El tiempo, el costo y sobre todo el dolor para pacientes afectados por lesiones de piel se redujeron con un tratamiento que aplica láminas de piel cultivadas en menos de un centímetro de tejido, que se toma detrás de la oreja y de una muestra de sangre de la persona tratada, desarrollado por un grupo de cirujanos plásticos colombianos, el cual está en vías de ser patentado.

Esta práctica «se diferencia de otras porque permite elaborar en solo cinco días tres láminas de 10×10 centímetros para cubrir quemaduras, daños por tumores o defectos de la piel, mejorando sustancialmente la calidad de vida de las personas», dijo a Colombia.inn Jorge Soto, cofundador de Keraderm.

Esta es una de las cinco empresas colombianas finalistas en el MassChallenge, el mundial de emprendimiento realizado en Boston (EE.UU.)

De esta innovación pueden beneficiarse quienes han sufrido recientemente laceraciones, incluso un disparo, y entre sus ventajas se destaca el que la piel se regenera en un periodo de entre 10 y 45 días.

Eso disminuye la posibilidad de sufrir complicaciones derivadas de las técnicas tradicionales que obligan a esperar hasta un mes para cubrir la lesión.

Además, esta opción médica es indolora, no requiere hospitalización ni anestesia y cuesta en promedio un millón de pesos (unos 520 dólares) por lámina, mientras que procedimientos más complejos como los injertos o colgajos pueden demorar hasta un año.

La creación de este proceso empezó en 2008 como un proyecto de grado de cirugía plástica en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, de los médicos Jennifer Gaona y Juan Carlos Zambrano, quienes hacen parte de la compañía como directora científica y accionista, respectivamente.

Desde ese año, cuando se realizó un primer estudio para estandarizar el sistema, «hemos colocado más de 290 láminas» y han sido tratadas casi 100 personas, explicó a Colombia.inn el gerente general de Keraderm, el médico Rodrigo Soto, quien detalló que, según el área afectada, se necesitan «entre dos y tres» láminas.

Hasta el momento, Keraderm, que se conformó como empresa en 2010, ha atendido pacientes del Hospital Simón Bolívar, el Instituto de Ortopedia Infantil Roosevelt, la Clínica de la Mujer, el Hospital Universitario de La Samaritana, el Hospital Central de la Policía Nacional y de distintos consultorios privados en la capital colombiana.

Los resultados «han sido tan satisfactorios que queremos que se convierta en una regla de oro», afirmó Soto, quien apunta a que en un futuro se puedan reemplazar los injertos por estas láminas que, en palabras de los miembros de Keraderm, «son más competitivas» ya que su producción cuesta un 25 % del valor de la otra técnica.

Este adelanto es, por otra parte, menos doloroso ya que evita que deban extraerse muestras de piel de tamaño similar a la lesión. Ese fue el caso de un niño prematuro que se cuenta entre los pacientes con mejores logros en cuanto a la cicatrización.

Este bebé, de 22 días de nacido, perdió la piel del dorso de un pie y su médico debía esperar a que la herida sanara por sí misma ya que no había forma de quitarle tejido suficiente para un injerto.

Sin embargo, luego de una junta médica se convino sacarle cinco centímetros cúbicos de sangre y una pequeña muestra de piel.

«Para nosotros fue un reto grande hacer una membrana con tan poco material, pero logramos la confluencia celular necesaria para colocarle la lámina al bebé, por lo que lo consideramos un caso exitoso y que nos marcó porque su cicatriz es casi imperceptible y no tiene ningún tipo de secuela», comentó el cirujano Soto.

Alentados por el buen balance y debido a que las láminas deben producirse en el lugar en el que se encuentra el paciente, Keraderm ya piensa en dar el siguiente paso: ver «en qué ciudad montamos un nuevo laboratorio para darle cobertura a todo el país», apuntó, por su parte, Jorge Soto.

Y para traspasar fronteras, la compañía se encuentra en el proceso de obtener la patente en Brasil, Chile, México, la Unión Europea, China, India y EE.UU, después de que saliera favorable la solicitud de patentabilidad de su método.

Mientras tanto, Keraderm continúa buscando otras aplicaciones para estas láminas: «Seguiremos rompiendo paradigmas y buscando nuevas utilidades para nuestro revolucionario método, que ya hemos identificado que puede emplearse en otros procedimientos de la cirugía estética», anticipó Rodrigo Soto.

Los comentarios están cerrados.