Una treintena de crías de elefante, que quedaron huérfanas a causa de la caza furtiva, viven ahora rodeados de cariño en un refugio pionero en Nairobi que se ha convertido en una valiosa arma para luchar contra el tráfico de marfil en África. 

La amenaza que pende sobre el mayor animal terrestre es tan extrema, que su peor enemigo, el ser humano, es también su única esperanza. 

Por eso, Daphne Sheldrick, en memoria de su esposo David, el famoso naturalista y fundador de la reserva de Tsavo (el parque natural más grande de Kenia), creó en 1977 el Sheldrick Wildlife Trust. 

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