La revista Stroke, de la American Heart Association, ha publicado la primera guía de científica para ayudar a las mujeres a prevenir los accidentes cerebrovasculares o ictus.

«Si  eres mujer, compartes con los hombres muchos de los riesgos que conducen a un accidente cerebrovascular, pero además hay que sumar los ocasionados por las hormonas, la salud reproductiva, el embarazo, el parto y otros factores relacionados con el sexo», dice Cheryl Bushnell, profesora de investigación en neurología, directora del Stroke Center en Winston-Salem (Carolina del Norte, EE UU), y autora principal de la guía.

El documento incluye una serie de recomendaciones con base científica sobre la mejor manera de abordar los problemas que pueden provocar ictus en mujeres, señala la experta.

Entre estos consejos, Bushnell destaca que las mujeres con un historial de presión arterial alta antes del embarazo deberán ser tratadas con bajas dosis de aspirina que puede combinarse con una terapia de suplementos de calcio para reducir el riesgo de preeclampsia.

También advierte que las  mujeres que tienen preeclampsia tienen el doble de posibilidades de sufrir un accidente cerebrovascular y un riesgo cuatro veces mayor de tener la presión arterial alta en el futuro.

“Por lo tanto, la preeclampsia debe ser reconocida como un peligro incluso después del embarazo, y factores como el tabaquismo, el colesterol alto y la obesidad en estas mujeres deben ser afrontados lo antes posible”, añade.

Píldora

Otra de las recomendaciones que contiene la guía es que las mujeres deben someterse a examen de presión arterial antes de tomar la píldora anticonceptiva, debido a que la combinación aumenta la posibilidad de sufrir un ictus.

Busnell indica además que las mujeres que padecen migraña con aura han de evitar fumar para mitigar los posibles efectos, y que las mayores de 75 años deben someterse análisis de riesgos de fibrilación auricular, debido a su vinculación con los accidentes cerebrovasculares.

Otro factor tenido en cuenta en la guía es el estrés emocional, que, según la autora, tiene mayor incidencia en mujeres.

La neuróloga concluye que son necesarios más estudios para identificar los riesgos específicos que conducen a los accidentes cerebrovasculares en mujeres.

Las recomendaciones elaboradas irán en principio dirigidas a los médicos de atención primaria.

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