello acompañó el 31 de mayo en Tegucigalpa al presidente hondureño, Porfirio Lobo, en la quema de unas 200 aletas de tiburón cortadas a unos 184 ejemplares en el Caribe, incautadas a pescadores locales dedicados al «aleteo», práctica consistente cortar las aletas a los tiburones y devolverlos al mar para que mueran.
Según organismos defensores de la naturaleza, anualmente unos 73 millones de tiburones son sacrificados en el mundo solamente para el consumo de sus aletas, indicó Bello.
«Lamentablemente estamos perdiendo los tiburones en el mundo, el hombre pareciera no entender el papel de preservar otras especies que cumplen los tiburones en el mar, donde son como el león en la tierra», agregó el experto.
Si Cordelia cuenta entre las maravillas de Roatán la belleza de los corales conocidos como cuerno de ciervo (acropora cervicornis), que suponen una esperanza de vida en el Caribe, en Tela destaca el banco Capiro y una especie de coral que se asemeja a una lechuga (undaria tenuifolia).

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