Lima (EFE).- Una misión de la Unesco pidió a las autoridades de Perú que tomen medidas de emergencia para proteger el sitio arqueológico de Machu Picchu, entre ellas frenar el crecimiento del pueblo de Aguas Calientes, ubicado en la zona baja del sitio arqueológico.
La misión de la Organizaciones de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), que evaluó durante los últimos días el estado de la preservación y conservación del parque arqueológico, también sugirió que se adopten medidas de emergencia en la zona de amortiguamiento del sitio.
La española Nuria Sanz, jefa para América Latina y el Caribe de la Unesco, informó a la agencia oficial Andina que el objetivo de su visita fue «colaborar» con las autoridades peruanas para encontrar la mejor solución para la preservación de Machu Picchu.
«Hay que generar una dinámica que permita un control y reglamento exigente, de respeto con el sitio, de respeto con las autoridades por el esfuerzo que hacen, de respeto con el turista y servicios aparejados a su visita», remarcó.
Sanz precisó que es necesario «tomar medidas de emergencia rigurosas» ante el crecimiento desordenado del pueblo de Machu Picchu (conocido como Aguas Calientes).
La zona de amortiguamiento del sitio arqueológico, añadió, también está amenazada por la construcción de una carretera alterna de acceso al santuario, por lo que se recomendará la consulta a expertos en geodinámica, infraestructura hidráulica y comunicación.
Sanz también dijo que se ha recomendado al Gobierno peruano la creación de un panel internacional de asesores y técnicos que ejecute los planes de conservación de Machu Picchu.
Según Andina, los expertos de la Unesco ofrecerán un primer informe de su evaluación dentro de unas dos semanas y su informe final dentro de siete meses.
El primer informe con recomendaciones será entregado al Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco que se reunirá entre el 24 de junio y el 6 de julio próximo en la ciudad rusa de San Petersburgo.
La famosa ciudadela inca fue declarada patrimonio cultural de la humanidad en 1983, pero en los últimos años se han presentado una serie de observaciones referidas a la accesibilidad al sitio, el manejo de los residuos sólidos dejados por los turistas y su gestión por parte de las autoridades locales.

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