Ignacio Ortega

 

Moscú, 15 may (EFE).- Soñar es gratis, sino que se lo pregunten al maestro de padres puertorriqueños que llegó a ser astronauta, Joseph Acabá, quien voló hoy a la Estación Espacial Internacional (EEI) a bordo de una nave Soyuz rusa.

«Estoy seguro de que dentro de cuatro meses Guennadi (Pádalka) y Serguéi (Revin) serán capaces de hablar en perfecto español», dijo el estadounidense Acabá horas antes de subirse a la Soyuz en el cosmódromo kazajo de Baikonur.

Acabá, que fue profesor de ciencias y matemáticas en un instituto de secundaria en Florida (EEUU), se ganó la admiración de los puertorriqueños cuando en marzo de 2009 viajó por vez primera al espacio a bordo del legendario transbordador estadounidense Discovery que transportó paneles y baterías solares para la EEI.

Nacido en 1967 en Inglewood, California, Acabá aseguró el lunes que «fue un honor viajar en un transbordador», pero que «también es una gran suerte volar en una Soyuz».

«Sé que éste aparato tiene una larga lista de vuelos exitosos. No tengo ninguna preocupación ni siento inquietud alguna», dijo, en alusión a los reciente problemas sufridos por el programa de lanzamientos ruso.

Una de las principales misiones de Acabá, que será el ingeniero durante los dos días de vuelo de la Soyuz, será recibir la nave estadounidense de carga Dragon, que será lanzada por la NASA el próximo 19 de marzo.

«El vuelo del Dragón es un paso tremendamente importante para el desarrollo del sector espacial. Se enganchará a la plataforma orbital por medio de un brazo robótico manipulador», dijo.

En caso de éxito, ésta sería la primera nave espacial privada que se acople a la EEI, tras lo que sería enviado ya con cargamento vital a finales de año, algo que por el momento sólo pueden realizar las naves rusas Progress.

Durante la rueda de prensa previa al vuelo, el astronauta boricua aseguró que se siente muy orgulloso de representar a la comunidad puertorriqueña, que seguirá muy de cerca su segunda odisea espacial.

Acabá, que cumplirá 45 años el jueves, cuando la Soyuz se acople a la EEI, estudió Geología en las universidades de Santa Bárbara (California) y Arizona, y fue reservista del Cuerpo de Marines y miembro de los Cuerpos de Paz en la República Dominicana, donde instruyó a varios cientos de profesores locales.

Durante sus más de cuatro meses de estancia en la plataforma orbital tiene previsto realizar una serie de experimentos educativo-científicos.

El astronauta regresará a sus orígenes para completar los experimentos ideados por los estudiantes que ganaron un concurso de ciencias, cómo el de comprobar si las bacterias criadas en el espacio sirven para combatir gérmenes en nuestro planeta.

Uno de los más originales ha sido planteado por el egipcio Amr Mohamed y consistirá en comprobar si una araña que salta sobre sus presas en vez de atraparla en una telarañas es capaz de modificar su técnica ante la ausencia de gravedad.

Acabá, quien fue la primera persona de origen boricua en ser aceptada en el programa de astronautas de la NASA, explicó que, al fin y al cabo, todos los experimentos tienen por objetivo conocer el efecto que tiene sobre el cuerpo humano las largas estancias en el espacio.

En principio, no está previsto que Acabá realice caminatas espaciales, que sí hizo cuando formó parte de la misión STS-119 del Discovery que duró dos semanas (15-28 de marzo de 2009).

Lo que se desconoce es si portará una bandera de Puerto Rico como en su anterior travesía y si también pedirá a la NASA que despierte a la tripulación de la EEI con la popular canción puertorriqueña «Qué bonita bandera».

Lo que sí está claro es que Acabá está bien acompañado, ya que el comandante de la misión 31 a la EEI es Guennadi Pádalka, un veterano cosmonauta ruso curtido en 585 días en el espacio y que ha viajado dos veces a la EEI y una a la legendaria MIR.

«Estoy convencido de que todo saldrá muy bien. Estoy muy contento y sólo estoy a la espera de que comience el vuelo», dijo Acabá, que nació dos años antes de que el hombre pisara la Luna y que de niño se aficionó a las historias de ciencia ficción.

Y es que en caso del éxito, Acabá, que fue seleccionado por la NASA en 2004 y completó su entrenamiento en 2006, se convertirá al término de su misión en el hispano que pase más tiempo en el espacio.

Acabá, que regresará a la Tierra a mediados de septiembre próximo, aseguró que todo se lo debe a sus padres, Ralph y Elsie, nacidos en Puerto Rico (Hatillo), emigrantes en los años 60 a Estados Unidos y que le enseñaron «la ética del trabajo».

Según la Sociedad de Astronomía del Caribe, el vuelo de la Soyuz podrá ser visto en varias ocasiones sobre el cielo boricua antes y después del acoplamiento a la estación.

Acabá viajó a Puerto Rico en 2008 y 2009, cuando fue objeto de diversos homenajes por las autoridades locales y compartió sus experiencias con los niños.

 

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