El cine y la literatura de ciencia ficción han contribuido a crear grandes expectativas sobre Marte a lo largo de la historia. Sin embargo, es su cercanía a la Tierra lo que motiva que este planeta sea tan atractivo para el hombre. Así lo considera el físico de la Universidad de Valladolid y responsable del Grupo de Investigación Espacio, Abel Calle.

Abel Calle refiere que el interés sobre el planeta rojo se ha movido constantemente entre la expectación y la decepción, lo que ha modificado la percepción que el hombre tiene sobre Marte y la forma de investigar el planeta a lo largo de los años. “Cuando se enviaron las primeras misiones a Marte en los años 60 y 70 existía una confusión tremenda desde el punto de vista científico, se esperaba encontrar agua, vegetación, se daba por seguro que habría vida… y las imágenes de las primeras misiones nos transmitieron ese paisaje desolador que hoy todos conocemos que es Marte”.

De este modo, con el posterior envío de rovers (robots de exploración planetaria) lo que se ha analizado es sobre todo la geología del planeta. “Se trata de rocas que se forman en presencia de agua y lo que se está tratando de explicar hoy día es si en Marte hubo vida, porque hasta ahora no la hemos encontrado. Responder a esta cuestión es un reto científico muy importante y sobre todo la pregunta que viene después: si ha habido vida, por qué ahora mismo no la hay”, señala el experto.

En la actualidad, diversas misiones se encargan de la exploración de Marte: desde orbitadores que dan vueltas alrededor del planeta enviando imágenes de alta resolución “en las que se observa que ha habido agua en épocas anteriores”, a los rovers que recorren su superficie. Uno de los últimos avances se ha dado a conocer a finales de septiembre en la revista Science, que ha publicado un número especial sobre los últimos descubrimientos del rover Curiosity, la última misión enviada por la NASA.

“Curiosity ha confirmado descubrimientos que habían realizado anteriormente otros rovers y ha hecho algo inédito, una perforación dentro de la subsuperficie de Marte, encontrando que dentro el planeta ya no es rojo. Esto es importante porque el rojo indica la existencia de óxidos y la oxidación es algo que elimina las moléculas orgánicas. Así, el descubrimiento ha creado una gran expectación, ya que quizá debajo de la superficie de Marte, fuera de los agentes oxidantes y del efecto de la radiación ultravioleta, podamos encontrar moléculas orgánicas o los vestigios de vida que estamos buscando”, avanza el experto.

En este sentido, alude a la misión que realizará la ESA en 2018, la misión Exomars a la que España está contribuyendo activamente. “Será la primera misión que logre perforar Marte hasta dos metros de profundidad. El gran interés reside ahora en explorar la subsuperficie y encontrar posibles fósiles”, concluye.

Un espejo para la Tierra

Como detalla Abel Calle, la comunidad científica no tiene ninguna duda de que en Marte ha sucedido un importante cambio climático y que por tanto “es un planeta que puede ser un espejo de lo que le ocurra a la Tierra en un futuro”. “Hemos constatado que en Marte había agua líquida, algo que hoy es imposible bajo esas condiciones de presión y temperatura. Si hoy no hay agua líquida es porque en Marte sucedió un cambio climático de gran envergadura y por eso tenemos interés en saber qué ocurrió, porque a la Tierra le puede ocurrir lo mismo”, advierte.

Marte puede ser el espejo de lo que le ocurra a la Tierra en un futuro: Abel Calle Trayectoria científica y divulgadora
Abel Calle es profesor de Física Aplicada de la Universidad de Valladolid y responsable del Grupo de investigación Espacio. Preside además la Sección de Física de la Universidad de Valladolid y es vicepresidente de la Asociación Española de Teledetección. Ha desarrollado su actividad científica en aplicaciones de observación de la Tierra, terreno en el que ha llevado a cabo diferentes proyectos Internacionales. Fue también asesor científico de la empresa Deimos-Imaging durante el desarrollo e implementación del primer satélite español de observación de la Tierra, el Deimos-1, en cuyo lanzamiento fue el representante español en Baikonur. Ha escrito publicaciones científicas relacionadas con la observación de la Tierra en revistas de impacto y libros académicos; además de colaborar en revistas de divulgación científica de difusión nacional en temática de actividades del Espacio y ser editor de la Revista de Ciencias.
Abel Calle, Universidad de Valladolid

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