Un brazo robotizado instalado en el hospital del Mar de Barcelona permite intervenir a pacientes afectados de epilepsia que hasta ahora no tenían tratamiento.

El robot sirve para delimitar en el cerebro dónde está el foco en el que se originan las descargas eléctricas que provocan las crisis epilépticas. 

Los pacientes se someten a varias pruebas diagnósticas, se realiza un modelo virtual de su cerebro con el ordenador y se diseña una trayectoria en tres dimensiones para ver por dónde deben colocarse los electrodos, a través de una trepanación, para evitar tocar arterias y zonas sensibles durante la cirugía. 

Después se lleva al paciente al quirófano, se le hace un reconocimiento facial con un láser y se le ajusta el modelo virtual 3D para que el robot pueda colocar las guías para fijar los electrodos y estudiar su actividad cerebral.

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