El controvertido Ricardo III, rey de Inglaterra entre 1483 y 1485, cuyo cuerpo fue localizado durante la excavación de un convento soterrado bajo un aparcamiento en Leicester (Inglaterra) en 2012, padecía una infección por nematodos al morir, según han demostrado investigadores de la Universidad de Cambridge al analizar sus restos. Este parásito intestinal se desarrolla tras ingerir alimentos contaminados.

Las muestras recogidas de la pelvis y el cráneo del monarca, así como del suelo donde se encontró el cadáver, revelaron al microscopio la existencia de numerosos huevos de parásitos en la zona intestinal. Ricardo III sufría, por tanto, una enfermedad parasitaria provocada por la ingesta de alimentos contaminados, una infección que no fue encontrada en otras zonas del cuerpo.

Las muestras de la pelvis y el cráneo, así como del suelo donde se encontró el cadáver, revelaron al microscopio la existencia de numerosos huevos de parásitos

“Estos parásitos se transmiten por la contaminación de alimentos por heces humanas antes de ser ingeridos, por lo que es probable que la causa de la infección sea la falta de higiene de los cocineros de Ricardo III después de ir al baño”, señala a SINC Piers Mitchell, miembro del Departamento de Arqueología y Antropología de la Universidad de Cambridge y director del equipo de investigación. Aunque apunta también a otras vías: “En la Europa Medieval, las heces humanas se utilizaron como fertilizante para cultivos y es posible que estuviera expuesto a los huevos del parásito a través de las verduras de su dieta”.

Los resultados muestran que el rey Ricardo III estaba infectado con nematodos en los intestinos, aunque también se han localizado otras especies de parásitos intestinales.

Los nematodos son unos parásitos que infectan a los seres humanos cuando se ingieren sus huevos a través de alimentos o agua contaminada. Una vez en el sistema digestivo, los huevos se convierten en larvas que migran hacia los pulmones donde crecen y maduran.

Posteriormente, se desplazan hasta las vías respiratorias para ser tragados y depositarse de nuevo en los intestinos, donde pueden convertirse en adultos de hasta 40 cm. Las infecciones por parásitos intestinales son uno de los problemas de salud más comunes en el mundo, aunque es poco frecuente en el Occidente.

«A pesar de ser un noble, parece que el estilo de vida de Ricardo III no le protegía por completo contra los parásitos intestinales, unas infecciones muy comunes en la época”, explica Jo Appleby, profesor de Bioarqueología Humana de la Universidad de Leicester, Reino Unido, y miembro del equipo de investigación.

Polémica por la ubicación de los restos

El esqueleto del monarca británico, hallado en agosto de 2012 en los restos de la iglesia de la hermandad franciscana de los Grey Friars, mostraba también evidencias de lo que se cree que es escoliosis y traumas de la batalla, claros signos que apuntaban que podían ser los restos del monarca medieval.  

En la actualidad, la Universidad de Leicester insiste en conservar los restos de Ricardo III en un templo cercano a Bosworth, a pesar de las intenciones de los descendientes del monarca, quienes reclaman que descansen en York, donde reinó. Una polémica que se encuentra en los juzgados británicos para estudiar a fondo su interés público.

Referencia bibliográfica:

Piers D Mitchell, Hui-Yuan Yeh, Jo Appleby, Richard Buckley, “The intestinal parasites of King Richard III”. Clinical Picture. September 4, 2013 

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