En su más reciente visita a México, el director ruso Yuri Temirkanov –titular de la Orquesta Filarmónica de San Petersburgo– declaró que las mujeres no deben ser directoras de orquesta, porque “fisiológicamente no van con este oficio”; para la directora de orquesta de origen cubano Elena Herrera ese tipo de declaraciones están basadas en prejuicios que se tienen que superar.
         “Es un asunto de inteligencia. Quien opina que las mujeres no deben dirigir es gente con inseguridad. Yo he viajado en aviones piloteados por una mujer, supongo que ese señor no se subiría a ese avión. Esa controversia está basada en mitos, hoy hay, y desde hace mucho tiempo ha habido, maestras de gran talento. Fuera de que los varones no pueden parir, hombres y mujeres somos exactamente iguales”, aseguró.
         La directora recordó que cuando fue invitada a dirigir a la Orquesta Sinfónica de Oviedo, España, había algunas personas en la orquesta que no estaban de acuerdo con que los dirigiera una mujer, y el concertino –el célebre Arkadi Futer, miembro del grupo denominado Los virtuosos de Moscú– les dijo: “Sólo miren la mano, da igual si es de un hombre o de una mujer”.
         Herrera se encuentra en Xalapa como invitada de la Orquesta Sinfónica de Xalapa (OSX) de la Universidad Veracruzana (UV) y dirigirá el concierto de este 9 de mayo, en el que se interpretará música popular brasileña –con piezas de Antonio Carlos Jobim y Vinicius de Moraes en arreglos de Wagner Tiso y dos piezas originales de este último.
         Sobre la diferencia que se hace entre música de concierto y música popular, Herrera sostuvo que esa separación debe dejarse de lado.
         “Hay música buena y música mala, punto. Los músicos tenemos mucha culpa de esa separación tan drástica entre la música culta y la otra música. Preparar un concierto con música de Beethoven o piezas populares exige el mismo ejercicio de amor por la música y se deben abordar con el mismo compromiso”, afirmó.
         Herrera sostuvo que la única diferencia que ella hace tiene que ver con los estilos: “yo no pongo en el mismo programa a Beethoven con Carlos Chávez, no porque Beethoven sea mejor, ambos compositores manejan un nivel de erudición magnífico, se trata de estilo, nada más. Yo creo que cada cosa tiene su lugar”.
         La directora recordó que durante tres años tuvo un programa de radio en Brasilia, llamado La gran música, que se trataba justamente de deshacer la separación entre la música culta y la popular, “hicimos un programa de sopranos y empezamos con María Callas y terminamos con Gal Costa, el de barítonos lo terminamos con un cantante de rock”.
         Sobre presentar un programa con música de un compositor vivo, que ella conoce, como es el caso de Wagner Tiso –que estará presente este viernes en la sala de conciertos del Complejo Cultural Tlaqná– sostuvo que es una emoción muy grande.
         “Quisiera que la gente disfrute su música tanto como la disfruto yo. Cuando dirijo una obra de repertorio la gente dice si yo soy buena o mala dirigiendo, pero con obras como las de Wagner Tiso, si la orquesta y la gente entienden la música y la sienten, yo gano una satisfacción enorme”, dijo.

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