Embrión fósil de Protoceratops andrewsi encontrado en el desierto de Gobi (Mongolia). / © AMNH/M. Ellison

Embrión fósil de Protoceratops andrewsi encontrado en el desierto de Gobi (Mongolia). / © AMNH/M. Ellison


Una nueva investigación sobre dientes de embriones de dinosaurios fosilizados indica que los huevos de los dinosaurios no avianos (los ‘típicos’) tardaban mucho tiempo en eclosionar: entre unos tres y seis meses. El estudio, dirigido por científicos de la Universidad Estatal de Florida, el Museo Americano de Historia Natural (ambos en EE UU) y la Universidad de Calgary (Canadá), se ha publicado esta semana en la revista PNAS.

La incubación prolongada de los dinosaurios los pudo situar en desventaja frente a otros animales durante la gran extinción del Cretácico-Paleógeno

Sus autores han descubierto que, en contra de lo que se pensaba, el periodo de incubación de aquellos animales extintos era más similar a la de los típicos reptiles que al de las aves. Además, el trabajo apunta que una incubación larga podría haber afectado a la capacidad de los dinosaurios de competir con las poblaciones de aves, otros reptiles y mamíferos, que se multiplicaron más rápidamente después del evento de extinción masiva que ocurrió hace 65 millones de años.

«Sabemos muy poco sobre la embriología de los dinosaurios, aunque esa fase se relaciona con muchos aspectos de su desarrollo, historia vital y evolución», señala el coautor Mark Norell, paleontólogo del Museo Americano de Historia Natural; «pero con la ayuda de herramientas avanzadas como los escáneres de tomografía computerizada (TC) y la microscopia de alta resolución, estamos descubriendo avances que no podíamos ni imaginar hace 20 años».

Como las aves se consideran dinosaurios vivos, los científicos han asumido que el tiempo de incubación de aquellos animales extintos sería similar al de las aves, cuyos huevos tardan en eclosionar entre 11 y 85 días. El equipo puso a prueba esta teoría observando los dientes fosilizados de dos embriones de dinosaurio ornitisquios muy bien conservados en cada extremo del espectro de tamaños.

Por una parte, un Protoceratops, un dinosaurio del tamaño de un cerdo encontrado por Norell y sus colegas en el desierto de Gobi (Mongolia), con huevos bastante pequeños, de unos 194 gramos; y por otra, un dinosaurio del género Hypacrosaurus encontrado en Alberta (Canadá), mucho más grande, con ‘pico de pato’ y un peso de los huevos superior a los 4 kilogramos.

Líneas de crecimiento en dientes como anillos en árboles

Los investigadores escanearon las mandíbulas embrionarias de los dos dinosaurios mediante la técnica TC para visualizar las denticiones en formación. Luego utilizaron un avanzado microscopio para analizar –por primera vez en dinosaurios– las llamadas líneas de von Ebner, unas líneas de crecimiento presentes en los dientes de todos los animales, incluidos los humanos.

«Estas líneas se establecen mientras se desarrollan los dientes», explica Gregory Erickson, el autor principal y profesor de la Universidad Estatal de Florida. «Son como los anillos de los árboles, pero se generan diariamente, de tal forma que podemos literalmente contarlos para ver cuánto tiempo se ha estado desarrollando cada dinosaurio».

170102_lineasdientesdinos_GM. Erickson

Las líneas de crecimiento diario de los dientes, como estas de un embrión de Hypacrosaurus, han ayudado a los científicos a conocer la edad de los pequeños dinosaurios. / © G.M. Erickson

Usando este método, los científicos determinaron que los embriones de Protoceratops tenían aproximadamente tres meses cuando murieron, y los de Hypacrosaurus unos seis meses de edad. Esto sitúa a la incubación de los dinosaurios más en la línea de la de sus primos reptiles, cuyos huevos tardan en eclosionar el doble de tiempo que el de las aves, pudiendo alcanzar desde varias semanas a muchos meses.

El estudio sugiere que las aves probablemente desarrollaron tasas de incubación más rápidas después de que se separaran del resto de los dinosaurios. Aunque los autores reconocen que los resultados podrían ser muy diferentes si pudieran analizar un dinosaurio más parecido a un pájaro, como el Velociraptor. Desgraciadamente se han encontrado muy pocos embriones fosilizados de dinosaurio.

«Se sabe mucho sobre el crecimiento de los dinosaurios desde la etapa de juventud hasta la de adulto», dice la coautora Darla Zelenitsky, de la Universidad de Calgary, que añade: «El tiempo dentro del huevo es una parte crucial del desarrollo con importantes implicaciones biológicas, pero se entiende mal porque los embriones de dinosaurios son raros».

Según los investigadores, el estudio también tiene implicaciones relacionadas con la extinción de los dinosaurios. La incubación prolongada expuso a los huevos de dinosaurios y a los padres que los atendieran a los depredadores, al hambre y a las inclemencias ambientales,como las inundaciones. Además, este desarrollo embrionario más lento los pudo situar en desventaja en comparación con otros animales que sobrevivieron al gran evento de extinción del Cretácico-Paleógeno.

Referencia bibliográfica:

Gregory Erickson et al. «Dinosaur incubation periods directly determined from growth-line counts in embryonic teeth show reptilian-grade development». PNAS, enero de 2017.

Los comentarios están cerrados.