Estatua de Maimónides en Córdoba, España

Estatua de Maimónides en Córdoba, España


El 30 de marzo de 1135 nace Moshé Maimónides (Moshé ben Maimón o Musa ibn Maymun, era su nombre completo oirignal), quien realizó divesos estudios médicos, pero sobre todo trascendió por su trabajo como filósofo y teólogo judío, al grado de que se le considera es el más grande filósofo judío de la época medieval y sigue siendo ampliamente leído hoy.

En esta conjunción de culturas por la dominación árabe en España y de religión judía, se formó al amparo de la legislación talmúdica y las ciencias grecoárabes y judías, por lo cual intentó después conciliar las ideas religiosas con las verdades racionales. Fue uno de los más prestigiosos eruditos de la cultura hebrea del Occidente medieval, ejemplar exponente de la cultura árabe-persa-hebrea de Al-Andalus, en la España musulmana.

Desde el Renacimiento se le conoció como Maimónides (\’hijo de Maimon\’) o RaMBaM (el acrónimo de sus iniciales en hebreo), conocido entre los cristianos como Rabí Moisés el Egipcio.

Maimónides aprendió árabe, matemáticas, astronomía y farmacología con el médico, filósofo y sabio hispanoárabe Averroes (Ibn Rusd) (1126-1198).

En 1148 una ola de fanatismo islámico impulsada por el Imperio Almohade (que dominó el sur de España desde 1147 a 1269) obligó a su familia a aparentar su conversión al Islam, además de que ésta situación los obligó también a cambiar de residencia constantemente por todo el territorio al-Ándalus. Averroes por su parte fue también un impulsor de reformas al Islam.

Maimónides se estableció en Almería, a partir de 1160, donde dio albergue a su maestro Averroes; ahí estuvo 5 años debido a la intolerancia almohade, lo cual los obligó a exiliarse primero en Palestina y finalmente en Egipto.

Como rabino y filósofo del judaísmo, escribió el Mishné Torá, obra de 14 volúmenes, compendio de la ley judía, el cual lo estableció como la autoridad rabínica líder de su tiempo y muy posiblemente de todas las épocas.

Su obra maestra filosófica, la Guía de los perplejos, es un tratamiento sostenido del pensamiento judío y la práctica que trata de resolver el conflicto entre el conocimiento religioso y secular. Aunque fuertemente influenciado por el neo-Platonismo y aristotelismo, que había echado raíces en los círculos islámicos, se aparta de los modos de pensamiento aristotélico imperante, haciendo hincapié en los límites del conocimiento humano y las bases cuestionables de partes importantes de la astronomía y de la metafísica.

Versado en medicina escribió sobre venenos, asma y hemorroides y glosó los aforismos del médico y sabio griego Hipócrates de Kos (a.c. 460 a. 377 a.c.), bajo cuya influencia desarrolló su obra principal \’Aforismos médicos\’ donde trata de anatomía, fisiología, patología, pero también retomando los conocimientos generados por el médico romano de origen griego Galeno (129-200) aunque en muchos temas se independiza y desarrolla sus propias teorías.

Las sucesivas generaciones de filósofos escribieron extensos comentarios sobre sus obras, que han influido en pensadores tan diversos como Aquino, Spinoza, Leibniz y Newton.

Maimónides enumera 13 principios que él considera que vinculan a cada Judio: la existencia de Dios, la unidad absoluta de Dios, la incorporeidad de Dios, la eternidad de Dios, que sólo Dios debe ser adorado, que Dios se comunica a los profetas, que Moisés es el profeta más grande, que la Torá fue dada por Dios, que la Torá es inmutable, que no es la providencia divina, que no hay castigo y la recompensa divina, que no será un Mesías, que será resucitado a los muertos. Este fue el primer intento de introducir artículos de fe al judaísmo y desató una controversia que persiste hasta nuestros días

A Egipto llegó en 1166, a Alejandría, y finalmente se estableció en Fustat, hoy parte de El Cairo, donde comenzó a ejercer la medicina en la corte del visir Saladino, y luego en la del visir al-Fadl, hijo mayor de Saladino, obteniendo gran fama y admiración popular. En 1177 fue nombrado dirigente de la comunidad judía de Egipto.

Sufrió continuas dificultades y persecuciones, tanto por parte de los musulmanes (denunciado como apóstata del islamismo, sólo la protección personal de al-Fádil, le salvó de la muerte), como de los judíos tradicionalistas que recelaban de su tendencia racionalista (llegando incluso a recurrir a la Inquisición para que condenaran sus obras).

Ahí fallece el 13 de diciembre de 1204, donde es enterrado.

Más adelante se trasladará su tumba a la ciudad de Tiberiades en Israel, donde será objeto de peregrinaciones.

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