Nafta o TLC, de Canadá, Estados Unidos y México

Nafta o TLC, de Canadá, Estados Unidos y México


El modelo neoliberal está muerto y México pretende renegociar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos al que ya se le practica la “autopsia”, señaló el especialista en geopolítica Alfredo Jalife Rahme.

 

Son instituciones como la Oficina Nacional de Investigación Económica de Estados Unidos, que es el máximo conglomerado de economistas de ese país y que son los que dictaminan si hay o no recesión, las que concluyeron que el tratado no le sirvió a México.

 

En el Foro Perspectivo-Prospectivo México sin TLC, organizado por el Departamento de Derecho de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), el autor de Hacia la desglobalización –publicado en 2006 y en el que anticipa la tendencia a la regionalización de las economías– dijo que el Trumpismo y el Brexit representan un cambio tectónico de paradigma a nivel regional y global, en el que la relación bilateral no volverá a ser la misma.

 

Jalife Rahme se refirió a la importancia de entender el momento que vive Estados Unidos en el contexto mundial para comprender la relación con México, pues “estamos saliendo de un desorden global, del viejo orden unipolar donde la Unión Americana gobernaba sola después de la segunda guerra mundial”, para pasar a otro en el que China emerge como la primera potencia geoeconómica del planeta, por encima de la Unión Europea y del propio Estados Unidos.

 

“Nuestro vecino no supo manejar la unipolaridad, se embriagó en el frenesí especulativo, cuya fiel expresión se tuvo con la quiebra de Lehman Brothers de 2008, de la cual no ha salido y ahora ya no le conviene la globalización”, apuntó.

 

El especialista indicó que con el triunfo del empresario neoyorkino llega al poder un movimiento estructural del supremacismo-nacionalismo-populismo blanco, lo cual se debe a que la globalización neoliberal aniquiló la democracia y la política.

 

El México neoliberal y el TLC “no sirvieron para nada, salvo para beneficiar a un pequeño porcentaje de la plutocracia del país”, que es la causa del aniquilamiento, por ejemplo, del campo mexicano, lo que a su vez propició la partida de 11 millones de mexicanos a Estados Unidos de manera ilegal “a quienes yo llamo refugiados económicos”.

 

Esos individuos, añadió, no se fueron por gusto, sino porque “no hay libertad económica, y por lo tanto tienen que irse a buscar el sustento de cada día”.

 

El analista internacional subrayó que a pesar de que el país vive un momento muy complicado, no se ha hecho un diagnóstico adecuado de lo que realmente ocurre con el acuerdo de libre comercio y aseguró que “no hay un estudio académico que nos diga si éste fue maléfico o benéfico para el país”.

 

Jalife Rahme, quien subrayó que siempre ha sido un crítico del acuerdo, se refirió a la imposibilidad de acoplar una economía que era postagrícola e industrial proteccionista como la de México, con otra que ya estaba en la era postecnológica y posindustrial, con diferentes sistemas jurídicos y contrapesos de poder, entre otras diferencias. En ese sentido preguntó ¿para qué negociar lo que no sirve?

 

Por otra parte expuso que la mayoría de los mexicanos estaba en contra de que Trump ganara las elecciones, pero ¿estar en favor de Hillary Clinton? La privatización de Petróleos Mexicanos fue resultado de presiones desde Estados Unidos, particularmente por la ex candidata demócrata, “y hoy nos toman muy vulnerables al perder la máxima joya geoestratégica” de la nación.

 

A pesar de lo anterior algunas senadoras mexicanas se pusieron camisetas en apoyo a Clinton, en un acto que refleja que “nosotros no supimos defender la identidad mexicana y que nos arrojamos a los brazos de Estados Unidos”.

 

Pero resulta que eso a ellos no les interesa porque llegaron los blancos protestantes anglosajones –el supremacismo WASP, por sus siglas en inglés– que no quieren saber nada de los compatriotas y menos cuando está disminuyendo la población blanca “que fue la que inventó ese país”.

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