Los riesgos de sobrealimentar con proteínas a los bebés

Bebé con biberón


Investigación y Desarrollo

De acuerdo con un revelador estudio publicado en materia de salud infantil, los bebés que consumen de manera adecuada proteínas durante los primeros mil días de su vida reducen el riesgo de obesidad. Además, cuentan con un correcto funcionamiento del sistema inmune y digestivo, así como la disminución del riesgo a desarrollar alergias.

El estudio hecho por el doctor alemán Berthold V. Koletzko, autor de más de 370 publicaciones, es respaldado por el pediatra mexicano Salvador Villalpando Carrión, jefe de departamento de Gastroenterología y Nutrición Pediátrica, del Hospital Infantil de México Federico Gómez, quien explica que el consumo de proteínas en los primeros meses de vida del bebé es indispensable en su nutrición para el resto de su vida.

“Antes se pensaba que era importante que el bebé comiera mucho, tuviera bastantes proteínas en su alimentación y logrará un crecimiento máximo. Hoy, sabemos que el crecimiento máximo no resulta benéfico sino peligroso porque es en peso y no en estatura. Lo que podría traducirse en obesidad y estar acompañada de diabetes, hipertensión o enfermedad cardiaca”, explica el doctor.

Es importante mencionar que las proteínas sirven de sustrato para construir las estructuras corporales como músculo, hueso, órganos internos y sangre, entre otros.

“Cuando hay exceso de proteínas se estimula la insulina y la hormona de crecimiento. En la leche humana se encuentran aminoácidos insulinogénicos, que son los componentes estructurales de las proteínas y confieren la capacidad de producción del organismo de insulina y hormonas de crecimiento. Sí damos más aminoácidos en una dieta alta en proteínas se produce mayor cantidad de insulina y los niños van a estimular que sus células grasas se produzcan en mayor cantidad”, indica el especialista.

De acuerdo con el pediatra, desde la década de los 70’s los niños alimentados al seno materno tenían un crecimiento distinto frente a los alimentados con fórmula (leche en polvo). En esa época tenía el doble de proteína que la leche materna, razón por la cual los niños crecían en peso de manera acelerada.

Después de varios años y estudios los especialistas concluyen que esa cantidad de proteínas era inadecuada.

El doctor del Hospital Infantil de México Federico Gómez refiere que en el estudio de su colega alemán se comparó un grupo de niños que consumió una fórmula estándar que incluía el doble de proteínas, otro con bajas y uno más alimentados con leche materna.

Durante seis años les dio seguimiento y encontró que el riesgo a desarrollar obesidad fue en los niños que consumieron dosis de proteínas altas con un promedio de 2.5 veces más frente a los que recibieron cantidades bajas.

Villalpando Carrión detalla que lo anterior muestra el riesgo de desarrollar obesidad con proteínas altas en el primer año de vida frente a los niños alimentados en menor cantidad de éstas.

Respecto a la cantidad de proteínas que debe tomar un bebé, es importante que lo determine el médico y el pediatra. Asimismo, ser enfáticos que la alimentación del seno materno es recomendable por seis meses y prolongarla hasta los dos años si es necesario.

El especialista en pediatría indica que lograr una mejor nutrición infantil es fundamental como también durante el embarazo la mamá incremente su peso de manera moderada y esto dependerá de su estatura.

Además, recomienda dos raciones de pescado a la semana e incrementar de 6 a 12 kilos de su peso (de la mamá) durante el embarazo.

Y menciona que es indispensable que al bebé se le de leche materna por lo menos seis meses, en caso de no contar con el lácteo materno mantener un aporte de proteínas bajo y seguir el crecimiento del bebé en los dos primeros años de vida.

También sugiere la introducción de alimentos adecuados para la edad sin exceder la cantidad de proteínas, lo ideal es que contenga carnes, cereal con hierro, fruta y verdura es lo que se recomienda para los primeros seis meses de vida a los bebés.

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