Claudio Soto, un investigador chileno de la Universidad de Texas, es el autor principal de un estudio que revela la eficacia de una nueva técnica para localizar unos fragmentos proteicos que podrían ser claves en el diagnóstico del alzhéimer.

El trabajo, que se publica hoy en la revista Cell Reports, indica que el nuevo método podría suponer una mejora en la valoración de esta enfermedad, que por ahora se detecta en etapas muy avanzadas.

No se conoce exactamente la causa de la enfermedad, pero los científicos apuntan a la acumulación en el cerebro de conglomerados de proteínas mal plegadas – como los agregados de amiloide y de ovillos neurofibrilares–.

“Antes se pensaba que las placas amiloides eran el problema original en la enfermedad, ahora creemos que estos agregados no son los principales responsables sino que lo son sus precursores llamados oligómeros Aβ”, indica Soto.

Según este neurólogo, “se trata de una molécula clave que podría ser más fiable para el diagnóstico temprano del alzhéimer, ya que el principal problema de la demencia es que no se puede identificar a los pacientes hasta que ya están enfermos”.

El equipo de la Universidad de Texas, que ha trabajado en colaboración con neurólogos de la Universidad de Milán, señala que estos fragmentos proteicos probablemente se encuentran circulando por el cuerpo durante años o décadas antes de que los síntomas aparezcan.

Para el estudio, los investigadores utilizaron una técnica que habían desarrollado para detectar las proteínas responsables de enfermedades priónicas como la de las vacas locas.

Proteínas mal formadas

Se trata de una tecnología llamada Protein Misfolding Cyclic Amplification (PMCA) que detecta la presencia de proteínas mal formadas características de este tipo de enfermedades.

El uso de este método en el alzhéimer mostró su alta eficacia para localizar los olígomeros Aβ en concentraciones muy bajas, según el estudio. 

Los autores fueron capaces de discernir entre enfermos de alzhéimer y de otras patologías neurodegenerativas con un bajo porcentaje de error.

“El siguiente paso será adaptar el uso de esta tecnología en muestras de sangre y orina. De esta manera sería más fácil obtener un cribado de la gente antes de la aparición de los síntomas”, concluye Soto. 

En investigador confía en que “si más estudios confirman la utilidad de esta técnica en el diagnóstico del alzhéimer y las autoridades estadounidenses la aprueban, podría estar en el mercado en unos tres años”.

En el mundo, el alzhéimer es la causa más común de demencia entre la gente mayor. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, esta enfermedad fue la cuarta causa de muerte en 2012 en España. Murieron 13.015 personas, un 9,3% más que en 2011.

Referencia bibliográfica:

Salvadores et al.“Detection of Misfolded Ab Oligomers for Sensitive Biochemical Diagnosis of Alzheimer’s Disease”.Cell Reports (2014). http://dx.doi.org/10.1016/j.celrep.2014.02.031

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