Popularmente conocida como muicle, la Justicia spicigera es una planta que crece desde México hasta Colombia y a la que se le han adjudicado propiedades curativas capaces de combatir desde un dolor de estómago, granos o un cólico menstrual, hasta sífilis, tumores, leucemia y cáncer cervicouterino.

A partir de este saber tradicional, muy popularizado en distintas regiones veracruzanas, Cynthia Fernández Pomares, Ivette Bravo Espinoza y Rodrigo Rafael Ramos Hernández, estudiantes de los doctorados en Neuroetología y de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana (UV), decidieron investigar al muicle con el interés de conocer si efectivamente cuenta con alguna propiedad que combata o prevenga el cáncer.

Los resultados de los estudios hasta ahora realizados, aunque no son concluyentes, han aportado datos muy optimistas. “Preparamos un extracto de muicle con etanol y agua para probar su efecto en células de carcinoma prostático. Nuestro propósito era saber si las células se multiplicaban o no al estar bajo el efecto de la planta y lo que encontramos es que la proliferación se inhibe casi 70 por ciento”, explicó Cynthia, quien actualmente también es becaria del Centro de Investigaciones Cerebrales (Cice) de la UV.

En sus experimentos, los tres estudiantes han conseguido observar este efecto de inhibición de la proliferación de células; sin embargo, existen algunas variables en sus resultados que podrían estar asociadas tanto a la época y lugar de recolección de la planta y las dosis en que se aplica el extracto a las células, como a otros factores que estarían en relación directa con el material celular que se trabaja.

“La diferencia esencial que encontramos entre el trabajo de Cynthia y el que desarrollamos nosotros, es que aunque en ambos la proliferación de células se inhibe, en uno hay daño celular y en el otro no”, señalaron Ivette y Rodrigo.

Estos estudios y los realizados por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional del Cáncer, en los que se muestra el mismo efecto del muicle sobre células de carcinoma cervicouterino, contribuyen a respaldar sus propiedades.

No obstante, aún falta probar en células sanas, puesto que si es capaz de inducir muerte en células con cáncer, también puede dañar a las sanas.

“Los estudios que ha hecho la UNAM indican que se trata de una planta de baja toxicidad. Se han hecho pruebas en ratas y en células no transformadas, es decir, no cancerígenas y hay buenos indicios. Podría hablarse de una actividad selectiva, pero no lo podemos confirmar aún, faltan más investigaciones antes de llegar a una conclusión o respaldar su uso farmacológico”, puntualizó Cynthia.

Los estudiantes insistieron en que se debe ser cuidadoso con los medicamentos cuyo único antecedente de uso es empírico: “Mucha gente puede enterarse sobre los efectos positivos de una planta y empieza a tomarla sin precaución, sin tener conciencia de las muchas variables que pueden estar asociadas a sus efectos. Así como puede tener compuestos activos curativos, también pueden resultar dañinos o tóxicos, hay que tener mucho cuidado”, concluyeron.

Esta investigación se desarrolla en el Laboratorio Neuroendocrinología del Cice, que dirige María Elena Hernández Aguilar, en colaboración con el laboratorio de productos naturales del Instituto de Ciencias Básicas, a cargo de Miguel Ángel Domínguez Ortiz, con el apoyo de ambos investigadores.

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