Milano de hombros negros antes y rehabilitado

Milano de hombros negros antes y rehabilitado


UMA Konkon (Unidad de Manejo Ambiental para la Conservación de la Vida Silvestre) es un programa registrado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), en colaboración con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), cuyo objetivo es recibir aves rapaces diurnas y nocturnas que han sido confiscadas o decomisadas por el gobierno federal para su rehabilitación.

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El programa, fundado hace un año por el doctor Andrés Estay Stange, profesor investigador de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), tiene como finalidad la rehabilitación de aves rapaces, su reproducción en cautiverio, divulgación del cuidado e importancia de estas especies, así como actividades de investigación científica en colaboración con el Hospital Veterinario de Pequeñas Especies de la BUAP, en específico el área médica a cargo del doctor Álvaro Oidor Méndez.

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Dr. Estay Stange y Kimi.

“Cuando recibimos un ave primero la evaluamos, observamos y analizamos las posibilidades de ser liberada nuevamente, dependiendo, sobre todo, de su estado de salud. Una vez identificados los problemas se trabaja con el doctor Álvaro Oidor; él se encarga de las cirugías y tratamientos médicos, haciendo una excelente labor. Yo trabajo la parte biológica, rehabilitación y nutrición”, explica el doctor Andrés Estay.

Juntos, los doctores Estay Stange y Oidor Méndez han contribuido en la rehabilitación de al menos 25 individuos de 13 especies de aves rapaces como la lechuza de campanario, aguililla cola roja, gavilán de Cooper, hasta otras especies en peligro de extinción como un águila de selva.

“Nos llegó un águila de selva, tenía una fractura en una pata pero el doctor Álvaro Oidor realizó un trabajo de cirugía exitoso al colocarle un implante en medio del hueso para que pudiera soldar bien la fractura, de hecho esta intervención y rehabilitación generó un trabajo que presentamos recientemente en Costa Rica en un congreso”.

En cuanto a las aves que ya no pueden regresar a su hábitat natural, el doctor Estay Stange explica que estas se mantienen en resguardo y algunas pueden ser usadas para la reproducción en cautiverio y otras más para educación ambiental gratuita en instituciones que se los requieran, desde primarias hasta preparatorias, o en eventos de divulgación científica.

La carismática Kimi

Para hacer más efectivo el trabajo de divulgación, el doctor Estay Stange se apoya en Kimi, una lechuza de campanario, de la especie Tyto alba, que representa uno de los primeros resultados de reproducción que tiene la UMA Konkon.

Kimi es un ave muy popular entre los jóvenes estudiantes de biología pero también en las escuelas a las que acude para que los niños conozcan la importancia de la preservación de estas especies. Kimi se ha vuelto tan popular entre los niños y jóvenes que la conocen, que incluso la siguen a través de su página de Facebook.

La historia de Kimi inicia cuando el doctor Estay Stange recibió una hembra lechuza que fue rescatada después de estar varios meses encerrada en una jaula. El ave llegó a la UMA desnutrida y con una deficiencia muscular que le impedía pararse y abrir las alas. Con ella se inició un proyecto de rehabilitación. Poco después llegó un macho de su misma especie; estaba herido porque había sido golpeado por un auto en una carretera. Su diagnóstico determinó la amputación de un ala.

Una vez rehabilitados, se juntaron y se formó la pareja, de esta unión nació Kimi, que fue criada a mano por el doctor Andrés Estay a partir de los 10 días de que salió del huevo.

texto-ave-1-21417.jpg“Nos apegamos a un proyecto conductual de crianza para evitar que el ave se volviera totalmente dependiente del humano o en su defecto agresiva. La idea fue conseguir la reproducción en cautiverio y tener un ejemplar manso que nos permitiera mostrar a la gente de cerca que estas aves no son peligrosas, que no son aves de ‘mal agüero’ y que no traen desgracias consigo, que no hay mala suerte con ellas y que, por lo tanto, no hay por qué matarlas”.

Su existencia y métodos de liberación

El doctor Estay Stange refiere que para ser liberada cada ave, se tiene que realizar un análisis de conducta y verificar que no esté improntada, que no confunda su especie y no vaya a buscar a otro humano para que la alimente y cuide, porque si es así, entonces está condenada a morir.

Para reintegrar las especies de aves rapaces a su hábitat natural, se utilizan metodologías que han sido empleadas en Australia, Chile, Argentina y Estados Unidos, entre otros países. A la par, se desarrollan proyectos de investigación relacionados con la parte de intervenciones quirúrgicas, rehabilitación, así como la parte biológica como métodos de liberación y reproducción más efectivos.

“Las aves rapaces existen en toda la República Mexicana; sin embargo, son pocos los estudios realizados que permiten conocer con mayor detalle su distribución y otras de sus características, nosotros estamos haciendo registros en el centro del país”, refiere el doctor Andrés Estay.

En los estados de Puebla y Tlaxcala, en las regiones del Izta-Popo y La Malinche, se registra una gran cantidad de aves rapaces de diferentes especies y unas son más sensibles al contacto humano. En general, las aves rapaces tienen la función del control de plagas, así que en comunidades donde suelen cazarlas, después registran problemas de plagas de ratones y de insectos. El doctor Estay Stange refiere que dependiendo de la especie, un ave rapaz diurna o nocturna puede comer varios ratones, mamíferos medianos o aves pequeñas al día.

Comercialización ilegal

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Revisión de Glaucidium gnoma.

Contrario a lo que pensaban los antepasados sobre las aves rapaces, vistas como guardianes de los sueños, la noche y los conocimientos, los búhos y las lechuzas suelen ser perseguidos por estar relacionados con creencias populares que los vinculan a fantasías como la brujería, la “mala suerte” e incluso la muerte, de ahí su persecución y dichos populares como: “Cuando el tecolote canta, el indio muere”.

Otro problema al que se enfrenta este tipo de aves es su venta ilegal tanto en el mercado negro como en algunas tiendas de mascotas. Su extracción y venta sin registro está prohibida por la propia Semarnat; sin embargo, hay personas que las adquieren sin conocer los cuidados que necesitan y las condenan a morir. Sus precios en el mercado negro dependen del tipo de especie, pero oscilan entre los 500 y tres mil pesos por ejemplar, a esto hay que sumar otros factores de riesgo como la destrucción de su hábitat, la cacería y la captura de ejemplares.

Al respecto, el especialista refiere que en el caso de la lechuza de campanario en México (es llamada así porque suelen anidar en los campanarios de los templos) la población es estable; sin embargo, es la que más suele lastimar el humano.

“La lechuza es de las especies que más sufren dentro de la categoría de aves rapaces nocturnas en México, debido a los mitos que existen en torno a ellas y que están relacionados con creencias de brujería, mal agüero, desgracias, etcétera, esto provoca que las maten, las quemen o lastimen, pero yo digo siempre a la gente que llevo años con ellas y nunca me ha pasado nada, que no hay por qué perseguirlas o matarlas”, asegura el doctor Andrés Estay mientras acaricia a Kimi.

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arroba14010contacto 1• Dr. Andrés Estay Stange
corrico dos [email protected]

 

Dalia Patiño González

Puebla, Puebla.  (Agencia Informativa Conacyt)

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